Presentó libro de su padre

La hija del parralense se hizo acompañar en los comentarios del historiador Jesús

Aracely Sánchez Ruiz | El Heraldo de Chihuahua

  · martes 5 de noviembre de 2019

Foto: Horacio Chávez | El Heraldo de Chihuahua

Explicó Victoria que “son las voces de las esposas, hermanas, hijas de los guerrilleros, es la visión femenina en la historia, cómo ellas vivieron el asalto al cuartel de Madera”.

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El Fondo de Cultura Económica, que dirige Paco Ignacio Taibo, editó las obras completas de Montemayor en tres tomos que compilan novelas y cuentos como “Guerra en el paraíso”, “Minas del retorno”, “Las llaves de Urgell” y otros títulos.

“La novela se constituye por las voces corales de mujeres, cada una narrando lo que vio, lo que sintió. Aquí Carlos Montemayor hace alusión a Monserrat madre, Alma madre, Alma hija, Albertina, uno tiene que descifrar quiénes son las mujeres que están participando (…) es la visión de cómo las mujeres vivieron el rol de cada uno de los guerrilleros”.

El escritor parralense nos ayuda a reconstruir historias entrelazadas con las voces femeninas, “si bosquejas Las Armas del Alba vas a encontrar ciertos datos que aparecen también aquí en Las Mujeres del Alba; en el ensayo Violencia de Estado en México (…) hay otros datos que aparecen ahí; en Los Informes Secretos, también. Me parece que hay un mapeo histórico en estas novelas de Carlos Montemayor”, explicó.

Por su parte, Jesús Vargas comparó la obra con la de Nelly Campobello, que introdujo en la literatura las imágenes de los revolucionarios, particularmente los fusilados que recibían la muerte de manera altiva sin importarles la sentencia impuesta, porque así eran los jóvenes que pelearon al lado de Francisco Villa. Lo anterior quedó registrado en su obra “Cartucho”, que introdujo una nueva forma de ver a los jóvenes revolucionarios fuera de la tragedia de la muerte.

En tanto, “Juan Rulfo introdujo a los muertos en su novela Pedro Páramo y en sus cuentos; García Márquez introdujo la magia y Carlos Montemayor introdujo en su novela a las mujeres que se quedaban después de que sus hombres morían sacrificados”.

Hizo notar que hasta “Las mujeres del alba” no hay una obra que se dedique específicamente a registrar los momentos posteriores al sacrificio de los héroes, los revolucionarios, los combatientes, sino que ahí termina.

“Y Carlos Montemayor les sigue la pista a las mujeres que resultan tan valientes, en algunos momentos más que sus hombres sacrificados, aportando a la literatura una nueva forma de mirar las historias y de hacer las novelas”.

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