/ jueves 6 de agosto de 2020

Volverá, la sequía, volverá…

La construcción de las presas acabó con el hambre de una parte de la población chihuahuense del sureste del estado, y marcó su desarrollo, porque con agua asegurada los agricultores disponen de riego y levantan varias cosechas al año. Antes se sembraba lo que ellos llaman tierras de temporal, es decir el campesino tiraba su semilla, cantaba la Danza de la Lluvia y se sentaba a esperar el agua del cielo para que su siembra brotara y diera fruto, que cuando esto sucedía el producto era de una pésima calidad. Sin embargo, con el agua de las presas, aunque no llueva en todo el año, el agricultor, sigue regando y levantando sus cosechas, por otros cinco o seis años más.

Hace casi 30 años esa zona sufrió una sequía espantosa, las tierras se dejaron de sembrar, y donde antes era alfalfa verde se comenzó a volver arena desértica. Y como la naturaleza se maneja por ciclos, es inminente que volverá la sequía, así ha sido siempre, si la sequía no vuelve no seríamos desierto. Delicias, Camargo y Jiménez viven alrededor del agua, la gente antes de saludarte te pregunta si llovió por donde tú andas, porque se vive alrededor de la esperanza de la lluvia. Agua es abundancia, sequía es hambre y muerte, por esta tremenda razón se está defendiendo el agua, porque aquí no interesa si el ciclo agrícola presente está garantizado, aquí lo que interesa es guardar para los tiempos de vacas flacas. En esos años de sequía yo tenía frescos 25 años y me preguntaba el porqué mi papá soñaba tanto con la lluvia si nunca llovía. Él era agricultor y tenía un rancho ganadero donde las vacas aparecían muertas de sed, y de hambre también porque por falta de agua tampoco brota el pasto, duré tantos años viendo este espectáculo, que admiré su fortaleza para esperar, esperar y esperar la lluvia.

En esos tiempos de sequía mi hijo tenía tres años, íbamos de vacaciones a Mazatlán y nos llovió en el camino, el pequeño preguntó qué era eso que corría por el vidrio del carro: se llama lluvia, hijo, un día también en Chihuahua lloverá, le dije. Y así fue. Por eso creo que un día, también la sequía volverá.

Además, en aquellos tiempos de sequía las tierras de cultivo eran la mitad de lo que son ahora, porque hemos crecido como población y se han abierto miles de tierras a la agricultura, por lo que me atrevo a decir que el agua de las presas resistiría tal vez dos de sequía (y los otros cinco, seis, 10).

Conagua, como todo organismo de gobierno, está corrompido, venden al mejor postor los permisos para pozos, le permiten a los menonitas hacerlos donde quieran y apenas en años pasados el río que va a dar a la presa Rosetilla, en Delicias, se quedó seco porque alguien abrió las compuertas, causando una catástrofe ecológica, pues murieron miles de especies.

¿Qué saben en el sur de sequías?, nada, ellos saben de inundaciones, de lluvia constante y sonante, diaria. Creen que si se gasta el agua el dios Tláloc la repone al día siguiente, y es que allá sí la repone.

Creo que primero es la supervivencia de esas poblaciones, porque nadie los va a sacar del hoyo cuando llegue, que ha de llegar, la sequía.


www.silviagonzalez.com.mx

La construcción de las presas acabó con el hambre de una parte de la población chihuahuense del sureste del estado, y marcó su desarrollo, porque con agua asegurada los agricultores disponen de riego y levantan varias cosechas al año. Antes se sembraba lo que ellos llaman tierras de temporal, es decir el campesino tiraba su semilla, cantaba la Danza de la Lluvia y se sentaba a esperar el agua del cielo para que su siembra brotara y diera fruto, que cuando esto sucedía el producto era de una pésima calidad. Sin embargo, con el agua de las presas, aunque no llueva en todo el año, el agricultor, sigue regando y levantando sus cosechas, por otros cinco o seis años más.

Hace casi 30 años esa zona sufrió una sequía espantosa, las tierras se dejaron de sembrar, y donde antes era alfalfa verde se comenzó a volver arena desértica. Y como la naturaleza se maneja por ciclos, es inminente que volverá la sequía, así ha sido siempre, si la sequía no vuelve no seríamos desierto. Delicias, Camargo y Jiménez viven alrededor del agua, la gente antes de saludarte te pregunta si llovió por donde tú andas, porque se vive alrededor de la esperanza de la lluvia. Agua es abundancia, sequía es hambre y muerte, por esta tremenda razón se está defendiendo el agua, porque aquí no interesa si el ciclo agrícola presente está garantizado, aquí lo que interesa es guardar para los tiempos de vacas flacas. En esos años de sequía yo tenía frescos 25 años y me preguntaba el porqué mi papá soñaba tanto con la lluvia si nunca llovía. Él era agricultor y tenía un rancho ganadero donde las vacas aparecían muertas de sed, y de hambre también porque por falta de agua tampoco brota el pasto, duré tantos años viendo este espectáculo, que admiré su fortaleza para esperar, esperar y esperar la lluvia.

En esos tiempos de sequía mi hijo tenía tres años, íbamos de vacaciones a Mazatlán y nos llovió en el camino, el pequeño preguntó qué era eso que corría por el vidrio del carro: se llama lluvia, hijo, un día también en Chihuahua lloverá, le dije. Y así fue. Por eso creo que un día, también la sequía volverá.

Además, en aquellos tiempos de sequía las tierras de cultivo eran la mitad de lo que son ahora, porque hemos crecido como población y se han abierto miles de tierras a la agricultura, por lo que me atrevo a decir que el agua de las presas resistiría tal vez dos de sequía (y los otros cinco, seis, 10).

Conagua, como todo organismo de gobierno, está corrompido, venden al mejor postor los permisos para pozos, le permiten a los menonitas hacerlos donde quieran y apenas en años pasados el río que va a dar a la presa Rosetilla, en Delicias, se quedó seco porque alguien abrió las compuertas, causando una catástrofe ecológica, pues murieron miles de especies.

¿Qué saben en el sur de sequías?, nada, ellos saben de inundaciones, de lluvia constante y sonante, diaria. Creen que si se gasta el agua el dios Tláloc la repone al día siguiente, y es que allá sí la repone.

Creo que primero es la supervivencia de esas poblaciones, porque nadie los va a sacar del hoyo cuando llegue, que ha de llegar, la sequía.


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