/ martes 15 de mayo de 2018

Violencia a la alza

En México, los conflictos y la violencia en sus múltiples aspectos va a la alza y pareciera que nos ha anestesiado, pues ante los encabezados en los diarios respecto a homicidios, decimos: “Ah, otro más…”. El costo del conflicto cuando se combina con violencia es muy alto, pues conlleva pérdidas humanas y materiales, impactando en el desarrollo económico, social, psicológico, político y cultural de una región.

La violencia no sólo son pérdidas humanas. Galtung menciona que la violencia es directa, estructural y cultural; la primera refleja conductas agresivas y violentas (“los fregazos”); la segunda, insatisfacción y negación de necesidades y la última, se centra en formas de daño por las creencias, ideas y valores que invitan a la violencia directa e intentan legitimar la violencia estructural como es el machismo, diferencias religiosas, homofobia, etc. Todo ello rompe la armonía y nos intranquiliza como sociedad.

La violencia directa quizá no la podemos frenar como sociedad, pues ello le corresponde al Estado, por eso, es importante centrarse en lo que sí podemos hacer para alcanzar la paz, primero con nosotros mismos y con los demás, ya que es la que podemos controlar.

La paz no se alcanza anhelándola, sino trabajando por ella. De acuerdo a la Declaración Sobre una Cultura de Paz, su desarrollo está vinculado a: la promoción del arreglo pacífico de los conflictos, la promoción de la democracia; el desarrollo de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales y el respeto y su cumplimiento; la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; el respeto, la promoción y la protección de los derechos del niño; la promoción de la comprensión, la tolerancia; la erradicación de la pobreza y el analfabetismo y la reducción de las desigualdades; la promoción del desarrollo económico y social sostenible; la eliminación de todas las formas de racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia conexas. De las anteriores, ¿cuáles comportamientos podemos cambiar individualmente para contrarrestar las formas de violencia que se presentan y causan desequilibrio en la sociedad? Eduquémonos y rompamos viejas estructuras, pues la enseñanza a todos los niveles es fundamental para edificar una cultura de paz, que ya es importante que vaya a la alza en lugar de la violencia.


www.floryanez.com yanez_flor@hotmail.com



En México, los conflictos y la violencia en sus múltiples aspectos va a la alza y pareciera que nos ha anestesiado, pues ante los encabezados en los diarios respecto a homicidios, decimos: “Ah, otro más…”. El costo del conflicto cuando se combina con violencia es muy alto, pues conlleva pérdidas humanas y materiales, impactando en el desarrollo económico, social, psicológico, político y cultural de una región.

La violencia no sólo son pérdidas humanas. Galtung menciona que la violencia es directa, estructural y cultural; la primera refleja conductas agresivas y violentas (“los fregazos”); la segunda, insatisfacción y negación de necesidades y la última, se centra en formas de daño por las creencias, ideas y valores que invitan a la violencia directa e intentan legitimar la violencia estructural como es el machismo, diferencias religiosas, homofobia, etc. Todo ello rompe la armonía y nos intranquiliza como sociedad.

La violencia directa quizá no la podemos frenar como sociedad, pues ello le corresponde al Estado, por eso, es importante centrarse en lo que sí podemos hacer para alcanzar la paz, primero con nosotros mismos y con los demás, ya que es la que podemos controlar.

La paz no se alcanza anhelándola, sino trabajando por ella. De acuerdo a la Declaración Sobre una Cultura de Paz, su desarrollo está vinculado a: la promoción del arreglo pacífico de los conflictos, la promoción de la democracia; el desarrollo de los Derechos Humanos y las libertades fundamentales y el respeto y su cumplimiento; la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer; el respeto, la promoción y la protección de los derechos del niño; la promoción de la comprensión, la tolerancia; la erradicación de la pobreza y el analfabetismo y la reducción de las desigualdades; la promoción del desarrollo económico y social sostenible; la eliminación de todas las formas de racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia conexas. De las anteriores, ¿cuáles comportamientos podemos cambiar individualmente para contrarrestar las formas de violencia que se presentan y causan desequilibrio en la sociedad? Eduquémonos y rompamos viejas estructuras, pues la enseñanza a todos los niveles es fundamental para edificar una cultura de paz, que ya es importante que vaya a la alza en lugar de la violencia.


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