Don Alberto Contreras capotea el dolor como un torero

En medio de la tragedia familiar, “El Ronco” mantiene vivos sus recuerdos

Efrén Rodríguez Silva | El Heraldo de Chihuahua

  · viernes 31 de julio de 2020

Efrén Rodríguez Silva | El Heraldo de Chihuahua

CHIHUAHUA, CHIH.- Cuando se habla de toros no sólo en Chihuahua, sino en todo México, siempre habrá que hacer mención de alguien que durante toda su vida se entregó a lo que él sigue considerando como su gran pasión, los toros: Don Alberto Contreras Rubalcaba.

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Don Alberto, conocido por sus amigos y en el medio taurino como “el Ronco”, cumplirá 96 años de edad el próximo 8 de agosto y es triste decir que en el umbral de los 100 años esté soportando todo el peso de la tragedia que hoy lo embarga.

Tras su primer gran dolor que representó perder el 4 de diciembre de 1974 a su hijo Raúl Contreras “Finito”, un ídolo de la fiesta brava nacional y a quien aún le llora, el tiempo reciente le tenía ya reservada otra doble tragedia. El mes de noviembre, día 13, pero de 2019, se le murió su otro hijo, Beto, también apodado “Finito”, en la plenitud de la vida, una pérdida a la que semanas más tarde le seguiría otra igual de dolorosa, la de su esposa Gloria, su compañera de toda la vida.

En estos momentos, don Alberto ya no siente lo duro, sino lo tupido. Su salud es precaria, está perdiendo la visión y hay que hablarle fuerte para que escuche. Problemas de diabetes y otros males propios de la edad le están ganando la batalla. Pero sigue de pie y aunque también perdió su casa por una deuda que ya no podía pagar, sigue cobijado por su familia.

LAS SIETE CABECITAS, UN RECUERDO IMBORRABLE

La historia del “Ronco” en sus episodios más dramáticos comenzó seguramente un día como hoy, 1 de agosto, pero de 1939, cuando fue testigo y casi víctima del fatal accidente que costó la vida a siete niños chihuahuenses, todos ellos excursionistas de la Asociación Cristiana de Jóvenes de Chihuahua. El monumento de las Siete Cabecitas que se erigió en el lugar de los hechos es eterno testimonio, donde año tras año se les rinde tributo.

Viajaban 25 niños y don Beto era uno de ellos. Con el camión detenido a un costado de la llamada Curva del Muerto, fueron embestidos por un camión de volteo, y don Beto salvó la vida porque minutos antes se había bajado del camión sin imaginar lo que estaba por ocurrir.

81 años se cumplen este día de aquel trágico suceso que privó de la vida a siete inocentes y marcó muchas otras con el dolor de la pérdida.

ANÉCDOTAS Y MÁS ANÉCDOTAS DEL RONCO

El mundo de los toros siempre ha rodeado la figura de Alberto Contreras.

Recuerda como a la edad de 8 años su padre lo llevó a la que fue la primera plaza de toros en esta capital de Chihuahua, en la calle Nicolás Bravo, entre 4ª y 6ª.

“Era el año de 1932, cuando la ciudad tenía apenas 10 mil habitantes y cada domingo unos mil iban a las corridas de toros”, dice. Y su primera gran anécdota: “Ahí conocí a Alberto Balderas, era amigo de mi padre y me presentó con él. Un momento que no se me olvida, porque apenas me lo presentó, me abrazó y me dijo, tú vas a ser torero. Desde ese momento se convirtió en mi idolazo”.

Ocho años después, en 1940, otro momento trágico. Don Alberto, ya metido de lleno como novillero, en una de esas andanzas se fue a la Ciudad de México con unos amigos sin saber que sería testigo ni más ni menos que de la muerte de su ídolo, Alberto Balderas.

“No sabía que Balderas se presentaría en la Plaza del Toreo, mis amigos me llevaron y yo encantado. Pero mi alegría se apagó cuando vi el momento en que el toro ‘Cobijero’ de Piedras Negras lo cogió por el vientre. Fue una herida mortal. Ese animal era ‘burriciego’, no siguió el capote y lo atropelló”.

CRONISTA Y TORERO AL MISMO TIEMPO


Foto: Archivo | El Heraldo de Chihuahua



En otra de sus anécdotas recuerda como ya haciendo sus pininos como novillero, allá por 1948, iba a presentarse en una corrida en la plaza que llevaba ya el nombre de Alberto Balderas de Ciudad Juárez. “Conocía al director de El Fronterizo. Ese día me dijo, oye Beto, mi reportero taurino se enfermó y quiero que tú me hagas la crónica de la corrida. No, le dije, yo voy a torear. Me miró y dijo, pues tráeme la crónica, a ver cómo le haces. Total, me presenté en la plaza, cumplí y me fui rápido al periódico así como andaba, vestido de luces. Cuando llegué toda la gente hasta me aplaudió por verme así vestido. Escribí la crónica, se la mostré al director, la revisó y me felicitó. Muy bien, muy buena crónica, me dijo”.

Así comenzó su carrera como cronista taurino, que luego alternaría como apoderado de algunas figuras del toreo como Antonio Lomelín, “el Queretano” San Román, a quien por cierto él descubrió y hasta le puso el apodo. Fue también administrador de la ganadería “Los Ricos” en San Miguel Allende, Guanajuato.

FIEL A EL HERALDO DE CHIHUAHUA


Efrén Rodríguez Silva | El Heraldo de Chihuahua



Don Beto fue desde entonces un asiduo y fiel colaborador en El Heraldo de Chihuahua. De allí que esté por sacar a la luz su primer y único libro que llevará como título “Más de 100 notas taurinas de Alberto Contreras en El Heraldo de Chihuahua”.

Esa meta se le ha negado una y otra vez, sin embargo don Beto tiene confianza en que Luis Rubén Maldonado Alvidrez, persona que ya tiene en su poder todo el contenido del libro, lo saque pronto a la luz y pueda él estar presente en la presentación. “Eso quisiera, es mi sueño, ojalá tenga vida para ver mi pequeña obra”, dijo “el Ronco”, quien por si fuera poco, fue uno de los principales fundadores del entonces Círculo de Cronistas Deportivos “Pancho Cano” de esta ciudad y que según sus propias palabras, “me entristece pensar que siendo fundador del Premio Teporaca, a mi edad me hayan expulsado sólo por defender mis ideas”.



Leopoldo López Baca | El Heraldo de Chihuahua

Foto: Leopoldo López Baca | El Heraldo de Chihuahua