/ martes 26 de octubre de 2021

Urgente capacitación en género al funcionariado público

La violencia contra las mujeres es el verdadero cáncer en fase terminal, que mata a miles de ellas diariamente en el mundo. Este problema afecta multidimensionalmente a la sociedad en temas de salud, economía, seguridad y estabilidad social.

Las distintas violencias contra la mujer surgen desde diversos ámbitos en la sociedad, sino es que todos. En parte, por el desconocimiento de lo que es el género y cómo afecta a la sociedad. No sólo los hombres, sino también las mujeres replican comportamientos misóginos sin darse cuenta, por estar interiorizados. Ello permite la violencia ocurra y se retrase el camino hacia la equidad. “El desconocimiento de la ley no exime su cumplimiento” por tanto, se bebe educar en género, principalmente al funcionariado público encargado de aplicar leyes, crear políticas públicas y “defender nuestros derechos”, para vean el panorama completo de esta violencia.

La paridad de género como medida afirmativa para lograr la igualdad es un gran avance, pero de poco servirá si se piensa que por el sólo hecho de ser mujer, ya se está eliminando las violencias contra ella. No. La misma funcionaria puede representar un retroceso importante si no sabe nada de género. Algunas representantes del congreso han dicho que la violencia de género se da porque hombres y mujeres tenemos cerebros diferentes, por tanto, no es cierto eso de que los roles asignados a cada sexo son una construcción social. “Si nuestros cerebros fueran iguales, no habría violencia de género”, dicen. “La teoría de género impulsada por la ONU es una conspiración oscura para dividirnos”. ¡Por Dios! El pensamiento de esa persona es peligroso. Imagine que a la hora de legislar, lo haga con esas creencias. De ahí la importancia de educar en género, principalmente al funcionariado público. El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) resalta la obligación de los Estados para formar y sensibilizar al funcionariado en esta materia.

Aquí resaltan algunos términos para iniciarse: sexo: características biológicas de hombres y mujeres en función de sus genitales (no su cerebro). Normas de género: ideas de cómo deben actuar hombres y mujeres en una sociedad, de acuerdo con sus características y atributos asignados a cada sexo. Tienen origen en la cultura, la religión y las costumbres. Varían en el lugar y el tiempo. Se construyen socialmente, por tanto, pueden cambiar. Rol de género: actitudes, conductas y responsabilidades asignadas a cada sexo socialmente, como el comportamiento de niños, niñas, personas de la diversidad sexual y adultos mayores. Relaciones de género: relaciones sociales que une a hombres y mujeres para la distribución de poder y acceso a recursos. Estas aptitudes son de menor valor para las mujeres y se salen de lo establecido. Socialización de género: proceso de aprendizaje de los roles asignados dependiendo si se nace hombre u mujer.

La violencia visible contra la mujer es tan sólo el pico de una montaña que, por debajo, contiene miles de toneladas macizas de tierra y piedra que la sostienen. Este gigantesco monstro no apareció de la noche a la mañana, por tanto, tampoco se puede desaparecer de un instante a otro; se requiere de educar reeducar, capacitar y de construir comportamientos sociales. Para destruir la montaña, hay que quitar piedra por piedra para lograr llegar al nivel del mar. Así la violencia de género.

Se debe fortalecer las capacidades técnicas de los y las servidoras públicas. Para erradicar la violencia de género, empecemos por el principio Algunos documentos para estudiar son: CEDAW, Convención para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer Convención Do Pará; Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, para empezar.

La violencia contra las mujeres es el verdadero cáncer en fase terminal, que mata a miles de ellas diariamente en el mundo. Este problema afecta multidimensionalmente a la sociedad en temas de salud, economía, seguridad y estabilidad social.

Las distintas violencias contra la mujer surgen desde diversos ámbitos en la sociedad, sino es que todos. En parte, por el desconocimiento de lo que es el género y cómo afecta a la sociedad. No sólo los hombres, sino también las mujeres replican comportamientos misóginos sin darse cuenta, por estar interiorizados. Ello permite la violencia ocurra y se retrase el camino hacia la equidad. “El desconocimiento de la ley no exime su cumplimiento” por tanto, se bebe educar en género, principalmente al funcionariado público encargado de aplicar leyes, crear políticas públicas y “defender nuestros derechos”, para vean el panorama completo de esta violencia.

La paridad de género como medida afirmativa para lograr la igualdad es un gran avance, pero de poco servirá si se piensa que por el sólo hecho de ser mujer, ya se está eliminando las violencias contra ella. No. La misma funcionaria puede representar un retroceso importante si no sabe nada de género. Algunas representantes del congreso han dicho que la violencia de género se da porque hombres y mujeres tenemos cerebros diferentes, por tanto, no es cierto eso de que los roles asignados a cada sexo son una construcción social. “Si nuestros cerebros fueran iguales, no habría violencia de género”, dicen. “La teoría de género impulsada por la ONU es una conspiración oscura para dividirnos”. ¡Por Dios! El pensamiento de esa persona es peligroso. Imagine que a la hora de legislar, lo haga con esas creencias. De ahí la importancia de educar en género, principalmente al funcionariado público. El Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) resalta la obligación de los Estados para formar y sensibilizar al funcionariado en esta materia.

Aquí resaltan algunos términos para iniciarse: sexo: características biológicas de hombres y mujeres en función de sus genitales (no su cerebro). Normas de género: ideas de cómo deben actuar hombres y mujeres en una sociedad, de acuerdo con sus características y atributos asignados a cada sexo. Tienen origen en la cultura, la religión y las costumbres. Varían en el lugar y el tiempo. Se construyen socialmente, por tanto, pueden cambiar. Rol de género: actitudes, conductas y responsabilidades asignadas a cada sexo socialmente, como el comportamiento de niños, niñas, personas de la diversidad sexual y adultos mayores. Relaciones de género: relaciones sociales que une a hombres y mujeres para la distribución de poder y acceso a recursos. Estas aptitudes son de menor valor para las mujeres y se salen de lo establecido. Socialización de género: proceso de aprendizaje de los roles asignados dependiendo si se nace hombre u mujer.

La violencia visible contra la mujer es tan sólo el pico de una montaña que, por debajo, contiene miles de toneladas macizas de tierra y piedra que la sostienen. Este gigantesco monstro no apareció de la noche a la mañana, por tanto, tampoco se puede desaparecer de un instante a otro; se requiere de educar reeducar, capacitar y de construir comportamientos sociales. Para destruir la montaña, hay que quitar piedra por piedra para lograr llegar al nivel del mar. Así la violencia de género.

Se debe fortalecer las capacidades técnicas de los y las servidoras públicas. Para erradicar la violencia de género, empecemos por el principio Algunos documentos para estudiar son: CEDAW, Convención para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer Convención Do Pará; Ley general de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y Ley de acceso de las mujeres a una vida libre de violencia, para empezar.