/ jueves 21 de febrero de 2019

Ya vamos muy mal

Me parece que las cosas del país van más mal de lo que yo había pensado que irían. Al principio del sexenio yo manifesté en otro editorial que por lo que se veía, este sería un sexenio peor que el de Luis Echeverría Álvarez. Y di entonces mis razones. Ahora los hechos me dan la razón.

La Federación, por la pobretería y el populismo, ha disminuido las aportaciones que daba a los estados para ramos de subsistencia. Por esa razón, los estados tendrán que cerrar fuentes de trabajo y tendrán que desocupar a muchos trabajadores, y el fracaso será para todo el país.

La CNTE está echando a perder la economía del país con sus bloqueos, y el sistema nada hace. Bueno, ya hizo algo: acusó a la CNTE ante la Comisión de Derechos Humanos. Lo que hace la CNDH es darles la razón a los facinerosos, para la comisión los que tienen la razón son los delincuentes. Y los que se dicen maestros, todo son menos profesores. Son delincuentes comunes.

Los sindicatos de Matamoros están desquiciando a la nación. Van a lograr que las plantas que dan trabajo a los matamorenses se vayan del país, y luego no tendrán compañías donde trabajar. Pero no se hace nada. El desorden de los trabajadores crecerá en todo México.

Los desabastos de gasolina no se han acabado. Los pueblos que están asentados encima de los ductos se siguen robando el petróleo. Es un robo descarado. Alegan que son pobres. En México está creciendo el número de ladrones. El combustible se lo roban los que están cerca de las tuberías, pero todos los precarios están cerca de los alambres de la electricidad, por eso fácilmente de cuelgan de los postes.

Al país lo está manejando a base de subsidios y de populismo. Sigue recibiendo de los indios la autoridad. Siempre que los visita le dan otro bastón de mando, y lo llenan de humos y de superchería. Para mí, superchería son maniobras y medidas que un político, con pretexto de salvar al país, reparte dinero y alabanzas para ganar imagen.

Lo peor es que estamos empezando. Nos faltan seis años por aguantar los discursos sin oratoria. ¡Qué “aburrición”! aguantar esas peroratas dichas palabra por palabra, como si no supiera lo que está diciendo. Entre una palabra y otra largos silencios, o carraspeos, y la mayoría de las veces sólo dice una palabra de una letra. Yo no aguanto esa pobreza de expresión. Cambio de canal de noticias, pero en todos los canales están pasando lo mismo. No me queda otra cosa que apagar la televisión. Y mejor no verla. Y hay otros tres políticos de su mismo partido que han empezado a expresarse como si estuvieran lelos.


Me parece que las cosas del país van más mal de lo que yo había pensado que irían. Al principio del sexenio yo manifesté en otro editorial que por lo que se veía, este sería un sexenio peor que el de Luis Echeverría Álvarez. Y di entonces mis razones. Ahora los hechos me dan la razón.

La Federación, por la pobretería y el populismo, ha disminuido las aportaciones que daba a los estados para ramos de subsistencia. Por esa razón, los estados tendrán que cerrar fuentes de trabajo y tendrán que desocupar a muchos trabajadores, y el fracaso será para todo el país.

La CNTE está echando a perder la economía del país con sus bloqueos, y el sistema nada hace. Bueno, ya hizo algo: acusó a la CNTE ante la Comisión de Derechos Humanos. Lo que hace la CNDH es darles la razón a los facinerosos, para la comisión los que tienen la razón son los delincuentes. Y los que se dicen maestros, todo son menos profesores. Son delincuentes comunes.

Los sindicatos de Matamoros están desquiciando a la nación. Van a lograr que las plantas que dan trabajo a los matamorenses se vayan del país, y luego no tendrán compañías donde trabajar. Pero no se hace nada. El desorden de los trabajadores crecerá en todo México.

Los desabastos de gasolina no se han acabado. Los pueblos que están asentados encima de los ductos se siguen robando el petróleo. Es un robo descarado. Alegan que son pobres. En México está creciendo el número de ladrones. El combustible se lo roban los que están cerca de las tuberías, pero todos los precarios están cerca de los alambres de la electricidad, por eso fácilmente de cuelgan de los postes.

Al país lo está manejando a base de subsidios y de populismo. Sigue recibiendo de los indios la autoridad. Siempre que los visita le dan otro bastón de mando, y lo llenan de humos y de superchería. Para mí, superchería son maniobras y medidas que un político, con pretexto de salvar al país, reparte dinero y alabanzas para ganar imagen.

Lo peor es que estamos empezando. Nos faltan seis años por aguantar los discursos sin oratoria. ¡Qué “aburrición”! aguantar esas peroratas dichas palabra por palabra, como si no supiera lo que está diciendo. Entre una palabra y otra largos silencios, o carraspeos, y la mayoría de las veces sólo dice una palabra de una letra. Yo no aguanto esa pobreza de expresión. Cambio de canal de noticias, pero en todos los canales están pasando lo mismo. No me queda otra cosa que apagar la televisión. Y mejor no verla. Y hay otros tres políticos de su mismo partido que han empezado a expresarse como si estuvieran lelos.