Si tienes problemas para conciliar el sueño, aplica este método constantemente, y en pocos días “dormirás como un bebé”.
¿Cómo funciona?
Cuenta hasta 4. Para comenzar, debes estar de pie, toca el suelo y deja tu lengua pegada al paladar, justo detrás de los dientes. Luego, exhalando por la boca saca todo el aire de tus pulmones. Cierra la boca e inhala por la nariz contando hasta cuatro.
Repetición. Aguanta la respiración contando hasta siete y exhala por la boca contando hasta ocho. Repite el ejercicio tres veces.
Resultados. Según el médico, esta técnica ayuda a combatir la ansiedad, regular la respiración y relajar el sistema nervioso.
El plus de verano
Los días de calor ya comienzan, y qué mejor que aplicar el método “4-7-8” con un toque extra de relajación. Antes de ir a dormir:
Baja tu temperatura. Toma un baño, y no hagas deporte a partir de las siete de la tarde.
Cena fresquito y ligero. Lo ideal es una sopa fría, líquida y con un exquisito frescor. Recuerda que es mejor cenar dos horas antes de irte a la cama.
Revisa tu colchón. De nada sirve estar a 22ºC si tu colchón ya no cumple adecuadamente su función. Busca uno que reduzca los focos de presión sobre el cuerpo, porque eso disminuye el número de veces que necesitas cambiar de postura.
Sigue el ritual. La primera regla es que, si eres de mal dormir, te saltes la siesta o duermas media hora como máximo. La segunda es que a la cama debes ir sólo cuando tengas sueño... aunque eso te obligue a retrasar la hora de acostarte. Y si te desvelaste, lo mejor es que al día siguiente realices actividades que no requieran de mucha atención hasta que vuelva el sueño.
¿Qué pasa si no descansas bien?
Dormir menos horas de las que necesitas afectaría a tu rendimiento al día siguiente, aumentaría tus niveles de cortisol (la hormona del estrés), puede hacerte ganar peso e incluso influye en la recuperación post entrenamiento. También aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiacas o diabetes.
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