/ viernes 10 de junio de 2022

Empresarios & Sociedad: Manuel Fitzmaurice y el desarrollo comunitario

Derivados de desarrollos propios de la Fechac, un grupo de empresarios ha ido aplicando un modelo de intervención integral para combatir los rezagos sociales en la ciudad de Chihuahua

Derivados de desarrollos propios de la Fechac, un grupo de empresarios ha ido aplicando un modelo de intervención integral para combatir los rezagos sociales en la ciudad de Chihuahua, con resultados esperanzadores, aunque con retos cada vez más grandes y complejos. Enseguida, reseñamos el trayecto de estas iniciativas, así como los antecedentes empresariales de uno de sus líderes: Manuel Fitzmaurice Castro.

Antecedentes familiares.

El apellido Fitzmaurice tiene origen en la antigua Irlanda de los clanes, donde el prefijo Fitz- es como el sufijo -ez para los hispanos que significa “hijo de”. Manuel explica que sus antepasados se avecindaron en España por la persecución de los ingleses contra los católicos en Irlanda y/o por que España requería refuerzos en sus tierras. Desde ahí llegaron los Fitzmaurice a Cd. Juárez a fines del siglo XIX. Su padre se dedicó a negocios agrícolas, madereros y mineros en lugares tan diversos como Pitorreal, Ascensión y Chihuahua.

Por el otro lado de la familia, Jacobo L. Castro, llegó a Chihuahua después de la revolución proveniente de Piedras Negras. Él, como otros importantes empresarios provenientes de Coahuila, venía de casa modesta y muy esforzada. Ubicó uno de sus centros de operaciones en Cd. Cuauhtémoc, donde levantó silos y bodegas para almacenar los granos que producía la rica Babícora y, más tarde, inició el empaque de la emblemática Avena Chihuahua en la capital, que actualmente administra la familia Wisbrun. A mediados de los años 30, fue socio fundador del Banco de Comercio y del Centro Patronal, hoy COPARMEX.

Foto: Cortesía | Manuel Fitzmaurice

Los estudios y la vida real.

Manuel relata que sus estudios fueron intermitentes, primero por el cierre del Colegio Regional y, segundo, por las huelgas universitarias; pero también por la necesidad de apoyar a su padre en los diversos negocios que emprendía y se veía obligado a suspender la escuela. Finalmente concluyó sus estudios de contador en el Tecnológico de Monterrey, aunque su real aprendizaje empresarial fue precoz y práctico en las faenas diarias de distintos quehaceres. El último de ellos tuvo que ver con el negocio gasolinero de su tío Alfredo Chávez Vázquez.

Desde 1980 a 1989, en que empezó a trabajar por su cuenta, Manuel administró las gasolineras de don Alfredo, casado con su tía Hortensia Castro. Recuerda que en ese tiempo el expendio de las calles independencia y hoy Fuentes Mares, vendía mucho más que cualquier gasolinera de antes y después. A partir de entonces, con el Servicio del Cobre de la 27 y Ojinaga, ese ha sido su giro comercial, un ramo que ha experimentado fuertes cambios por la apertura comercial a Estados Unidos en tiempos de Peña Nieto y, luego, por el nacionalismo de López Obrador que privilegia el combustible mexicano.

Trayectoria social.

Fitzmaurice reconoce la deuda que tiene con su tía Hortensia Castro Linss en la formación del trabajo voluntario, pues ella acumuló 60 años de apoyo a la Granja Hogar y al Patronato del Seminario. Manuel ha seguido esa ruta asumiendo diversos compromisos altruistas. El primero fue el propio Seminario, luego el curso de Ciencias de la familia de la Universidad Anáhuac y de la asociación Familia Mexicana en 1996. Más tarde en 2006 participó en la USEM, donde fue presidente local y, más tarde, nacional. De USEM destaca que el Curso y el Diplomado de Formación Social, le dotó de principios y prácticas de acción en lo personal, en lo empresarial y en lo social.

La delegación Chihuahua de USEM se convirtió en un motor de promoción tanto en Chihuahua como en varias ciudades del Estado. Los resultados positivos son difíciles de medir, no obstante, existen testimonios que reflejan que la reflexión de principios sociales ha generado muchos liderazgos y programas de mejoramiento laboral, empresarial y proyectos altruistas. De USEM surge el compromiso de Fitzmaurice como consejero de la FECHAC y con el desarrollo de modelos integrales de intervención.

Jacobo L. Castro. Foto: Cortesía | Manuel Fitzmaurice Castro

El PICE.

El Programa Integral Conjunto y Estratégico, es llamado así porque busca Integrar los tres vectores de acción de la Fechac: salud, educación y capital social o desarrollo comunitario. Es Conjunto porque invita a organizaciones sociales y a autoridades a trabajar unidos en un mismo espacio de intervención y, Estratégico, porque acompasa las distintas herramientas que aplican para un problema, comunidad o sector específico. Es complementario con otra idea de Fechac, la focalización.

En los últimos 10 años, un grupo de empresarios ha venido trabajando en cuatro zonas difíciles de la ciudad. Está formado por Enrique Terrazas Torres, Eduardo Valles Baeza, Víctor Ramos Arras, Hugo Schmal Peña, Gabriel Hadad Touché y, recientemente, se unió Manuel Milán. Dos consejeras de Fechac, de las llamadas acompañantes, completan el grupo: Iliana Núñez Santini y Eugenia Jacinto Riosvelasco.

Las zonas en las que han intervenido son los barrios alrededor del Cerro Grande, desde 2013 a 2017; la de Riberas de Sacramento, a partir de 2016 y hasta la fecha; y recientemente las colonias Martín López, Ramón Reyes, Hidalgo y Alfredo Chávez. El cuarto reto está localizado en Punta Oriente, proyecto para el que se han hecho estudios y alianzas a fin de intervenir de una manera más eficaz.

Resultados y experiencias.

Manuel Fitzmaurice opina que la participación de los distintos actores con diversas capacidades permite avanzar en el combate del desempleo, la drogadicción, la violencia intrafamiliar y otros males que aquejan grandes zonas habitacionales de la ciudad. En ese sentido, las organizaciones sociales como Red de Cohesión Social, dirigida por Cecilia Olivares o Paz y Convivencia, con Luis Carlos Echeverría, se suman a la participación de las autoridades. En 2016, Maru Campos como alcaldesa, fue la primera en sumarse al proyecto en Riberas y, también, quien lanzó el reto de atender posteriormente a Punta Oriente.

Los resultados positivos que arroja el proyecto Promesa Educativa en Riberas, permite pensar en que se puede participar eficazmente en otros espacios. Se nota una diferencia entre las mujeres “guerreras” de esa zona y las de otros barrios con problemas. La idea es documentar los éxitos y llevarlos a diversos sitios necesitados. Un gran cambio positivo es esperado en más polígonos.

Derivados de desarrollos propios de la Fechac, un grupo de empresarios ha ido aplicando un modelo de intervención integral para combatir los rezagos sociales en la ciudad de Chihuahua, con resultados esperanzadores, aunque con retos cada vez más grandes y complejos. Enseguida, reseñamos el trayecto de estas iniciativas, así como los antecedentes empresariales de uno de sus líderes: Manuel Fitzmaurice Castro.

Antecedentes familiares.

El apellido Fitzmaurice tiene origen en la antigua Irlanda de los clanes, donde el prefijo Fitz- es como el sufijo -ez para los hispanos que significa “hijo de”. Manuel explica que sus antepasados se avecindaron en España por la persecución de los ingleses contra los católicos en Irlanda y/o por que España requería refuerzos en sus tierras. Desde ahí llegaron los Fitzmaurice a Cd. Juárez a fines del siglo XIX. Su padre se dedicó a negocios agrícolas, madereros y mineros en lugares tan diversos como Pitorreal, Ascensión y Chihuahua.

Por el otro lado de la familia, Jacobo L. Castro, llegó a Chihuahua después de la revolución proveniente de Piedras Negras. Él, como otros importantes empresarios provenientes de Coahuila, venía de casa modesta y muy esforzada. Ubicó uno de sus centros de operaciones en Cd. Cuauhtémoc, donde levantó silos y bodegas para almacenar los granos que producía la rica Babícora y, más tarde, inició el empaque de la emblemática Avena Chihuahua en la capital, que actualmente administra la familia Wisbrun. A mediados de los años 30, fue socio fundador del Banco de Comercio y del Centro Patronal, hoy COPARMEX.

Foto: Cortesía | Manuel Fitzmaurice

Los estudios y la vida real.

Manuel relata que sus estudios fueron intermitentes, primero por el cierre del Colegio Regional y, segundo, por las huelgas universitarias; pero también por la necesidad de apoyar a su padre en los diversos negocios que emprendía y se veía obligado a suspender la escuela. Finalmente concluyó sus estudios de contador en el Tecnológico de Monterrey, aunque su real aprendizaje empresarial fue precoz y práctico en las faenas diarias de distintos quehaceres. El último de ellos tuvo que ver con el negocio gasolinero de su tío Alfredo Chávez Vázquez.

Desde 1980 a 1989, en que empezó a trabajar por su cuenta, Manuel administró las gasolineras de don Alfredo, casado con su tía Hortensia Castro. Recuerda que en ese tiempo el expendio de las calles independencia y hoy Fuentes Mares, vendía mucho más que cualquier gasolinera de antes y después. A partir de entonces, con el Servicio del Cobre de la 27 y Ojinaga, ese ha sido su giro comercial, un ramo que ha experimentado fuertes cambios por la apertura comercial a Estados Unidos en tiempos de Peña Nieto y, luego, por el nacionalismo de López Obrador que privilegia el combustible mexicano.

Trayectoria social.

Fitzmaurice reconoce la deuda que tiene con su tía Hortensia Castro Linss en la formación del trabajo voluntario, pues ella acumuló 60 años de apoyo a la Granja Hogar y al Patronato del Seminario. Manuel ha seguido esa ruta asumiendo diversos compromisos altruistas. El primero fue el propio Seminario, luego el curso de Ciencias de la familia de la Universidad Anáhuac y de la asociación Familia Mexicana en 1996. Más tarde en 2006 participó en la USEM, donde fue presidente local y, más tarde, nacional. De USEM destaca que el Curso y el Diplomado de Formación Social, le dotó de principios y prácticas de acción en lo personal, en lo empresarial y en lo social.

La delegación Chihuahua de USEM se convirtió en un motor de promoción tanto en Chihuahua como en varias ciudades del Estado. Los resultados positivos son difíciles de medir, no obstante, existen testimonios que reflejan que la reflexión de principios sociales ha generado muchos liderazgos y programas de mejoramiento laboral, empresarial y proyectos altruistas. De USEM surge el compromiso de Fitzmaurice como consejero de la FECHAC y con el desarrollo de modelos integrales de intervención.

Jacobo L. Castro. Foto: Cortesía | Manuel Fitzmaurice Castro

El PICE.

El Programa Integral Conjunto y Estratégico, es llamado así porque busca Integrar los tres vectores de acción de la Fechac: salud, educación y capital social o desarrollo comunitario. Es Conjunto porque invita a organizaciones sociales y a autoridades a trabajar unidos en un mismo espacio de intervención y, Estratégico, porque acompasa las distintas herramientas que aplican para un problema, comunidad o sector específico. Es complementario con otra idea de Fechac, la focalización.

En los últimos 10 años, un grupo de empresarios ha venido trabajando en cuatro zonas difíciles de la ciudad. Está formado por Enrique Terrazas Torres, Eduardo Valles Baeza, Víctor Ramos Arras, Hugo Schmal Peña, Gabriel Hadad Touché y, recientemente, se unió Manuel Milán. Dos consejeras de Fechac, de las llamadas acompañantes, completan el grupo: Iliana Núñez Santini y Eugenia Jacinto Riosvelasco.

Las zonas en las que han intervenido son los barrios alrededor del Cerro Grande, desde 2013 a 2017; la de Riberas de Sacramento, a partir de 2016 y hasta la fecha; y recientemente las colonias Martín López, Ramón Reyes, Hidalgo y Alfredo Chávez. El cuarto reto está localizado en Punta Oriente, proyecto para el que se han hecho estudios y alianzas a fin de intervenir de una manera más eficaz.

Resultados y experiencias.

Manuel Fitzmaurice opina que la participación de los distintos actores con diversas capacidades permite avanzar en el combate del desempleo, la drogadicción, la violencia intrafamiliar y otros males que aquejan grandes zonas habitacionales de la ciudad. En ese sentido, las organizaciones sociales como Red de Cohesión Social, dirigida por Cecilia Olivares o Paz y Convivencia, con Luis Carlos Echeverría, se suman a la participación de las autoridades. En 2016, Maru Campos como alcaldesa, fue la primera en sumarse al proyecto en Riberas y, también, quien lanzó el reto de atender posteriormente a Punta Oriente.

Los resultados positivos que arroja el proyecto Promesa Educativa en Riberas, permite pensar en que se puede participar eficazmente en otros espacios. Se nota una diferencia entre las mujeres “guerreras” de esa zona y las de otros barrios con problemas. La idea es documentar los éxitos y llevarlos a diversos sitios necesitados. Un gran cambio positivo es esperado en más polígonos.

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