La pandemia ha complicado la ya difícil situación de miles de familias que en la actualidad no cuentan con lo necesario para sobrevivir presentando diferentes causales y necesidades básicas. La ayuda siempre es bienvenida, afirman personas que hacen un llamado a la generosidad de la ciudadanía, algunos de ellos padecen una o más discapacidades, otros son adultos mayores que no tienen oportunidad de empleo, unas más son madres solteras y jefas de familia que tienen a su cargo la crianza y manutención de hasta cinco hijos.
La pobreza extrema aqueja a 86 mil 300 familias en el estado de Chihuahua que según análisis “Cómo estamos en Chihuahua” elaborado por la Fundación del Empresariado Chihuahua A.C., representa el 7.2 de los hogares en la entidad donde sus habitantes sólo comen una vez al día, incluso hay casos donde pasan hasta 24 horas sin probar alimento.
Estudios de Coneval arrojan que una persona se encuentra en situación de pobreza extrema cuando presenta tres o más carencias sociales y no tiene ingreso suficiente para adquirir una canasta alimentaria.
En la ciudad de Chihuahua, las principales colonias afectadas por esta situación son: La Noria, Ampliación La Noria, Las Norias, Ladrillera, Cerro Grande Napawika (Tarahumara Sur) Divisadero, Ampliación Divisadero, Cerro Grande, Granjas Cerro Grande, Vistas Cerro Grande, Ampliación Cerro Grande, Secretaría de la Marina, Benito Juárez, Nuevas Margaritas, Los Granjeles, Tres Marías, Cuauhtémoc, Ampliación Cuauhtémoc, Valle Dorado, Valle Grande, 3 de Mayo, Del Palmar, Los Mezquites, Jorge Barousse, San Jorge, La Soledad Granjas, Chihuahua La Joya.
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Don Arturo no cuenta con un empleo, colocó la tela roja en el exterior de su hogar y –dice- no ha obtenido buena respuesta, vende ropa y algunos otros artículos para ganar algo de dinero que le permita comprar alimentos.
Hermanos discapacitados colocaron la “tela roja” para solicitar ayuda de la comunidad.
Familia integrada por una mujer adulta y sus cinco hijos de 2, 7, 9, 13 años y un bebé de 7 meses. De origen rarámuri, sufrieron el incendio de su casa. Requieren ropa para los pequeños, pañales y leche, así como alimentos, colchones, artículos de limpieza y muebles.
Cruz Domínguez, de 63 años, ama de casa, y Guadalupe Peña, de 65 años, sin empleo en la actualidad; ambos padecen diabetes y problemas de visión.
María de Jesús Luna, diabética e hipertensa, y Ángel Miguel Gardea González, invidente. Requieren medicamentos: insulina, clonazepam y tramadol con paracetamol, así como alimentos.
Francisco Javier Díaz Morales, de 56 años de edad. Perdió las piernas a causa de un accidente, no tiene familia y vive de apoyo que le brindan sus vecinos.