/ sábado 18 de agosto de 2018

VIOLACIÓN Y ABORTO

Toda mujer tiene derecho a tomar una decisión libre si decide matar a su bebé. Sí, es un crimen cuyo remordimiento será para siempre, pero es su decisión. Además, en esta ciudad y en muchas otras, siempre ha existido alguna clínica y médicos de renombre realizando abortos. No se necesitan leyes que lo prohíban y la mujer tendrá buena atención médica. Sí, se salvarán las vidas de algunas mujeres, pero morirán el 100% de las niñas abortadas (¿también debo decir “niños”?)


Fuera de la víctima de violación, nadie entiende, menos los comités defensores, lo que es una violación. Son pocos los que comprenden lo que es, y menos las consecuencias de por vida de la violada y mucho menos por lo que pasa después de deshacerse de su bebé, que por cierto, también podría ser mujer, sujeta a todos los derechos que reclaman para la madre misma. “No”, como decía el Dr. don Julio Ornelas K. en su libro “’Violación Sexual’, “ni los familiares ni los abogados ni los periodistas y menos los juristas, comprenden a fondo lo que es las violación sexual...”


El problema ante una violación, es que en lugar de concentrarse en castigar a la bestia que la causó, se concentran en castigar al más inocente de todos, al bebé. Y sí es un ‘bebé’, persona independiente, a pesar de que digan que “es parte de mi cuerpo”. La violencia y la vejación del aborto es paralela a la violencia y vejación de la misma violación, independientemente de que causa traumas todavía más severos a nivel espiritual y sicológico, que el mismo abuso que padeció. Una niña es una niña independientemente de las circunstancias de su concepción.


Casi toda la sociedad se encuentra desinformada respecto de si es o no es un ser humano el que vive dentro de su madre. Una persona se define más propiamente como alguien que es miembro de la raza humana y no por el avance de su desarrollo dentro de la misma especie. Lo que nos hace humanos es si provenimos de dos seres humanos, y no se puede ser otra cosa. El principio de la vida humana no es un proceso, sino un evento—la concepción.


No se es menos humano por el tamaño que tenemos al principio de la gestación. Podríamos afirmar que un enano es menos persona que un jugador de basquetbol? ¿Un niño de tres años es menos humano que uno de doce? Si pretenden hacernos creer que se es más persona por las capacidades que tiene después de nacer, ¿qué podríamos decir de una persona incapacitada, o en estado inconsciente? ¿Deja de ser persona o humano? ¿Depender de alguien más, como miles de enfermos, los hace menos humanos?


¿Una bebé representa una amenaza tal que justifique ‘la defensa propia’?


Si un criminal tiene derecho a un juicio bajo el nuevo o viejo sistema, y se requiere una sentencia por un juez, ¿por qué un ser indefenso ni siquiera alcanza este derecho?


La mejor forma de prevenir el embarazo es estar informadas, y para prevenir violadores, como decía el mismo Dr. Julio Ornelas, es aprobar la pena de muerte a la que debe sentenciarse a todo aquel que quite algo que no se puede reintegrar: la vida y la honra de la mujer.


Toda mujer tiene derecho a tomar una decisión libre si decide matar a su bebé. Sí, es un crimen cuyo remordimiento será para siempre, pero es su decisión. Además, en esta ciudad y en muchas otras, siempre ha existido alguna clínica y médicos de renombre realizando abortos. No se necesitan leyes que lo prohíban y la mujer tendrá buena atención médica. Sí, se salvarán las vidas de algunas mujeres, pero morirán el 100% de las niñas abortadas (¿también debo decir “niños”?)


Fuera de la víctima de violación, nadie entiende, menos los comités defensores, lo que es una violación. Son pocos los que comprenden lo que es, y menos las consecuencias de por vida de la violada y mucho menos por lo que pasa después de deshacerse de su bebé, que por cierto, también podría ser mujer, sujeta a todos los derechos que reclaman para la madre misma. “No”, como decía el Dr. don Julio Ornelas K. en su libro “’Violación Sexual’, “ni los familiares ni los abogados ni los periodistas y menos los juristas, comprenden a fondo lo que es las violación sexual...”


El problema ante una violación, es que en lugar de concentrarse en castigar a la bestia que la causó, se concentran en castigar al más inocente de todos, al bebé. Y sí es un ‘bebé’, persona independiente, a pesar de que digan que “es parte de mi cuerpo”. La violencia y la vejación del aborto es paralela a la violencia y vejación de la misma violación, independientemente de que causa traumas todavía más severos a nivel espiritual y sicológico, que el mismo abuso que padeció. Una niña es una niña independientemente de las circunstancias de su concepción.


Casi toda la sociedad se encuentra desinformada respecto de si es o no es un ser humano el que vive dentro de su madre. Una persona se define más propiamente como alguien que es miembro de la raza humana y no por el avance de su desarrollo dentro de la misma especie. Lo que nos hace humanos es si provenimos de dos seres humanos, y no se puede ser otra cosa. El principio de la vida humana no es un proceso, sino un evento—la concepción.


No se es menos humano por el tamaño que tenemos al principio de la gestación. Podríamos afirmar que un enano es menos persona que un jugador de basquetbol? ¿Un niño de tres años es menos humano que uno de doce? Si pretenden hacernos creer que se es más persona por las capacidades que tiene después de nacer, ¿qué podríamos decir de una persona incapacitada, o en estado inconsciente? ¿Deja de ser persona o humano? ¿Depender de alguien más, como miles de enfermos, los hace menos humanos?


¿Una bebé representa una amenaza tal que justifique ‘la defensa propia’?


Si un criminal tiene derecho a un juicio bajo el nuevo o viejo sistema, y se requiere una sentencia por un juez, ¿por qué un ser indefenso ni siquiera alcanza este derecho?


La mejor forma de prevenir el embarazo es estar informadas, y para prevenir violadores, como decía el mismo Dr. Julio Ornelas, es aprobar la pena de muerte a la que debe sentenciarse a todo aquel que quite algo que no se puede reintegrar: la vida y la honra de la mujer.