Hace unos meses hablé en este mismo espacio sobre la orfandad política en la que se sentían muchos ciudadanos al no sentirse representados por ninguna opción política en esta elección. Hoy podemos dar la bienvenida a esa orfandad a muchos millones de mexicanos que pusieron su esperanza en Xóchitl Gálvez, tratando de ignorar todo lo que ella representaba y sólo fijándose en su persona. Ahora, ese grupo de ciudadanos se siente solo, abandonado, decepcionado e incluso traicionado por esa opción política que nunca tuvo ni pies ni cabeza. No pasaron ni diez días cuando el presidente del PAN Nacional se deslindó de Xóchitl y la excluyó de las decisiones que se tienen que tomar post elección.
Hoy la gente se pregunta ¿qué sigue?, mientras la oposición se preocupa en definir si haber felicitado o no a Claudia fue perder la dignidad. ¡Hágame usted el favor! Hoy corresponde hacer todo lo posible para que al nuevo gobierno le vaya bien, porque estamos todos en el mismo barco y la mayoría decidió qué ruta tomar para tratar de llegar al mismo punto donde el 100% de la ciudadanía quiere. Hoy, por el bien de todas y todos, necesitamos que se cree una nueva oposición que sea responsable e idealista para ayudar a no tropezarnos en la ruta elegida por la mayoría democrática.
Hablo de una nueva oposición, porque evidentemente la actual no tiene futuro. Espero que estemos de acuerdo con esto, porque si no será muy difícil que las cosas cambien. Un nuevo partido, con caras totalmente nuevas, dirigido por nuevas ideas, convicciones, valores y el bien común. No por un grupo de vividores que solo les interesa su futuro y no el país. Las oposiciones siempre serán necesarias y siempre van a existir, por eso es importante quiénes y cómo sean.
Hoy toca hablar de una reforma política integral que toque, especialmente, el sistema de partidos. Hablo de una reforma que cambie la forma en la que se selecciona a los plurinominales, abrir los partidos para que se pueda afiliar quien quiera y que el INE lleve esos registros, una reforma que facilite la creación de partidos políticos y que no reciban prerrogativas inicialmente, una que contemple que cuando se formen alianzas ya no se puedan separar y reciban una sola prerrogativa como fuerza política, etc. Tenemos que hablar de eso y exigir. No puede ser que esta elección estuvo en manos de tres impresentables: Marko, Alito y Zambrano. Esto sucede porque, de la forma actual, hay una concentración del poder en los partidos y dentro de los mismos hay otra concentración en una muy pequeña cúpula. También por eso vimos candidaturas sin pies ni cabeza, personajes que no tienen ni carisma ni liderazgo, porque todos fueron seleccionados por dedazo y compromiso. Ya ni siquiera existen las internas en los partidos, mucho menos la apertura a ciudadanos líderes.
Esto se reflejó mucho en Chihuahua, donde la oposición se enfocó en mantener la mayoría en el Congreso del Estado, lograron ganar casi los mismos distritos, pero perdieron votos, por lo que en la repartición de plurinominales no salen las cuentas conforme al objetivo.
Morena está haciendo bien su trabajo como partido, pero evidentemente la oposición no. Urge que cambien para que este país tenga equilibrio, debate y no tropecemos. Dejemos a un lado la arrogancia y hagamos las cosas bien de una vez por todas.
Licenciado en Creación y Desarrollo de Empresas. Empresario.
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