Un chihuahuense muere cada 48 horas por alguna enfermedad relacionada con el consumo de tabaco, de acuerdo con datos de Epidemiología de la Secretaría de Salud federal, que indica que durante el primer bimestre del año en curso fallecieron 35 personas por padecimientos como bronquitis crónica, enfisema pulmonar, cáncer de pulmón o enfermedades cardiovasculares.
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En el mismo periodo de 2021, la cifra fue de 32 muertes por dichas causas, y esta tendencia se ha mantenido durante los primeros bimestres del año, a partir de 2016.
De acuerdo con la dependencia federal, de las personas que fallecieron por enfermedades relacionadas con tabaquismo, 12% corresponde a enfermedades cardiovasculares, un 37% por enfermedades bronquitis crónicas, el 16% por enfisema pulmonar, en tanto que el resto se divide en cáncer de pulmón y otras.
Además, conforme a la Secretaría de Salud, las personas que consumen tabaco tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer Covid-19, en comparación con los no fumadores.
Lo anterior, debido a que fumar tabaco es un factor de riesgo conocido en muchas infecciones respiratorias que aumenta la gravedad de este tipo de enfermedades.
Tras revisar diversos estudios, expertos en salud pública reunidos por la OMS el 29 de abril de 2020 establecieron que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer Covid-19, en comparación con los no fumadores.
El consumo del tabaco es además un factor de riesgo importante de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, algunas enfermedades respiratorias y la diabetes, y las personas que padecen esas enfermedades tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de verse afectadas por la Covid-19.
La OMS evalúa constantemente los estudios recientes, incluidos aquellos en los que se examina la relación entre el consumo de tabaco, el consumo de nicotina y Covid-19, e insta a investigadores, científicos y medios de comunicación a ser prudentes y evitar difundir la idea no probada de que el tabaco o la nicotina podrían reducir el riesgo de padecer coronavirus.
Algunos de los estudios llevados a cabo en torno al consumo de tabaco, citan que a los 20 minutos de que una persona deja de fumar, se reduce la tensión arterial y la frecuencia cardíaca elevadas. A las 12 horas, el nivel de monóxido de carbono en el torrente sanguíneo vuelve a la normalidad. A las 2-12 semanas mejoran la circulación y la función pulmonar. A los 1-9 meses se reducen la tos y la disnea.