La capital del estado registra una pérdida, hasta la fecha, de siete restaurantes que tuvieron que cerrar de manera definitiva, a consecuencia de la pandemia del coronavirus, que ha azotado la economía en los últimos meses.
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Según datos de la división restaurantera de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco), y de la Asociación de Comerciantes del Centro (Cocentro), esta es la cantidad de agremiados que les han manifestado un cierre definitivo, por no poder reabrir sus negocios, a pesar de tener aforos del 50%.
De igual manera, señalan que el número de restaurantes que aún están entre la reapertura o un cierre definitivo se encuentra en los 43 establecimientos en la capital, entre micro, pequeños, medianos y grandes negocios.
“Las pérdidas se han venido presentando desde que se anunció el cierre en la ciudad, y si bien, no tenemos una cuantificación exacta de las afectaciones económicas; se habla de una pérdida de 600 millones de pesos para todo el sector comercio”, explicó Andrés Nava, titular del área de restaurantes de Canaco Chihuahua.
El empresario señala que el sector restaurantero ha sido muy lastimado, y esto continúa a pesar de que sigue trabajando con los aforos limitados, lo que ha generado que continúe el cierre de negocios en la ciudad.
“En la sección han sido cuatro establecimientos que ya cerraron de manera definitiva y nos dieron las gracias; tenemos la esperanza de que en diciembre se pueda recuperar el panorama, pero muchos nos han comentado que si para enero el panorama continúa así, se verán obligados a cerrar definitivamente”.
Por su parte, Ricardo Perea, presidente de Cocentro, explicó que hay tres de sus agremiados quienes ya le han manifestado que no volverán a abrir, a pesar de que aún no han hecho el anuncio de manera oficial.
“Es demasiado preocupante la situación dentro del gremio de los restauranteros; todavía no lo hacen público, pero tenemos tres agremiados que ya no van a poder reabrir sus negocios y cuatro más están en miras, a final de mes, si se ven en la necesidad de cerrar”.
Perea explicó, como propietario de un local de este giro, que la reapertura con el color naranja trajo crecimiento económico para el sector, pero que ahora ya se estabilizó y han comenzado a ver las problemáticas de una reapertura al 50%.
“Nos hemos visto en la necesidad, en algunos de los establecimientos, a presionar a los clientes de que si no están tomando algún alimento se retiren, para dejar el lugar a un nuevo cliente; por ello hemos tenido pérdidas de alrededor de un 40 o 50%, es por eso que estamos esperando un cambio al color amarillo, pero vemos más cercano un regreso al rojo”.
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