/ martes 17 de julio de 2018

Vivimos un mundo exponencial

Los últimos años hemos experimentado cambios de una manera muy continua, diríamos que, en esta época, lo normal es el cambio. No sólo desde el punto de vista tecnológico, sino también desde la perspectiva social y ambiental.

Vivimos tiempos retadores; confusión geopolítica, disturbios sociales, ciclos de desastres naturales, ciberataques, y desconfianza a los medios de comunicación y a las empresas tecnológicas. Son muchos ya los eventos disruptores que nos han tomado por sorpresa.

Hace casi veinte años se inventó un acrónimo para referirse a la naturaleza tan dinámica e impredecible del mundo: VUCA, que significa volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. ¿Por qué muchos de nosotros no imaginamos ni anticipamos los cambios masivos que están sucediendo? Las tecnologías y la globalización, además del ritmo acelerado de cambio, ocasionan que nuestros cerebros batallen para mantenerse al día. Eso provoca sorpresa, incomodidad y malestar. Esto que sucede no es algo pasajero. El ambiente VUCA vino para quedarse. El cambio se acelerará, no al revés. Para entrar a un mundo donde “el cambio es la única constante”, las personas debemos cambiar nuestra forma de pensar. Para esto se está utilizando el término de cambio exponencial. Este término proviene de la definición de función exponencial. Una función exponencial permite explicar fenómenos que crecen cada vez con mayor rapidez. Tomemos el caso del desarrollo de una bacteria: una cierta especie de bacteria que, cada hora, triplica su cantidad de integrantes. Esto quiere decir que, cada x horas, habrá 3ˣ bacterias. Así, la función exponencial indica que, partiendo de una bacteria: Después de una hora: f(1) = 3¹ = 3 (habrá tres bacterias). Después de dos horas: f(2) = 3² = 9 (habrá nueve bacterias). Después de tres horas: f(3) = 3³ = 27 (habrá veintisiete bacterias), etc. Este esquema es muy diferente al crecimiento lineal que estamos acostumbrados. El cambio exponencial necesita de personas con pensamientos exponenciales, que alcancen a percibir los cambios a velocidades exponenciales. Ante esta forma de comportarse los cambios en la actualidad, necesitamos desarrollar ciertas habilidades. La primera habilidad exponencial es aprender a transformar la sorpresa en conciencia de anticipación. Para lograrlo, debemos convertirnos en futuristas expertos. Esto no significa extrapolar el paso del cambio actual al futuro, significa imaginar nuevas posibilidades y entender que llegarán más rápido de lo esperado. En la mayoría de las organizaciones, el futuro se proyecta a través de pronósticos numéricos y hojas de cálculo, reforzando la perspectiva de que el mundo del futuro es una extensión de lo que conocemos ahora y de que se puede conectar con fórmulas matemáticas que hagan predicciones cuantificables, esto ya no funciona así. Vemos los eventos del futuro como una nueva versión de los eventos pasados, suponiendo que el cambio se moverá en línea recta, cuando en realidad, la línea hace una curva hacia arriba (exponencial) y nuevas variables tecnologías nunca antes vistas. Además de imaginar un rango de nuevos futuros, también debemos actuar como innovadores, descubriendo nuevas ideas a través de la ideación creativa y una fuerte experimentación. La mejor forma de entender el cambio tecnológico no es leer acerca de éste, sino experimentarlo de primera mano.

Las personas con pensamiento exponencial deben luchar de manera constante con la ética, la moral y las implicaciones sociales de las tecnologías que construyen sus organizaciones.

La tecnología disruptiva deja atrás regulaciones, leyes y normas sociales existentes que hay que enfrentar. Igualmente, la política y la ética no son independientes de la tecnología, y ésta tampoco opera en un silo protegido. Lo más importante en este mundo exponencial, es entender que la sobrevivencia ya no es del más fuerte, sino el responder más rápido a esos cambios. Reconocer que estamos en un punto de inflexión, y que nuestra manera de pensar debe ser diferente, debe ser exponencial, en lo tecnológico, lo social y ambiental.


email: antonio.rios@itesm.mx


Los últimos años hemos experimentado cambios de una manera muy continua, diríamos que, en esta época, lo normal es el cambio. No sólo desde el punto de vista tecnológico, sino también desde la perspectiva social y ambiental.

Vivimos tiempos retadores; confusión geopolítica, disturbios sociales, ciclos de desastres naturales, ciberataques, y desconfianza a los medios de comunicación y a las empresas tecnológicas. Son muchos ya los eventos disruptores que nos han tomado por sorpresa.

Hace casi veinte años se inventó un acrónimo para referirse a la naturaleza tan dinámica e impredecible del mundo: VUCA, que significa volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. ¿Por qué muchos de nosotros no imaginamos ni anticipamos los cambios masivos que están sucediendo? Las tecnologías y la globalización, además del ritmo acelerado de cambio, ocasionan que nuestros cerebros batallen para mantenerse al día. Eso provoca sorpresa, incomodidad y malestar. Esto que sucede no es algo pasajero. El ambiente VUCA vino para quedarse. El cambio se acelerará, no al revés. Para entrar a un mundo donde “el cambio es la única constante”, las personas debemos cambiar nuestra forma de pensar. Para esto se está utilizando el término de cambio exponencial. Este término proviene de la definición de función exponencial. Una función exponencial permite explicar fenómenos que crecen cada vez con mayor rapidez. Tomemos el caso del desarrollo de una bacteria: una cierta especie de bacteria que, cada hora, triplica su cantidad de integrantes. Esto quiere decir que, cada x horas, habrá 3ˣ bacterias. Así, la función exponencial indica que, partiendo de una bacteria: Después de una hora: f(1) = 3¹ = 3 (habrá tres bacterias). Después de dos horas: f(2) = 3² = 9 (habrá nueve bacterias). Después de tres horas: f(3) = 3³ = 27 (habrá veintisiete bacterias), etc. Este esquema es muy diferente al crecimiento lineal que estamos acostumbrados. El cambio exponencial necesita de personas con pensamientos exponenciales, que alcancen a percibir los cambios a velocidades exponenciales. Ante esta forma de comportarse los cambios en la actualidad, necesitamos desarrollar ciertas habilidades. La primera habilidad exponencial es aprender a transformar la sorpresa en conciencia de anticipación. Para lograrlo, debemos convertirnos en futuristas expertos. Esto no significa extrapolar el paso del cambio actual al futuro, significa imaginar nuevas posibilidades y entender que llegarán más rápido de lo esperado. En la mayoría de las organizaciones, el futuro se proyecta a través de pronósticos numéricos y hojas de cálculo, reforzando la perspectiva de que el mundo del futuro es una extensión de lo que conocemos ahora y de que se puede conectar con fórmulas matemáticas que hagan predicciones cuantificables, esto ya no funciona así. Vemos los eventos del futuro como una nueva versión de los eventos pasados, suponiendo que el cambio se moverá en línea recta, cuando en realidad, la línea hace una curva hacia arriba (exponencial) y nuevas variables tecnologías nunca antes vistas. Además de imaginar un rango de nuevos futuros, también debemos actuar como innovadores, descubriendo nuevas ideas a través de la ideación creativa y una fuerte experimentación. La mejor forma de entender el cambio tecnológico no es leer acerca de éste, sino experimentarlo de primera mano.

Las personas con pensamiento exponencial deben luchar de manera constante con la ética, la moral y las implicaciones sociales de las tecnologías que construyen sus organizaciones.

La tecnología disruptiva deja atrás regulaciones, leyes y normas sociales existentes que hay que enfrentar. Igualmente, la política y la ética no son independientes de la tecnología, y ésta tampoco opera en un silo protegido. Lo más importante en este mundo exponencial, es entender que la sobrevivencia ya no es del más fuerte, sino el responder más rápido a esos cambios. Reconocer que estamos en un punto de inflexión, y que nuestra manera de pensar debe ser diferente, debe ser exponencial, en lo tecnológico, lo social y ambiental.


email: antonio.rios@itesm.mx