XHAYKE ZOE: iba a cumplir 30 años de edad, de estado civil casado y padre de dos hijas. Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Chihuahua, con Maestría en Seguridad Ciudadana, impartida por la Secretaría de Seguridad Pública Estatal.
Certificado en la Ciudad de Albuquerque Nuevo México, como instructor de armas de fuego.
Acreditado como formador de instructores, por la academia de Seguridad Pública Estatal
Cursos de grupos tácticos de reacción penitenciaria, coordinador A. de la Policía Ministerial Investigadora.
Coordinador Adscrito al Centro de Estudios Penales y Forenses.
Era un excelente deportista.
Era hijo mayor de una familia originalmente formada por 4 miembros, permanecerá en mi corazón tu sencillez, espíritu de sacrificio, sus conceptos sobre la justicia, la libertad y la dignidad y su entrega total a su trabajo.
Era un excelente coordinador en estos años de crisis, era un gran abogado y trabajó por convicción en el nuevo sistema de justicia penal tratando de ingresar profesionistas a la Policía Ministerial, por lo que tuvo que rechazar a mucha gente que no tenía el perfil. Cumplió siempre con sus funciones
Quien siempre demostró que un ser humano de la grandeza de él se mide en los pequeños actos cotidianos, él vivió entregado a lo quería… poniendo pasión en lo que hacía… y dando lo mejor de él mismo en cada cosa que realizaba.
Cómo describir la magnitud del dolor de perder una parte de mí. Eres como una huella indeleble, un tatuaje en mi alma.
Aunque su anhelo de poner su vida al servicio de la ciudad de Chihuahua, como reflejo de sus principios, alguien capaz de arriesgar su vida en defensa de sus ideales, comprometido con el desarrollo y defensa de la ciudad, capaz de motivar con la fuerza de su ejemplo.
Esa mañana del mes de mayo día 13, las noticias decían: “Es un homicidio lamentable, a un buen agente, excelente persona, bien preparado, es un homicidio perpetrado en las inmediaciones del edificio de la Procuraduría General de Justicia”.
Fuiste leal al Gobierno Constitucional de Chihuahua, nos enseñaste lo que la cultura y ética nos enseña cómo debe ser nuestro rol como ciudadano, sus deberes y derechos, con énfasis en el respeto a la persona humana, con una completa formación.
Querido hijo, te recuerdo como ese ser humano que sabía el significado de servir a la sociedad y de que hacías lo correcto. Porque sabías que tu trabajo consistía en el respeto a tus funciones como coordinador adscrito al Centro de Estudios Penales y Forenses.
Recuerdo que alguna vez dije que el plan de Dios era que los hijos enterraran a sus padres y no los padres a los hijos, el inmenso amor de una madre no podía cambiar ese pensamiento hasta ver lo sucedido aquella mañana del día 13 de mayo, mi hijo había muerto. Ya lo habían amenazado, en sus manos estaba el deber de que los nuevos elementos que entraran a la Policía Estatal fueran personas sin vínculo con el crimen organizado. Querían que renunciara, su trabajo no era nada fácil.
No sabía que éste ya había llegado a su oficina de a lado.
Hijo mío, fuiste un hombre sabio y comprometido con tu deber, hasta el último día.
Se escucharon 7 disparos afuera del edificio de la Procuraduría, los agresores huyeron rápidamente en una camioneta.
Un hombre quien cumpliese con su deber hasta el último de sus días yacía en el suelo, sangre inocente se derramó en el suelo, intereses mezquinos le robaron la vida.
Fue atacado por la espalda porque todos sabían que para él era fácil desarmar a sus oponentes, ésta vez no le dieron tiempo.
Hay días en que recuerdo historias divertidas de mi hijo, me gusta recordar su tatuaje y su significado, siempre te recordaré hasta que mi corazón deje de latir.
Ofelia Sánchez Mejía
Mayo 2020.