Actualmente un alto porcentaje de los millennials participan en delitos como tráfico de órganos y de menores, fraudes y robos cibernéticos, homicidios y violaciones, prostitución, pornografía y sexting, secuestros, robo de identidad, y particularmente en Chihuahua, narcotráfico, principalmente para compra y colocación de drogas duras como la cocaína, el cristal y la heroína, informó el experto en investigación criminal, José Carlos Hernández Aguilar.
Dijo que existen características del vínculo criminógeno entre el uso de la tecnología y la delincuencia, toda vez que el 60 por ciento de los adolescentes y jóvenes cibernautas son proclives o foco rojo para enrolarse en la delincuencia común u organizada y el 20 por ciento de ellos ya se encuentran vinculados a algún hecho ilícito, de acuerdo a datos penitenciarios.
El 95 por ciento de las personas usuarias de WhatsApp ha visto pornografía u otro tipo de video snuff y el 20 por ciento de usuarios de WhatsApp tiene un círculo directo o indirecto con actividades ilícitas.
Por otra parte, el 80 por ciento de los adictos a internet sufren del síndrome de la cibersoledad (patología mental que tiene su origen en un trastorno adictivo y donde existe una preocupación constante por estar permanentemente conectado a las redes sociales o el resto de las redes informáticas y trae consecuencias psicológicas o físicas en el usuario, es la patología de la comunicación despersonalizada).
Otro de los datos aportados por el experto Hernández Aguilar es que el 80 por ciento de ellos ha caído en prácticas de sexting, y un 70 por ciento de los menores de edad presenta ya un problema o desorden de índole sexual no controlado,
Además, señaló, mucho tiene que ver la llamada “moda alterada”; donde el 75 por ciento de los jóvenes en Chihuahua ha adoptado o asimilado para sí este uso.
El 90 por ciento de los cibernautas ha recibido en más de dos ocasiones pornografía y el 90 por ciento de los youtubers padece el síndrome de la cibersoledad.
“El internet nos ha vuelto en gran medida prisioneros de lo breve y la fría instantaneidad de la comunicación, que nos aparta de las grandes experiencias de convivencia interpersonal; de la excelsitud que produce la paz interior y el fascinante contacto con la naturaleza en cualquiera de sus manifestaciones vivas”, señala el investigador.
Entre las soluciones que propone, se encuentra que en el hogar, los padres de familia retomen el control de los instrumentos, máquinas tecnológicas como tablets, videojuegos, celulares, centros de cómputo, o televisores con sistema Smart.
Asimismo provocar convivencias familiares de sano esparcimiento sutilmente obligatorias, como juegos de mesa tradicionales, días de campo, obras de campo, actividades altruistas, visitas a museos, casas de cultura.
Insertar en las mallas curriculares de la primaria hasta secundaria la asignatura de “ética tecnológica”; la instauración permanente de congresos internacionales en materia de tecnología para cerrar candados a delincuentes cibernautas; promoción del deporte como disciplina básica para fomentar la competencia sana como juego y terapias familiares para lograr vínculos de unidad disciplina, respeto y valores espirituales y deportivos.