“A nosotros no nos corrieron los malandros, no nos corrieron las extorsiones, eso lo pudimos sobrellevar; nos corrió la pandemia o quizá el mal manejo de esta”, manifestó Roberto Leyva, exgerente del sport bar denominado “Bola 8” que cerró sus puertas al cumplir 16 años de ofrecer un concepto novedoso en Chihuahua.
Quien es originario de ciudad de Hermosillo Sonora, comenzó a manejar el establecimiento que se ubicaba en el Periférico de la Juventud, a partir del 2009, cuando la situación de inseguridad en la entidad era preocupante.
“Yo era ajeno a la situación de violencia que había, por lo que al arrancar con esta responsabilidad, fueron años difíciles en cuestión de seguridad; sin embargo, logramos tener un lugar limpio, seguro, con ambiente familiar”, resaltó.
Con cierta melancolía cuenta que le tocó ver a cientos de empleados “pasar” por el negocio y que, su orgullo es que muchos de ellos cursaron su carrera profesional trabajando en dicho lugar. “Para Club 8, a la par del servicio, estaba cuidar a nuestro equipo para que cumplieran sus metas”, dijo.
Relató que a inicios del 2020 tuvo un accidente de gravedad y debió incapacitarse por lo menos un mes y medio; todavía estaba convaleciente cuando se decretó el cierre de negocios en atención a las medidas sanitarias.
Luego, con el cambio de semáforo reabrieron en el mes de julio del año pasado, con el concepto de restaurante-bar, pero sólo trabajaron un mes y cerraron de nuevo en agosto, manteniendo la esperanza de que después se relajaran un poco más las restricciones de salubridad; finalmente en el mes de octubre se tomó la decisión de que era imposible volver.
Dio a conocer que pudieron acceder a un apoyo a través del Fideicomiso Estatal para el Fomento de las Actividades Productivas en el Estado de Chihuahua (Fideapech), pero su servicio ya no era redituable puesto que su principal atractivo eran las mesas de billar pero se encontraban inhabilitadas por órdenes de Coespris, entonces los clientes preferían retirarse.
Intentaron competir con los precios de negocios abiertos en ese entonces, como uno que ofrece productos a 19.90 pesos, pero este era su giro y la gente buscaba el concepto original de la Bola 8 donde las parejas jóvenes podían llegar a disfrutar de un lugar con música en vivo en compañía de sus hijos.
Hasta el momento, ninguno de los colaboradores ha puesto una demanda contra Leyva o el negocio, como han ocurrido otros casos, “esto porque eran fieles al negocio; siempre se les trató como familia, y nunca se permitió que fueran sobajados por los clientes”, de acuerdo al exgerente.
Derivado del cierre, perdieron el sustento 11 familias, ya que se mantenía una plantilla del mismo número de trabajadores, aunque obviamente con rotaciones y, al menos durante los 11 años que Roberto estuvo al frente, entre 20 y 30 personas terminaron sus estudios profesionales laborando en Club 8.
El entrevistado reveló que tuvo muchas ofertas para irse a sectores distintos, pero él sentía que su trabajo más fuerte era el seguir en el sitio donde podía apoyar a jóvenes a que cursarán sus estudios gracias a esta fuente de empleo. “Es doloroso porque ninguno de nosotros hemos podido recuperar el nivel de ingresos económicos; casi todos estamos trabajando más tiempo por una remuneración mucho menor a la que estábamos acostumbrados”.
Durante la pandemia, el principal reto que enfrentaron fue el pago de la nómina para el personal, considerando los colaboradores siempre fueron considerados parte fundamental; aparte se estuvo pagando todos los servicios aun sin operar, con tal de seguir por ejemplo con el servicio de cámaras de vigilancia ya que a mediados del 2020 registraron intentos de robo.
Sobre la forma en que la autoridad ha venido manejando la pandemia, apuntó que se habla de un estado que está en contra de las decisiones o sugerencias por parte de los encargados de la seguridad pública, esto es, el Gobierno Federal y eso complico todo. “El súper cierre debió ser al principio de la pandemia, pero lo hicieron quizá ya demasiado tarde. Debieron ser más flexibles para que los negocios no terminaran cerrando, pero parece que al Gobierno no le interesa los micronegocios donde las personas dejan los ahorros de su vida”, añadió.
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La Regina, víctima de la pandemia en Chihuahua
Se perdió el sustento directo de aproximadamente 45 familias
La crisis económica y de salud de los últimos meses dejó muchos saldos, desde pérdidas de vidas, de empleos, económicas, sin dejar atrás las pérdidas de negocios; un ejemplo de esto es el restaurante-bar “La Regina”, al despedirse de sus instalaciones no solo por problemas económicos, sino también por la delincuencia, que apuntan, es un remanente de la pandemia.
Mauricio Gutiérrez Moure, socio fundador de este negocio, aseveró que de las principales consecuencias del atraco a su negocio, durante el mes de julio, fue la falta de trabajo y oportunidades, que trajo consigo un incremento en la criminalidad, forzando a la gente a estas acciones para poder subsistir.
“La gente perdió sus empleos durante la crisis, y con la desesperación se vieron obligados a delinquir, lo cual se facilitó ya que se disminuyó la seguridad por el mismo tema de la pandemia, causando la tormenta perfecta para que se diera el golpe a las instalaciones del periférico de la juventud”, explicó el empresario.
El modus operandi de este atraco no tuvo muchas complicaciones, los ladrones abrieron un boquete en la pared, por donde sacaron del interior del establecimiento pantallas, mobiliario, cámaras de seguridad cableado, y demás artículos que tuvieron a la mano para poder sustraerlos del interior.
Tras el atraco, el propietario del establecimiento subió a redes sociales un video en donde explicaba cuál había sido la afectación a su negocio, así como narró que detuvo a uno de los ladrones en pleno robo.
“Lo detuve cuando estaba llevándose las puertas del baño, al querer agarrarlo se metió a una casa, se salvó de que no lo noqueara”, explicó el empresario en sus redes sociales, el día que se dio por enterado del hecho.
No obstante, a pesar de las cuantiosas pérdidas que sufrió por el atraco a su restaurante, Gutiérrez Moure continúa con una de sus sucursales abiertas, la cual indica que únicamente permanece así para sacar la ganancia suficiente de pagar el sueldo de sus empleados.
“La Regina vieja continúa sus operaciones desde que se abrió la oportunidad para los restaurantes, sin embargo debo de aceptar que los ingresos, con el aforo que tenemos, únicamente alcanzan a cubrir los sueldos del personal, así como los insumos que se requieren para su operación”.
Además del ataque por parte de la crisis económica y el de la inseguridad, el dueño del restaurante-bar, apunta que las malas estrategias de gobierno fueron el tercer daño que sufrió durante el 2020.
“No se nos condonó ningún tipo de pago de obligaciones, ni luz, ni agua, tampoco el predial o los impuestos, los permisos de venta de alcohol; todo se debió de pagar de manera puntual, lo que nos trajo una afectación más”.
Antecedentes
El 25 de mayo, los establecimientos de Mauricio Gutiérrez Morue, cerraron de manera puntual, atendiendo las indicaciones de las autoridades de salud, en donde se dictaminaba el cierre de espacios públicos, para prevenir el riesgo sanitario por la pandemia de SARS-CoV-2 que azotaba tanto el país, como el estado.
“Nosotros cumplimos 7 años como empresa, y ese lugar anteriormente ya había sido un establecimiento comercial; pero nosotros le cambiamos el concepto para convertirlo en el espacio tan memorable que es ahora”.
Cerca de 2 años es lo que estima el propietario que tardó en hacer que su negocio despegara y llegara a un punto de equilibro comercial, en cuanto a los ingresos y egresos necesarios para sostenerse.
“Nos tocó mucho trabajo, pero lo logramos; después viene el posicionamiento en la ciudad, abriendo La Regina Norte, que se ubicaba sobre el periférico de la juventud, dando sustento a un aproximado de 45 familias, que dependían de nuestros empleados, pero lamentablemente nos tocó vivir esta historia”.
Hoy en día, La Regina Vieja continúa abierto, pero el empresario ha puntualizado que su negocio al norte de la ciudad, ya no podrá volver a abrir sus puertas, por lo menos hasta que pase un poco la crisis económica, en un estimado de 2 años, o lo que se pueda sumar, si la situación continúa en lo mismo.
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