/ viernes 17 de septiembre de 2021

Viva México

Por: Mario Ramírez

El malinchismo existe en todos los aspectos de nuestra cultura mexicana y el futbol, como cualquier otro deporte, no es la excepción. Esa cultura de siempre hacer menos lo nuestro es una costumbre que se pasa de generación en generación o que simplemente se va aprendiendo con el paso de los años, como si restarle a lo mexicano fuera sinónimo de ser un gran conocedor, moda que lamentablemente se ha hecho popular en el asqueroso nivel de periodismo deportivo que se maneja hoy en día en nuestro país.

En este espacio se ha tocado varias veces este tema, desde gente que hace menos a nuestra liga nacional hasta personas que “mugrosean” a futbolistas internacionales cuyo talento sí es valorado en el extranjero. En México tenemos buena calidad y materia prima, sin embargo tampoco estamos ciegos, nos damos cuenta de todas las trabas y mañas que existen en nuestro balompié y que necesitan de una auditoría más justa lo antes posible, habiendo dicho esto, podemos proseguir con lo siguiente:

El problema del mexicano promedio que no conoce las entrañas de nuestro futbol, es que no dimensiona, sus comparaciones siempre son con lo más alto del mundo y por esa razón en el resultado de dicha comparación siempre nos quedamos cortos y comienzan a descalificar irracionalmente a cualquier jugador que la cámara esté apuntando. Que no se malentienda esto, por supuesto que es motivador fijarse una meta tan alta, pero todo crecimiento es gradual y eso es lo que no se comprende, se debe ir subiendo escalón por escalón, y quizá así algún día podamos compararnos al tú por tú con lo mejor del planeta. Se requiere de un proceso detallado para el avance en cualquier deporte. Si hace 30 años nos hubieran dicho que para el 2021 seríamos ganadores de medallas de oro y bronce en Juegos Olímpicos, de dos Mundiales juveniles, de una Copa Confederaciones, etc., nadie lo hubiera creído. Por favor no hablemos del deporte más amado del mundo como si las demás selecciones nacionales no estuvieran evolucionando también, esta es una carrera constante y es sumamente difícil ganar terreno, pero el crecimiento ahí está y es completamente palpable.

A este simple aficionado no le queda más que invitar a todos los mexicanos a reconocer sus límites y conocimientos, a no criticar si no se conoce del tema, a valorar si sí se le sabe y a dimensionar correctamente si te apasiona. 211 años de historia y seguimos en guerra, pero ahora contra los mismos mexicanos, dejemos que la política y las ciencias sociales dividan al país, siempre lo han hecho y siempre lo harán, pero por piedad permitamos que el deporte sea quien nos una, si no es por futbol con Raúl Jiménez y Chucky Lozano, entonces que sea por Checo Pérez o Canelo Álvarez, juramos que la baraja de opciones es bastante amplia. Así que por favor: Más bocas cerradas y más banderas tricolores ondeando… Viva México.

Mario Ramírez

@LaFutboliza

@MarioRamirec

Por: Mario Ramírez

El malinchismo existe en todos los aspectos de nuestra cultura mexicana y el futbol, como cualquier otro deporte, no es la excepción. Esa cultura de siempre hacer menos lo nuestro es una costumbre que se pasa de generación en generación o que simplemente se va aprendiendo con el paso de los años, como si restarle a lo mexicano fuera sinónimo de ser un gran conocedor, moda que lamentablemente se ha hecho popular en el asqueroso nivel de periodismo deportivo que se maneja hoy en día en nuestro país.

En este espacio se ha tocado varias veces este tema, desde gente que hace menos a nuestra liga nacional hasta personas que “mugrosean” a futbolistas internacionales cuyo talento sí es valorado en el extranjero. En México tenemos buena calidad y materia prima, sin embargo tampoco estamos ciegos, nos damos cuenta de todas las trabas y mañas que existen en nuestro balompié y que necesitan de una auditoría más justa lo antes posible, habiendo dicho esto, podemos proseguir con lo siguiente:

El problema del mexicano promedio que no conoce las entrañas de nuestro futbol, es que no dimensiona, sus comparaciones siempre son con lo más alto del mundo y por esa razón en el resultado de dicha comparación siempre nos quedamos cortos y comienzan a descalificar irracionalmente a cualquier jugador que la cámara esté apuntando. Que no se malentienda esto, por supuesto que es motivador fijarse una meta tan alta, pero todo crecimiento es gradual y eso es lo que no se comprende, se debe ir subiendo escalón por escalón, y quizá así algún día podamos compararnos al tú por tú con lo mejor del planeta. Se requiere de un proceso detallado para el avance en cualquier deporte. Si hace 30 años nos hubieran dicho que para el 2021 seríamos ganadores de medallas de oro y bronce en Juegos Olímpicos, de dos Mundiales juveniles, de una Copa Confederaciones, etc., nadie lo hubiera creído. Por favor no hablemos del deporte más amado del mundo como si las demás selecciones nacionales no estuvieran evolucionando también, esta es una carrera constante y es sumamente difícil ganar terreno, pero el crecimiento ahí está y es completamente palpable.

A este simple aficionado no le queda más que invitar a todos los mexicanos a reconocer sus límites y conocimientos, a no criticar si no se conoce del tema, a valorar si sí se le sabe y a dimensionar correctamente si te apasiona. 211 años de historia y seguimos en guerra, pero ahora contra los mismos mexicanos, dejemos que la política y las ciencias sociales dividan al país, siempre lo han hecho y siempre lo harán, pero por piedad permitamos que el deporte sea quien nos una, si no es por futbol con Raúl Jiménez y Chucky Lozano, entonces que sea por Checo Pérez o Canelo Álvarez, juramos que la baraja de opciones es bastante amplia. Así que por favor: Más bocas cerradas y más banderas tricolores ondeando… Viva México.

Mario Ramírez

@LaFutboliza

@MarioRamirec