/ miércoles 12 de diciembre de 2018

VLT  y  la  4-T

En su mensaje al asumir constitucionalmente el cargo de presidente de México, el 1 de diciembre, Andrés Manuel López Obrador inicia por definir las tres grandes transformaciones del país y situarse como el forjador de la cuarta transformación.

Resume que en la de Independencia se luchó por abolir la esclavitud y la soberanía nacional, en la Reforma por el predominio del poder civil y por la restauración de la república. Y en la Revolución “nuestro pueblo y sus extraordinarios dirigentes lucharon por la justicia y por la democracia”.

La cuarta transformación política de México, puede parecer pretencioso o exagerado, dijo, pero hoy “no sólo se inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político” (incluida la constitución).

Los objetivos son acabar con la corrupción y la impunidad que “impiden el renacimiento de México”; se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical.

“Queremos convertir la honestidad y la fraternidad en forma de vida y de gobierno. Estos postulados se sustentan en la convicción de que la crisis de México se originó, no sólo por el fracaso del modelo económico neoliberal, sino también por el predominio en este periodo de la inmunda corrupción pública y privada.

“Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentísimo (capitalismo de compadres).

“Esa es la causa principal de la desigualdad económica y social, y también de la inseguridad y de la violencia que padecemos…

“Respecto a las etapas del proceso histórico de México, el maestro Vicente Lombardo Toledano mencionó cuatro: la lucha por la Independencia de la nación. La organización jurídica de la nación en un Estado republicano. La destrucción del régimen semifeudal y esclavista (1913). Y cuarta, la nacionalización de los recursos naturales, las ramas de la industria básica, servicios públicos, ampliación de régimen democrático, y un nuevo impulso a la política internacional independiente”.

Aunque mucho de lo que se había logrado en esta cuarta etapa ha desaparecido a causa de la pérdida del espíritu nacionalista o incapacidad y oportunismo de toda la clase política para enfrentar el fenómeno de la globalización, todavía quedan espacios de la economía en que puede participar el Estado nacional:

Desarrollo de la pesca en aguas profundas, explotación de las termales con fines curativos, explotación científica de los bosques, reforma fiscal, nacionalización del crédito, aplicación del IVA a medicinas y alimentos, fundar el consejo nacional de planeación y la academia científica…

Pero a condición de que la democracia en México tiene que abarcar no sólo al Poder Legislativo, sino al Poder Ejecutivo también integrando el gobierno con los más capaces elementos representativos de los sectores democráticos de la nación.

Ciudadanos deseosos de hacer progresar a México, ampliar el sistema democrático y de elevar el nivel de vida de las mayorías. Sería un paso enorme de la democracia que impulsaría el desarrollo económico y haría posible el acceso a los beneficios de la civilización y de la cultura para un número cada vez mayor de mexicanos (VLT).


En su mensaje al asumir constitucionalmente el cargo de presidente de México, el 1 de diciembre, Andrés Manuel López Obrador inicia por definir las tres grandes transformaciones del país y situarse como el forjador de la cuarta transformación.

Resume que en la de Independencia se luchó por abolir la esclavitud y la soberanía nacional, en la Reforma por el predominio del poder civil y por la restauración de la república. Y en la Revolución “nuestro pueblo y sus extraordinarios dirigentes lucharon por la justicia y por la democracia”.

La cuarta transformación política de México, puede parecer pretencioso o exagerado, dijo, pero hoy “no sólo se inicia un nuevo gobierno, hoy comienza un cambio de régimen político” (incluida la constitución).

Los objetivos son acabar con la corrupción y la impunidad que “impiden el renacimiento de México”; se llevará a cabo una transformación pacífica y ordenada, pero al mismo tiempo profunda y radical.

“Queremos convertir la honestidad y la fraternidad en forma de vida y de gobierno. Estos postulados se sustentan en la convicción de que la crisis de México se originó, no sólo por el fracaso del modelo económico neoliberal, sino también por el predominio en este periodo de la inmunda corrupción pública y privada.

“Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de los gobernantes y de la pequeña minoría que ha lucrado con el influyentísimo (capitalismo de compadres).

“Esa es la causa principal de la desigualdad económica y social, y también de la inseguridad y de la violencia que padecemos…

“Respecto a las etapas del proceso histórico de México, el maestro Vicente Lombardo Toledano mencionó cuatro: la lucha por la Independencia de la nación. La organización jurídica de la nación en un Estado republicano. La destrucción del régimen semifeudal y esclavista (1913). Y cuarta, la nacionalización de los recursos naturales, las ramas de la industria básica, servicios públicos, ampliación de régimen democrático, y un nuevo impulso a la política internacional independiente”.

Aunque mucho de lo que se había logrado en esta cuarta etapa ha desaparecido a causa de la pérdida del espíritu nacionalista o incapacidad y oportunismo de toda la clase política para enfrentar el fenómeno de la globalización, todavía quedan espacios de la economía en que puede participar el Estado nacional:

Desarrollo de la pesca en aguas profundas, explotación de las termales con fines curativos, explotación científica de los bosques, reforma fiscal, nacionalización del crédito, aplicación del IVA a medicinas y alimentos, fundar el consejo nacional de planeación y la academia científica…

Pero a condición de que la democracia en México tiene que abarcar no sólo al Poder Legislativo, sino al Poder Ejecutivo también integrando el gobierno con los más capaces elementos representativos de los sectores democráticos de la nación.

Ciudadanos deseosos de hacer progresar a México, ampliar el sistema democrático y de elevar el nivel de vida de las mayorías. Sería un paso enorme de la democracia que impulsaría el desarrollo económico y haría posible el acceso a los beneficios de la civilización y de la cultura para un número cada vez mayor de mexicanos (VLT).


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