/ lunes 18 de julio de 2022

Vuelta a la página

Por: Francisco V. Lozano

El compromiso asumido por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador con el presidente de USA Joe Biden de comprar 20 mil toneladas de leche en polvo a los productores americanos nos hace replantearnos una vez más cuál es la dirección de las políticas agropecuarias del actual gobierno. El mercado de la leche en polvo está dominado en México por la compañía Nestlé que es una empresa multinacional suiza de alimentos y bebidas con sede en Suiza. Ha sido la empresa de alimentos más grande del mundo, medida por los ingresos y otras métricas. Según Forbes Global es una de las empresas públicas más grandes que se asoció con Anglo-Swiss Condensed Milk Company en Estados Unidos en 1905. Aquí en México tiene su base en Lagos de Moreno, en el estado de Jalisco, y maneja marcas como Milo, Gerber, Nido, Nescafé, Nan, Svetty y Carnation, entre otras.

Se podría considerar como un monopolio de la leche en polvo y es la empresa que más resentiría dicha compra. Aquí las preguntas que resaltan son: ¿A qué empresa (s) les va a comprar la leche el gobierno americano? ¿Cuál será el precio que va a pagar por kilo de leche? ¿Por qué no impulsa el desarrollo de pequeños y medianos establos lecheros para completar la demanda de leche en polvo para sus programas sociales? ¿De qué partida presupuestaria saldrá dicho egreso? ¿Será dicho gasto reservado como información de máxima seguridad? ¿Cumplirá dicho producto con las exigencias de calidad emitidas por la Cofepris? ¿Cuál será el criterio de reparto de dicha leche? ¿Tendrá un costo directo para el consumidor y de ser así, de cuánto? ¿Cuál es el sustento técnico de decir que no hay oferta suficiente de leche en polvo en México? ¿Comprará la leche en polvo a una filial de Nestlé en USA? Estas y muchas otras preguntas de carácter lógico asaltan la mente de los productores nacionales y a decir verdad con una justificada razón, recordemos las 671 pipas nuevas que este gobierno compró iniciado su sexenio, nadie sabe dónde están o en qué se ocupan.

Lo cierto es que con esta compra y con la invitación que le hace a los empresarios americanos para que inviertan en energías renovables, AMLO ya quiere darle vuelta a la página donde cada discurso de su mañanera era antiamericano, ahora ya limó cualquier aspereza. Mucho despotricar en contra de nuestros vecinos aquí, pero sumiso y obediente cuando está en su presencia, ya sea con Trump o Biden siempre es lo mismo, con Peña Nieto, o López Obrador igual, la eterna subordinación con el establishment americano.

Aquí en Chihuahua tenemos los establos Zaragoza (Leche Zaragoza), Industrializadora de Leche Delicias, Lácteos Industrializados Menonitas, industrias lácteas chihuahuenses, etc. Todos ellos de suficiente calidad y no olvidemos los pequeños productores individuales, todos ellos con necesidades de mejorar su infraestructura y de reducir sus costos, ahí es donde se debiera apuntalar el esfuerzo gubernamental para mitigar la crisis alimentaria y económica que nos aqueja.


Por: Francisco V. Lozano

El compromiso asumido por el presidente de México Andrés Manuel López Obrador con el presidente de USA Joe Biden de comprar 20 mil toneladas de leche en polvo a los productores americanos nos hace replantearnos una vez más cuál es la dirección de las políticas agropecuarias del actual gobierno. El mercado de la leche en polvo está dominado en México por la compañía Nestlé que es una empresa multinacional suiza de alimentos y bebidas con sede en Suiza. Ha sido la empresa de alimentos más grande del mundo, medida por los ingresos y otras métricas. Según Forbes Global es una de las empresas públicas más grandes que se asoció con Anglo-Swiss Condensed Milk Company en Estados Unidos en 1905. Aquí en México tiene su base en Lagos de Moreno, en el estado de Jalisco, y maneja marcas como Milo, Gerber, Nido, Nescafé, Nan, Svetty y Carnation, entre otras.

Se podría considerar como un monopolio de la leche en polvo y es la empresa que más resentiría dicha compra. Aquí las preguntas que resaltan son: ¿A qué empresa (s) les va a comprar la leche el gobierno americano? ¿Cuál será el precio que va a pagar por kilo de leche? ¿Por qué no impulsa el desarrollo de pequeños y medianos establos lecheros para completar la demanda de leche en polvo para sus programas sociales? ¿De qué partida presupuestaria saldrá dicho egreso? ¿Será dicho gasto reservado como información de máxima seguridad? ¿Cumplirá dicho producto con las exigencias de calidad emitidas por la Cofepris? ¿Cuál será el criterio de reparto de dicha leche? ¿Tendrá un costo directo para el consumidor y de ser así, de cuánto? ¿Cuál es el sustento técnico de decir que no hay oferta suficiente de leche en polvo en México? ¿Comprará la leche en polvo a una filial de Nestlé en USA? Estas y muchas otras preguntas de carácter lógico asaltan la mente de los productores nacionales y a decir verdad con una justificada razón, recordemos las 671 pipas nuevas que este gobierno compró iniciado su sexenio, nadie sabe dónde están o en qué se ocupan.

Lo cierto es que con esta compra y con la invitación que le hace a los empresarios americanos para que inviertan en energías renovables, AMLO ya quiere darle vuelta a la página donde cada discurso de su mañanera era antiamericano, ahora ya limó cualquier aspereza. Mucho despotricar en contra de nuestros vecinos aquí, pero sumiso y obediente cuando está en su presencia, ya sea con Trump o Biden siempre es lo mismo, con Peña Nieto, o López Obrador igual, la eterna subordinación con el establishment americano.

Aquí en Chihuahua tenemos los establos Zaragoza (Leche Zaragoza), Industrializadora de Leche Delicias, Lácteos Industrializados Menonitas, industrias lácteas chihuahuenses, etc. Todos ellos de suficiente calidad y no olvidemos los pequeños productores individuales, todos ellos con necesidades de mejorar su infraestructura y de reducir sus costos, ahí es donde se debiera apuntalar el esfuerzo gubernamental para mitigar la crisis alimentaria y económica que nos aqueja.