/ lunes 4 de octubre de 2021

¿Y la certidumbre ‘apá?

Por: Román Rivas Hong

En mi anterior columna mencioné la inmejorable oportunidad que nuestro país tiene en esta ventana de tiempo en la que hoy estamos para recibir inversión extranjera derivada de la estrategia de reshoring que muchas compañías planean para relocalizar sus procesos de manufactura desde Asia a localidades ubicadas en Norteamérica, debido al caos y la disrupción que las cadenas de valor de la manufactura sufren actualmente como resultado de la pandemia. Lo que no mencioné son las posibles complicaciones u obstáculos para que esas inversiones fluyan de manera ágil, ya que es precisamente agilidad lo que necesitan estas compañías para recuperar su sanidad financiera.

Desafortunadamente, nuestro país va en sentido opuesto a esa agilidad que los inversionistas buscan al tratar de mover sus operaciones, y por si fuera poco, las condiciones de certidumbre para el inversionista extranjero están en un nivel sumamente bajo, ya que pareciera ser que el gobierno federal está empeñado a cambiar todas esas reglas que en el pasado ayudaron a atraer miles de millones de dólares al país en inversiones. Por ejemplo: ¿Cómo puede una empresa tener certidumbre para invertir con el precedente que han dejado casos como el de Constellation Brands o el Aeropuerto de Texcoco? O también: ¿Qué empresa que se dedique a la generación de energías limpias querrá invertir en México cuando el propio presidente envía una iniciativa de reforma que prácticamente pone a la energía eléctrica en un estado de regresión eliminando todos los controles que hasta la fecha permiten medir su competitividad? Si a esto sumamos los largos tiempos que un inversionista debe esperar para conseguir un permiso de maquila, y los efectos que otras reformas recientes han traído, tales como la de los hidrocarburos, el outsourcing, los cambios que en legislación laboral ha traído el T-MEC, etc. la incertidumbre para el inversionista es todavía mayor.

Y así como todos estos casos que nos han sorprendido de manera no grata a todos los que contribuimos a la economía, nuestra industria podría sufrir próximamente un duro golpe que acrecentaría aún más la incertidumbre del inversionista: la eliminación del APA como una opción de cumplimiento en materia de precios de transferencia. La tributación de las empresas IMMEX en México está regulada para términos de determinación de ingresos por el servicio de maquila mediante lo que se conoce como precio de transferencia, que es el precio que, a valor de mercado, debe cobrar la maquiladora por el servicio de manufactura al residente en el extranjero que la contrata. Conforme a la legislación, se consideran dos opciones de cumplimiento con los precios de transferencia: el Safe Harbor y el APA o Acuerdo Anticipado de Precios (por sus siglas en inglés: Advanced Pricing Agreement). El pasado mes de septiembre el Dr. Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno federal, presentó ante la Cámara de Diputados el paquete económico 2022, el cual incluye una reforma fiscal. Dentro de dicha reforma se contempla la eliminación de los precios de transferencia (APA), con los que actualmente operan muchas maquiladoras del estado. Si la reforma se aprueba “sin mover una sola coma”, el riesgo económico y social que esta eliminación generaría para los trabajadores y para la industria sería de grandes dimensiones. En el momento de mayor certidumbre para atraer inversión extranjera, el país genera condiciones de la mayor incertidumbre posible… podríamos perder la ventana.

Presidente de la Asociación de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación, Index, para la región centro y sur del Estado de Chihuahua


Por: Román Rivas Hong

En mi anterior columna mencioné la inmejorable oportunidad que nuestro país tiene en esta ventana de tiempo en la que hoy estamos para recibir inversión extranjera derivada de la estrategia de reshoring que muchas compañías planean para relocalizar sus procesos de manufactura desde Asia a localidades ubicadas en Norteamérica, debido al caos y la disrupción que las cadenas de valor de la manufactura sufren actualmente como resultado de la pandemia. Lo que no mencioné son las posibles complicaciones u obstáculos para que esas inversiones fluyan de manera ágil, ya que es precisamente agilidad lo que necesitan estas compañías para recuperar su sanidad financiera.

Desafortunadamente, nuestro país va en sentido opuesto a esa agilidad que los inversionistas buscan al tratar de mover sus operaciones, y por si fuera poco, las condiciones de certidumbre para el inversionista extranjero están en un nivel sumamente bajo, ya que pareciera ser que el gobierno federal está empeñado a cambiar todas esas reglas que en el pasado ayudaron a atraer miles de millones de dólares al país en inversiones. Por ejemplo: ¿Cómo puede una empresa tener certidumbre para invertir con el precedente que han dejado casos como el de Constellation Brands o el Aeropuerto de Texcoco? O también: ¿Qué empresa que se dedique a la generación de energías limpias querrá invertir en México cuando el propio presidente envía una iniciativa de reforma que prácticamente pone a la energía eléctrica en un estado de regresión eliminando todos los controles que hasta la fecha permiten medir su competitividad? Si a esto sumamos los largos tiempos que un inversionista debe esperar para conseguir un permiso de maquila, y los efectos que otras reformas recientes han traído, tales como la de los hidrocarburos, el outsourcing, los cambios que en legislación laboral ha traído el T-MEC, etc. la incertidumbre para el inversionista es todavía mayor.

Y así como todos estos casos que nos han sorprendido de manera no grata a todos los que contribuimos a la economía, nuestra industria podría sufrir próximamente un duro golpe que acrecentaría aún más la incertidumbre del inversionista: la eliminación del APA como una opción de cumplimiento en materia de precios de transferencia. La tributación de las empresas IMMEX en México está regulada para términos de determinación de ingresos por el servicio de maquila mediante lo que se conoce como precio de transferencia, que es el precio que, a valor de mercado, debe cobrar la maquiladora por el servicio de manufactura al residente en el extranjero que la contrata. Conforme a la legislación, se consideran dos opciones de cumplimiento con los precios de transferencia: el Safe Harbor y el APA o Acuerdo Anticipado de Precios (por sus siglas en inglés: Advanced Pricing Agreement). El pasado mes de septiembre el Dr. Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público del gobierno federal, presentó ante la Cámara de Diputados el paquete económico 2022, el cual incluye una reforma fiscal. Dentro de dicha reforma se contempla la eliminación de los precios de transferencia (APA), con los que actualmente operan muchas maquiladoras del estado. Si la reforma se aprueba “sin mover una sola coma”, el riesgo económico y social que esta eliminación generaría para los trabajadores y para la industria sería de grandes dimensiones. En el momento de mayor certidumbre para atraer inversión extranjera, el país genera condiciones de la mayor incertidumbre posible… podríamos perder la ventana.

Presidente de la Asociación de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación, Index, para la región centro y sur del Estado de Chihuahua