/ martes 27 de marzo de 2018

Yo no voto, y sí me quejo

Increíble que nuevamente nos enfrentamos a la situación de “tener” que votar y que ninguno, ninguno de los candidatos “merece” nuestro voto.

Nuevamente se llegará al punto del llamado “voto útil”. En varios grupos se comenta: Tienes que votar, porque si no votas le estarás dando oportunidad a ya sabes quién.

Algunos empiezan a comentar que el puntero en las encuestas hará destrozos en el país con sus propuestas populistas y la gente que lo está rodeando. Otros más consideran que será un retroceso en los modelos económico y político. La comparación con dictadores suramericanos es constante, y alientan un temor de ver al país convertido en alguno de los países que han sufrido este tipo de personajes.

Otro de los posibles candidatos es producto de manejos turbios, manipulaciones y divisiones de sus mismos partidarios. Además de un enorme aparato de enfrentamientos internos y externos para conservarse en su posición. Aunado a la desbandada de partidarios provocados por la envidia y ego personal.

Uno más, producto de muchos años de corrupción del grupo al que pertenece, con un aparente perfil blanco y capacidad, pero lleno de imputaciones de corrupción del grupo.

Unos más, de los llamados independientes, ya sea relegados y renegados de los grupos políticos oficiales, realmente sin posibilidades reales de llegar, y sólo buscando posicionamientos, poder y presupuestos.

Ante estas alternativas, lo común es votar por el “menos peor”, pero siendo congruentes con uno mismo, y ante la falta de personajes líderes que verdaderamente puedan aportar al país, lo más congruente es no votar por ninguno de los oportunistas o títeres de los grupos políticos.

La crítica es que debemos ser parte de un sistema de partidos y alinearnos a esos partidos, a pesar de que este sistema no ha sido la solución, ni el esquema que pudiera sacar al país adelante, al contrario, es lo que nos ha mantenido fuera de un crecimiento y posicionamiento a nivel mundial. Uno con esquema de “lo mismo”, otro con ambición de poder desmedido, y uno más con tenacidad de años para ocupar el puesto deseado. Todos buscando el poder y el dinero, ninguno de los tres con una visión de país, mucho menos con una entrega a los ciudadanos y el trabajo para ellos. Ojalá pronto podamos “deshacernos” de las cargas de los partidos políticos y el poder pueda regresar a los ciudadanos.

El porcentaje tan grande de “indecisos” es producto de la desconfianza, de la falta de liderazgos reales de ciudadanos. Hoy por hoy, no existen líderes sociales o políticos que vean por el ciudadano, que tenga como visión el crecimiento y la mejora de la sociedad. Todos, absolutamente todos, hoy, están buscando los intereses propios y del grupo al que pertenecen.

Dicen “si no votas, no te quejes”. En desacuerdo, puedo no votar, porque no estoy de acuerdo con la manera en que los mismos partidos y sus representantes, sólo buscan sus intereses y poco a poco, los mismos partidos siguen creando estructuras y personajes para seguir viviendo del poder y dinero. Algunos comentan, pues puedes impactar dentro de los partidos políticos. Pero, la verdad, los mismos partidos van creando un sistema que no pueda hacerles daño o llamado “supervivencia”. Votar por el menos peor, ¿por qué?, ¿porque debemos ser partícipes de un esquema que no nos conduce o ha conducido a mejorar nuestro país? La anulación o el no votar, será parte de una congruencia, porque no seremos parte, ni de los esquemas de los partidos políticos, ni del sistema, que nos orilla a seguir “aguantando” a los especímenes políticos que hacen hasta lo imposible por seguir en el poder. Y, definitivamente, podemos y debemos seguir quejándonos, señalando y promoviendo un cambio en el sistema político de nuestro país, pero no necesariamente a través de los partidos políticos, sino de organizaciones ciudadanas.

Email: antonio.rios@itesm.mx


Increíble que nuevamente nos enfrentamos a la situación de “tener” que votar y que ninguno, ninguno de los candidatos “merece” nuestro voto.

Nuevamente se llegará al punto del llamado “voto útil”. En varios grupos se comenta: Tienes que votar, porque si no votas le estarás dando oportunidad a ya sabes quién.

Algunos empiezan a comentar que el puntero en las encuestas hará destrozos en el país con sus propuestas populistas y la gente que lo está rodeando. Otros más consideran que será un retroceso en los modelos económico y político. La comparación con dictadores suramericanos es constante, y alientan un temor de ver al país convertido en alguno de los países que han sufrido este tipo de personajes.

Otro de los posibles candidatos es producto de manejos turbios, manipulaciones y divisiones de sus mismos partidarios. Además de un enorme aparato de enfrentamientos internos y externos para conservarse en su posición. Aunado a la desbandada de partidarios provocados por la envidia y ego personal.

Uno más, producto de muchos años de corrupción del grupo al que pertenece, con un aparente perfil blanco y capacidad, pero lleno de imputaciones de corrupción del grupo.

Unos más, de los llamados independientes, ya sea relegados y renegados de los grupos políticos oficiales, realmente sin posibilidades reales de llegar, y sólo buscando posicionamientos, poder y presupuestos.

Ante estas alternativas, lo común es votar por el “menos peor”, pero siendo congruentes con uno mismo, y ante la falta de personajes líderes que verdaderamente puedan aportar al país, lo más congruente es no votar por ninguno de los oportunistas o títeres de los grupos políticos.

La crítica es que debemos ser parte de un sistema de partidos y alinearnos a esos partidos, a pesar de que este sistema no ha sido la solución, ni el esquema que pudiera sacar al país adelante, al contrario, es lo que nos ha mantenido fuera de un crecimiento y posicionamiento a nivel mundial. Uno con esquema de “lo mismo”, otro con ambición de poder desmedido, y uno más con tenacidad de años para ocupar el puesto deseado. Todos buscando el poder y el dinero, ninguno de los tres con una visión de país, mucho menos con una entrega a los ciudadanos y el trabajo para ellos. Ojalá pronto podamos “deshacernos” de las cargas de los partidos políticos y el poder pueda regresar a los ciudadanos.

El porcentaje tan grande de “indecisos” es producto de la desconfianza, de la falta de liderazgos reales de ciudadanos. Hoy por hoy, no existen líderes sociales o políticos que vean por el ciudadano, que tenga como visión el crecimiento y la mejora de la sociedad. Todos, absolutamente todos, hoy, están buscando los intereses propios y del grupo al que pertenecen.

Dicen “si no votas, no te quejes”. En desacuerdo, puedo no votar, porque no estoy de acuerdo con la manera en que los mismos partidos y sus representantes, sólo buscan sus intereses y poco a poco, los mismos partidos siguen creando estructuras y personajes para seguir viviendo del poder y dinero. Algunos comentan, pues puedes impactar dentro de los partidos políticos. Pero, la verdad, los mismos partidos van creando un sistema que no pueda hacerles daño o llamado “supervivencia”. Votar por el menos peor, ¿por qué?, ¿porque debemos ser partícipes de un esquema que no nos conduce o ha conducido a mejorar nuestro país? La anulación o el no votar, será parte de una congruencia, porque no seremos parte, ni de los esquemas de los partidos políticos, ni del sistema, que nos orilla a seguir “aguantando” a los especímenes políticos que hacen hasta lo imposible por seguir en el poder. Y, definitivamente, podemos y debemos seguir quejándonos, señalando y promoviendo un cambio en el sistema político de nuestro país, pero no necesariamente a través de los partidos políticos, sino de organizaciones ciudadanas.

Email: antonio.rios@itesm.mx