Aumento en los precios de los alimentos y ausencia de los compradores habituales son las consecuencias que los comerciantes de la Central de Abastos de Chihuahua sufren ante la contingencia sanitaria por el virus Covid-19.
De acuerdo con vendedores que se ubican dentro de las instalaciones de la Central, desde hace un par de semanas los precios de los alimentos se han incrementado hasta en un 80% como en el caso del kilo de aguacate, al pasar de 25 a 45 pesos en cuestión de días.
El incremento del costo en los alimentos y productos que se comercializan en la Central se debe mayoritariamente a la inestabilidad económica mundial, sobre todo en el caso de las legumbres y frutos secos que son importados de países como China, India, África, entre otros.
“Nos han subidos los precios de nuestros productos, sobre todo porque la mayoría proviene del extranjero, son importados de países que están siendo afectados por el coronavirus y hay mayor dificultad para transportarlos, sobre todo un retraso”, explicó Gloria, encargada de uno de los locales ubicados en las instalaciones.
Sumado al incremento del precio en alguno de los alimentos, la reducción de compradores también comienza a representar un problema para los vendedores, quienes expresaron que ante las medidas de prevención comunicadas por las autoridades sanitarias, los ciudadanos comienzan a reducir sus visitas a la Central de Abastos.
Lo anterior es una consecuencia que la mayoría de los abastecedores sufren, a excepción de aquéllos cuyo sistema de ventas se basa en entregas directas en el establecimiento del comprador en caso de pedidos por mayoreo, quienes explicaron no sufrir una baja en el consumo.
Al estar expuestos en la vía pública y con contacto constante con compradores, los transportistas de los alimentos optaron por tomar sus propias medidas de prevención a pesar de no tener ninguna visita e información directa por parte de las autoridades sanitarias en cuanto al manejo de alimentos.
En algunos de los establecimientos, desde hace dos semanas, todos los trabajadores deben usar cubrebocas y guantes de látex, estén dentro o fuera de la tienda y las bodegas. En el área de mostrador algunos locales colocaron plástico transparente para reducir el contacto con el cliente y empleados, así como marcas en el suelo para indicar el lugar donde está permitido que los compradores esperen su turno, asegurando así la distancia de separación recomendada por las autoridades.
De acuerdo con un recorrido en la Central de Abastos, se constató que todos los locales en funcionamiento mantienen en sus instalaciones diversos avisos preventivos sobre la contingencia sanitaria, tales como lavarse las manos de forma constante, usar gel antibacterial que fue posicionado en los diversos mostrados y áreas de pago, así como las instrucciones correctas al momento de estornudar o toser.
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