Una noche de estrenos se vivió el viernes en el Teatro de la Ciudad, donde la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Chihuahua clausuró el Foro de Música Nueva “Armando Luna Ponce”, realizado por el Instituto de Cultura del Municipio y el Conservatorio de Música de Chihuahua, del 11 al 15 de noviembre.
YA ESTAMOS EN LA FRONTERA, VISITA EL HERALDO DE JUÁREZ, DA CLIC AQUÍ
En el emotivo concierto se tocaron cinco de las ocho obras que se revisaron en el foro por el compositor Enrico Chapela, la OSUACh y su director, el maestro Raúl García Velázquez.
La primera pieza marca el comienzo de un nuevo capítulo en la vida profesional del tamaulipeco Jonathan Figueroa, por eso le tituló “Despertares”, donde quiso alejarse de la rigidez académica para tomarse más libertades y encontrar una voz propia.
Siguió “Caracol” del morelense Luis David Guerrero García, donde el autor buscó un sonido primigenio que llevara al espectador a un imaginario de la música autóctona, relacionándola con la proporción de la naturaleza.
La composición del poblano Axel Retif, “Noches negras”, describe una experiencia poco conocida, caracterizada por una pérdida profunda de sentido de la vida y las creencias, una suerte de depresión que prepara para una verdadera transformación interior, donde muere el ego y despierta el yo verdadero.
El maestro García Velázquez pasó la batuta al chihuahuense Alan Alfonso Sánchez, para que él mismo dirigiera su obra “Che Uinic”, con un carácter alusivo a la música prehispánica y folklórica mexicana, inspirada en la leyenda maya que cuenta de una bestia gigante que habita los bosques y persigue a los viajeros hasta atraparlos y comerlos. La única manera de escapar es bailar con una rama en la mano y hacerlo caer de la risa, el monstruo no podrá reincorporarse.
“Tzapotecatl-hispana” fue la última pieza, del oaxaqueño Uriel Imriffnol, que habla del pueblo del zapote, retomando la concepción del mundo prehispánico-occidental a través de las sonoridades que permiten concebir dos culturas diferentes, el resultado nos remonta a un lapso de nuestra memoria histórica, empleando recursos melódicos y armónicos que evocan ritmos prehispánicos rituales.
A nombre del ICM, la OSUACh y el Conservatorio, Cristina Barragán, directora de este último, entregó a doña Isabel Ponce Ruiz un reconocimiento póstumo para su hijo, quien puso en alto el nombre de Chihuahua a través de su trayectoria artística.
“Hoy quisimos ser punta de lanza para reconocer a tanto talento que existe en Chihuahua, donde a través de la música somos transformadores de realidades. Sea este el inicio de unos posibles futuros de música nueva donde Armando Luna estará siempre iluminando al conservatorio, a los músicos chihuahuenses y a los músicos del país”, dijo.
Asimismo, informó que su hija Camila Luna, donó al Conservatorio toda la obra del maestro para su investigación y reproducción.
Por último, la orquesta interpretó la “Sinfonía No. 2” de Armando Luna Ponce, compuesta en homenaje a José Guadalupe Posada, cuyos cinco movimientos describen sendos dibujos del caricaturista hidrocálido.
Te recomendamos: