/ lunes 31 de mayo de 2021

Voto útil por Bonilla y Maru

Por: Luis Rubén Maldonado Alvídrez

Mi primer voto lo hice por Francisco Labastida en el año 2000 y lo hice con mucha emoción en un ambiente totalmente adverso al PRI. En lo particular es de esos momentos que me marcaron, ese 2 de julio de 2000 que se volvió icónico para el PAN y que poco a poco dejó de ser conmemorado y celebrado.

En 2006 se lo di a Roberto Madrazo; en 2012, mi voto fue para Enrique Peña Nieto, cuyo legado será valorado con justicia conforme pase el tiempo y en 2018, sin duda alguna, no había mejor opción que Pepe Meade, con una circunstancia mucho más adversa que la enfrentada por Labastida.

En el ámbito local, para gobernador voté en 2004 por Reyes Baeza, en 2010 por César Duarte y en 2016 por Enrique Serrano con la convicción de que eran mucho mejor opción para Chihuahua que sus adversarios.

Para alcalde en 2001 voté por Jorge Barousse, en 2004 por Martha Laguette y en 2007 le di mi voto a un candidato distinto al PRI; en 2010, sin duda alguna era mucho mejor perfil para ser alcalde el panista Toño López y en 2013 se lo otorgué a Javier Garfio. Para 2016 y 2018 no había rival que le compitiera por mi voto a Maru Campos, por quien voté también en 2013 para que pudiera ser diputada local.

Quienes me conocen saben de mi afiliación priista y la de mi familia. Pero nunca he sido alguien que vota en automático por el PRI, siempre he ejercido mi voto de manera razonada, por eso nunca le otorgué un solo voto a Marco (Morena) Quezada ni cuando fue candidato perdedor suplente a la alcaldía ni cuando fue candidato ganador a alcalde. Desde mi perspectiva, no tiene méritos ni logros para llevarse mi voto particular.

Hoy, desde estas líneas quiero hacer un llamado a utilizar de manera adecuada el voto este próximo 6 de junio.

Morena sí resultó ser el peligro para México y que amenaza a nuestra ciudad y estado con perfiles dudosos, turbios, corruptos y cómplices del atraco al campo chihuahuense.

Por eso, la invitación es muy clara: hay que votar por Maru Campos para gobernadora y por Marco Bonilla para alcalde de la capital del estado.

A ambos los conozco bien. No de ayer sino de hace buen rato. Ambos son personas preparadas, esforzadas, hábiles y absolutamente dedicadas a Chihuahua; ahí están los resultados que, como equipo, han dado desde la alcaldía capitalina.

Otra razón es el relevo generacional urgente en la política chihuahuense: Maru será la primera gobernadora nacida en la década de los 70 y Bonilla el primer alcalde nacido después de 1980. Una generación que nunca encontró espacios en el PRI ni en Morena.

Es una oportunidad única para hacer un cambio de ideas en el gobierno, que nuestro voto sea útil para Bonilla y Maru, sólo así gana Chihuahua.

ULTIMALETRA

Un fuerte abrazo a la familia de mi querido Ricardo Martínez Decanini, quien fue vencido por el Covid-19. Te extrañaremos, querido amigo.

luisruben@plandevuelo.mx

Por: Luis Rubén Maldonado Alvídrez

Mi primer voto lo hice por Francisco Labastida en el año 2000 y lo hice con mucha emoción en un ambiente totalmente adverso al PRI. En lo particular es de esos momentos que me marcaron, ese 2 de julio de 2000 que se volvió icónico para el PAN y que poco a poco dejó de ser conmemorado y celebrado.

En 2006 se lo di a Roberto Madrazo; en 2012, mi voto fue para Enrique Peña Nieto, cuyo legado será valorado con justicia conforme pase el tiempo y en 2018, sin duda alguna, no había mejor opción que Pepe Meade, con una circunstancia mucho más adversa que la enfrentada por Labastida.

En el ámbito local, para gobernador voté en 2004 por Reyes Baeza, en 2010 por César Duarte y en 2016 por Enrique Serrano con la convicción de que eran mucho mejor opción para Chihuahua que sus adversarios.

Para alcalde en 2001 voté por Jorge Barousse, en 2004 por Martha Laguette y en 2007 le di mi voto a un candidato distinto al PRI; en 2010, sin duda alguna era mucho mejor perfil para ser alcalde el panista Toño López y en 2013 se lo otorgué a Javier Garfio. Para 2016 y 2018 no había rival que le compitiera por mi voto a Maru Campos, por quien voté también en 2013 para que pudiera ser diputada local.

Quienes me conocen saben de mi afiliación priista y la de mi familia. Pero nunca he sido alguien que vota en automático por el PRI, siempre he ejercido mi voto de manera razonada, por eso nunca le otorgué un solo voto a Marco (Morena) Quezada ni cuando fue candidato perdedor suplente a la alcaldía ni cuando fue candidato ganador a alcalde. Desde mi perspectiva, no tiene méritos ni logros para llevarse mi voto particular.

Hoy, desde estas líneas quiero hacer un llamado a utilizar de manera adecuada el voto este próximo 6 de junio.

Morena sí resultó ser el peligro para México y que amenaza a nuestra ciudad y estado con perfiles dudosos, turbios, corruptos y cómplices del atraco al campo chihuahuense.

Por eso, la invitación es muy clara: hay que votar por Maru Campos para gobernadora y por Marco Bonilla para alcalde de la capital del estado.

A ambos los conozco bien. No de ayer sino de hace buen rato. Ambos son personas preparadas, esforzadas, hábiles y absolutamente dedicadas a Chihuahua; ahí están los resultados que, como equipo, han dado desde la alcaldía capitalina.

Otra razón es el relevo generacional urgente en la política chihuahuense: Maru será la primera gobernadora nacida en la década de los 70 y Bonilla el primer alcalde nacido después de 1980. Una generación que nunca encontró espacios en el PRI ni en Morena.

Es una oportunidad única para hacer un cambio de ideas en el gobierno, que nuestro voto sea útil para Bonilla y Maru, sólo así gana Chihuahua.

ULTIMALETRA

Un fuerte abrazo a la familia de mi querido Ricardo Martínez Decanini, quien fue vencido por el Covid-19. Te extrañaremos, querido amigo.

luisruben@plandevuelo.mx