/ sábado 3 de febrero de 2018

Uso del poder y corrupción

La corrupción es un acuerdo inmoral que infringe la ley entre un corruptor y un corrupto. Similar es el poder en una empresa que puede ser utilizado para beneficio personal en detrimento del resto de los accionistas.

 

Con este artículo quiero convocar al compromiso que debe tener del sector empresarial en contra de la corrupción para no tolerar ni corruptores ni corruptos. Incluyendo permisibiliad que el dinero mal habido de una generación lo utilicen sus descendientes para lavar honras y confundir a la sociedad y organismos empresariales. Todo este asunto más allá de preferencias partidistas y de gobernantes en turno.

Ciertas prácticas están tan arraigadas que se llega a dudar su reconocimiento como corruptas. Tan es así que no siempre se detiene a pensar: ¿Es realmente benéfico ofrecer “mordidas” para obtener contratos gubernamentales? ¿Se deben otorgar comisiones a los empleados de los clientes a cambio de que nos garanticen su preferencia?... Y así podríamos seguir con múltiples ejemplos.

La corrupción tiene múltiples facetas. No siempre está en los actos, sino también en el no actuar: la omisión. Cuando un empresario está consciente de las prácticas de corrupción y otros abusos, pero que no los impide con el pretexto de evitar confrontaciones: de hecho lo convierte en complice.

Combinada con el poder, cuando se ejerce sólo para satisfacer la voluntad del director, sin importar la familia o los empleados, se actúa sin consideración, tal como el empresario hace lo que le place sin que le importe nada.

Es indispensable hacer consciente al líder de la empresa, de que el uso del poder implica la responsabilidad de un comportamiento ético, y que sus acciones no están exentas de ser evaluadas en función del beneficio que aportan a los demás.  Del respeto a los derechos e intereses de todos los involucrados con el negocio: familiares, empleados, accionistas y terceros interesados, que son en general clientes, proveedores, distribuidores, entidades gubernamentales y la sociedad en general.

Reflexión final: Considere las repercusiones de todos sus actos y haga un uso ético del poder.

La corrupción es un acuerdo inmoral que infringe la ley entre un corruptor y un corrupto. Similar es el poder en una empresa que puede ser utilizado para beneficio personal en detrimento del resto de los accionistas.

 

Con este artículo quiero convocar al compromiso que debe tener del sector empresarial en contra de la corrupción para no tolerar ni corruptores ni corruptos. Incluyendo permisibiliad que el dinero mal habido de una generación lo utilicen sus descendientes para lavar honras y confundir a la sociedad y organismos empresariales. Todo este asunto más allá de preferencias partidistas y de gobernantes en turno.

Ciertas prácticas están tan arraigadas que se llega a dudar su reconocimiento como corruptas. Tan es así que no siempre se detiene a pensar: ¿Es realmente benéfico ofrecer “mordidas” para obtener contratos gubernamentales? ¿Se deben otorgar comisiones a los empleados de los clientes a cambio de que nos garanticen su preferencia?... Y así podríamos seguir con múltiples ejemplos.

La corrupción tiene múltiples facetas. No siempre está en los actos, sino también en el no actuar: la omisión. Cuando un empresario está consciente de las prácticas de corrupción y otros abusos, pero que no los impide con el pretexto de evitar confrontaciones: de hecho lo convierte en complice.

Combinada con el poder, cuando se ejerce sólo para satisfacer la voluntad del director, sin importar la familia o los empleados, se actúa sin consideración, tal como el empresario hace lo que le place sin que le importe nada.

Es indispensable hacer consciente al líder de la empresa, de que el uso del poder implica la responsabilidad de un comportamiento ético, y que sus acciones no están exentas de ser evaluadas en función del beneficio que aportan a los demás.  Del respeto a los derechos e intereses de todos los involucrados con el negocio: familiares, empleados, accionistas y terceros interesados, que son en general clientes, proveedores, distribuidores, entidades gubernamentales y la sociedad en general.

Reflexión final: Considere las repercusiones de todos sus actos y haga un uso ético del poder.