Fue apenas la segunda vez que la madre del pianista Romeyno Gutiérrez le veía tocar en vivo. La primera había sido semanas atrás, en Batopilas, previo al accidente que tuvo y del que afortunadamente salió con bien. Quizá por la conjunción de ambos factores la señora no pudo evitar el llanto de la emoción.
Esta última palabra serviría para definir lo ocurrido antenoche en el Teatro de Cámara Fernando Saavedra durante la presentación del disco del pianista “Danzas rarámuris” en el piano, con el cual debutó como compositor e innovó en la fusión de la música clásica del piano con su origen musical de la comunidad rarámuri.
El mencionado recinto fue insuficiente para que la gente viera y admirara a este talento chihuahuense que jamás olvida sus raíces, como tampoco bastó el aplauso final en reconocimiento a su innegable talento y a las virtudes de este su nuevo proyecto.
Para aquellos que se quedaron fuera, será el próximo 16 de agosto cuando Romeyno reponga este concierto en la capital chihuahuense, en el espacio al aire libre de la plaza de Armas.
Romeyno actuará con su papá mañana en El Paso. Él, interpretando su inseparable piano, mientras que su progenitor lo acompañará al violín y con la guitarra.