Por: María de los Ángeles Ruíz
Esta semana estamos observando la invasión de Rusia a territorio ucraniano, las opiniones son muy divididas ya que Vladimir Putin alega estar protegiendo los territorios que supuestamente se han adherido recientemente a Rusia y ha entrado a Ucrania con una gran demostración de fuerza y equipamiento bélico, por otro lado el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, pide ayuda a los demás países europeos y alega que van por él, pero parece hablar en el vacío, ya que nadie ha movido un dedo para enfrentar a Putin.
¿Pero quién en su sano juicio se atrevería a ponerse al tú por tú contra un agente de la KGB, quien se ha consolidado como el presidente o primer ministro de ese gran conglomerado de territorios, que cuenta con un poderío militar de casi tres millones de soldados?
Adicionalmente Rusia es el proveedor de gas natural para una importante parte de Europa, es un país con gran tecnología y posibilidades de desarrollar ataques tecnológicos, cuenta con armas nucleares, tiene el apoyo de China, entre otras tantas y tantas cualidades por ventajas que tiene Rusia.
Es pues que algunos periodistas alegan no encontrar las imágenes de los supuestos muertos que narra Ucrania, pero por otro lado se conocen testimonios de ciudadanos ucranianos que atestiguan haber sido bombardeados y perseguidos por el ejército ruso.
Rusia anunció que en un máximo de 96 horas recuperaría Ucrania, y así estos territorios estarán de vuelta bajo el régimen de Putín.
Es pues que vemos cómo Rusia pelea junto con China el liderazgo del mundo, y con ello la democracia poco a poco va quedando en los libros de ciencia política, como anécdota de un sistema de organización social.
Triste el panorama para las personas que viven en esos territorios, que desean estar en paz, que quieren conservar las libertades que como país habían ganado, pero que se ven a disposición nuevamente de los intereses económicos y políticos, que son los que realmente mueven al mundo.
Los principios de derecho internacional, los derechos humanos consagrados en la ONU, y todas esas palabras románticas que dicen que una vida es muy valiosa y se debe defender a toda costa, eso, se queda en algún cajón o en el ideal de un colectivo de humanos que se creyeron que fuera verdad lo que se promulgaba.
A su consideración esta situación, siempre todo muy subjetivo, dependiendo de los lentes que tenga el que está leyendo la historia.
Hasta la próxima, y disfrute que no nos invade Putin, pero cuídese porque tenemos nuestros trapos sucios que no hemos ni siquiera visibilizado en la casa.
Abrazo fuerte, y buen inicio de mes, ya el tercero de este año 2022, que viene con todo, según lo ha dejado ver. AECH
