A 33 días de que inicien los Juegos Olímpicos de Tokio, Horacio Nava, con la certeza de que sea como sea estará asistiendo a su cuartos Juegos, lamenta que muchos deportistas del Estado no tengan los recursos o bien, estén haciendo un gran esfuerzo para costear sus gastos.
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“Nos suspendieron la beca económica desde antes de que iniciara la Pandemia, hace más de quince meses. En lo personal, yo aún tengo la esperanza de que el gobierno (de Javier Corral) que ya se va, deje algo para los deportistas. En su momento, Duarte (César) sólo nos quedó a deber dos meses”, dijo Nava en exclusiva para El Heraldo de Chihuahua, desde su campamento en Ixtapa, Zihuatanejo.
“¿Que qué espero de la nueva administración?, que (Maru Campos) tome más en cuenta las necesidades de los deportistas, sobre todo de los jóvenes que vienen detrás de nosotros. Eso daría mucha credibilidad a las promesas de campaña”.
Con tres Juegos Olímpicos en su historial y con boleto en mano para su cuarta cita de verano en Tokio, no podía faltar en estos momentos otra cereza en el pastel.
EL GRADUADO
Horacio Nava Reza coronó el miércoles pasado su carrera académica en una maestría en Administración de la Educación Física, el Deporte y la Recreación, que va muy de la mano con su profesión como administrador de empresas.
Pero… ¿qué hay detrás de estos extraordinarios logros que a lo largo de 38 años de vida han mantenido a Horacio Nava como uno de los deportistas más perseverantes de México?.
ÉL mismo nos tiene la respuesta: “La disciplina, el amor al deporte, el amor y respeto hacia uno mismo y desde luego, el trabajo”.
Todas las personas que conocen a Horacio podrán entender la magnitud de sus logros deportivos, pero pocos saben de los problemas que “Lacho” ha tenido que afrontar para alcanzarlos.
LA MARCHA, LO MEJOR QUE PUDO ELEGIR
“He sido muy afortunado y ahora pienso que haber escogido la marcha como mi deporte, fue lo mejor que pude hacer. Si hubiera elegido otra disciplina de mayor esfuerzo físico, seguro ya no estaría aquí”, dijo.
“Cuando tenía 21 años de edad –recuerda- regresé con un octavo lugar de mi primer mundial juvenil en Finlandia, en los 50k, en 2005. Por azahares del destino, y aprovechando que los apoyos en esos tiempos eran muy buenos, al menos en el centro del país, decidí someterme a una evaluación médica de rutina. Me hicieron un electrocardiograma y ohh sorpresa, me diagnosticaron un problema cardiaco de nacimiento”, explica.
Horacio padecía de un mal del corazón poco común llamado Wolf Parkinson White, una enfermedad congénita no hereditaria. Su corazón era más grande de lo normal y sin saberlo sufría de taquicardias desde su niñez. “Como te digo, si me hubiera dedicado a otro deporte más exigente, ya habría tronado”, relata.
Tras conocer su situación médica, vino la atención inmediata, requería ser operado a la mayor brevedad y adivinen qué: en Chihuahua no encontró la solución a su caso. ¿Falta de apoyo oficial?. En ese entonces apenas iniciaban los programas de becas de CIMA para deportistas y Lacho aún no contaba con eso.
Afortunadamente su caso llegó a oídos de Carlos Hermosillo, que en esas fechas ocupaba la silla principal en CONADE. De inmediato y apenas conociendo la joven carrera del marchista chihuahuense, el exjugador celeste, tomó el asunto en sus manos y puso todos los recursos a su disposición.
“Todo se dio en el lapso de una semana después del diagnóstico. Me trasladé a la ciudad de México y fue en el Hospital ABC donde fui operado a corazón abierto”.
Después de eso, de la generosidad de CONADE que gastó más de 450 mil pesos más honorarios de los médicos, la normalidad y la tranquilidad le dieron fuerza a sus entrenamientos como atleta de alto rendimiento.
Tres años después, sus primeros Juegos Olímpicos en Beijing 2008 con un séptimo lugar que más tarde se transformaría en sexto gracias al dopaje de otros en su prueba. Luego llegó a Londres 2012 y tampoco podía haber faltado a Río 2016.
Ahora, con la mira puesta en Tokio, Horacio piensa viajar doce días antes, adaptarse al horario y esperar el momento de su prueba, para el día 6 de agosto a las 7 a.m. en Tokio, 4 p.m. 5 de agosto en México, su última competición olímpica y la última vez que se estará caminando en los 50 kilómetros en JO.
