Raúl Díaz de León, conocido internacionalmente en el mundo del boxeo como “El Rucana”, falleció la madrugada del martes, a la edad de 83 años.
Lo anterior fue informado por su hija Maritza Díaz de León, señalando que el deceso ocurrió alrededor de las 01:40 horas del martes en su hogar, rodeado de sus familiares, lo que ha llenado de luto al coloquialmente llamado deporte de las orejas de coliflor.
Su hija informó que, de acuerdo con los estudios médicos y el seguimiento que ya se le venía dando al estado de salud de su padre, la causa del fallecimiento tuvo mucha relación con los golpes que recibió durante su prolífica carrera como boxeador y que con el paso del tiempo lo llevaron a padecer Alzheimer, dados los síntomas que manifestaba.
“Era un verdadero ícono del boxeo y un ídolo en la Colonia Industrial, la gente lo apreciaba mucho”, comenta Maritza, quien destaca además el don de gente que tenía su padre, conocido por ser una persona muy desprendida y generosa con los demás. “Tenía un taller de desponchado y en muchas ocasiones cuando iban clientes o le llamaban, él incluso prestaba su vehículo para que se movieran mientras hacía el trabajo. Por eso y más era muy apreciado”, comenta.
Raúl Díaz de León se inició en el boxeo siendo juvenil en 1956. Un año después siendo pupilo del club Plan de Álamos se corona campeón de la ciudad derrotando a Alfredo Castillo y a Víctor López Jiménez en la división de peso medio. Posteriormente gana el estatal y acude al Nacional en Tampico, Tamaulipas.
En 1958 repite como campeón estatal y asiste al Nacional de SLP de la mano del emblemático manager Sacramento Benítez, consiguiendo el campeonato.
Ese mismo año es seleccionado para representar a México en el Mundial del “Cinturón de Diamante” donde queda subcampeón al caer ante el venezolano Fidel Odeman.
Tomó parte en los Centroamericanos de Caracas, Venezuela en 1959 y en 1960 vuelve a ser campeón local y estatal, para asistir al Nacional de Mexicali, bajo la batuta de Fan Fan Ramírez.
Ese año pasa a ser miembro del equipo mexicano rumbo a los Juegos Olímpicos de Roma 1960.
Al retirarse el cuadrilátero, siguió haciendo deporte y el softbol se convirtió en otras de sus pasiones.
En sus últimos años, fue socio activo del Club Deportivo Colonia Industrial y fue elevado al Salón de la Fama del Deporte Chihuahuense el 22 de junio de 1990, bajo la gestión de Roberto Ortiz Raynal como presidente del Comité de Admisión.
Aún no se ha definido la hora en que sus cenizas serán despedidas este miércoles durante una misa en su honor, que tendrá lugar en el templo del Perpetuo Socorro, en la Colonia Industrial.
“El Rucana” nació el 10 de agosto de 1938 en la capital de Chihuahua. Le sobreviven sus cuatro hijas: Tere, Leonor, María del Carmen y Maritza, con la dicha de haber convivido además con ocho nietos.