/ jueves 5 de diciembre de 2019

A la cárcel siete años; prostituía jovencitas

Se llevaba a las adolescentes con engaños; sólo dos pusieron la denuncia

Cuauhtémoc.- Una mujer que habría reclutado a adolescentes para venderlas a narcotraficantes en una fiesta celebrada en un rancho del municipio de Carichí en 2018 fue sentenciada a pasar 7 años y 6 meses de prisión por el delito de trata de personas en la modalidad de prostitución ajena en perjuicio de dos víctimas menores de edad.

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En total fueron 12 jovencitas, cinco de ellas menores de edad, quienes fueron engañadas para prostituirse con varios miembros del Cártel de Sinaloa, según información generada en 2018, sin embargo, la mayoría no quiso poner denuncia formal, sólo dos siguieron el proceso.

Tras desahogar los medios probatorios obtenidos durante las indagatorias, la acusada fue sentenciada a pasar 7 años 6 meses en prisión del delito de trata de personas en la modalidad de prostitución ajena en perjuicio de dos víctimas menores de edad, pena que la FEM considera mínima y que no es acorde a la gravedad de los hechos, por lo que interpondrán recurso de apelación.

Los hechos ocurrieron el pasado 11 de enero, cuando varios integrantes de este grupo criminal, bajo la orden de un líder identificado como “el Once”, celebraban una fiesta privada en el rancho San Isidro, ubicado en el municipio de Carichí, sobre los límites de Bocoyna, hasta donde trasladaron a las jovencitas.

Todas originarias del municipio de Cuauhtémoc fueron contactadas aparentemente por Ana Karen Flores Cruz, quien las invitó a trabajar en una reunión con un grupo de ingenieros en una mina, por lo cual les pagaría la cantidad de mil pesos, sin embargo, al llegar con esta persona fueron trasladadas a Carichí y no a una reunión en una mina.

A las 12 mujeres, cinco de ellas menores de edad, se les ofreció ya en el rancho San Isidro la cantidad de 2 mil y 2 mil 500 pesos por persona, a la que accediera a tener relaciones con las personas armadas que se encontraban en el lugar, a lo que varias de ellas se habían negado y se encontraban contra su voluntad en aquella fiesta privada.

Durante el transcurso se les privó de los equipos de comunicación para evitar que las mujeres entablaran comunicación en el exterior y no pudieran realizar ningún tipo de denuncia a las autoridades, hasta que cumplieran con el objetivo de brindar acompañamiento a los delincuentes.

Fue el viernes 12 de enero de 2018, por la madrugada, cuando agentes de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), Policía Federal (PF) y Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) irrumpieron en la citada fiesta, donde “el Once” había ofrecido un convivio entre sus hombres armados, con alcohol, drogas y algunas jovencitas de Cuauhtémoc.

En estos hechos, la Procuraduría General de la República (PGR), delegación Chihuahua informó la detención de cuatro personas que fueron identificados como Alfredo C. alias “el Chememe”, Rigoberto S. (a) “el Rigo”, Víctor V. (a) “el Chilango” y Jonathan R., de los cuales Alfredo y Rigoberto eran elementos municipales que ofrecían protección al líder criminal.

Dentro del operativo, los elementos de seguridad ubicaron en el rancho nueve armas largas, entre éstas un rifle de alto poder calibre .50, así como un aditamento lanzagranadas, dos armas cortas y seis vehículos -tres de éstos con reporte de robo, dos con engomados de organizaciones “pafas” y dos blindados-, además de una importante cantidad de cargadores, cartuchos útiles y equipo táctico.


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Tras desahogar los medios probatorios obtenidos durante las indagatorias, la acusada fue sentenciada a pasar 7 años 6 meses en prisión del delito de trata de personas en la modalidad de prostitución ajena en perjuicio de dos víctimas menores de edad, pena que la FEM considera mínima y que no es acorde a la gravedad de los hechos, por lo que interpondrán recurso de apelación.

Los hechos ocurrieron el pasado 11 de enero, cuando varios integrantes de este grupo criminal, bajo la orden de un líder identificado como “el Once”, celebraban una fiesta privada en el rancho San Isidro, ubicado en el municipio de Carichí, sobre los límites de Bocoyna, hasta donde trasladaron a las jovencitas.

Todas originarias del municipio de Cuauhtémoc fueron contactadas aparentemente por Ana Karen Flores Cruz, quien las invitó a trabajar en una reunión con un grupo de ingenieros en una mina, por lo cual les pagaría la cantidad de mil pesos, sin embargo, al llegar con esta persona fueron trasladadas a Carichí y no a una reunión en una mina.

A las 12 mujeres, cinco de ellas menores de edad, se les ofreció ya en el rancho San Isidro la cantidad de 2 mil y 2 mil 500 pesos por persona, a la que accediera a tener relaciones con las personas armadas que se encontraban en el lugar, a lo que varias de ellas se habían negado y se encontraban contra su voluntad en aquella fiesta privada.

Durante el transcurso se les privó de los equipos de comunicación para evitar que las mujeres entablaran comunicación en el exterior y no pudieran realizar ningún tipo de denuncia a las autoridades, hasta que cumplieran con el objetivo de brindar acompañamiento a los delincuentes.

Fue el viernes 12 de enero de 2018, por la madrugada, cuando agentes de la Comisión Estatal de Seguridad (CES), Policía Federal (PF) y Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) irrumpieron en la citada fiesta, donde “el Once” había ofrecido un convivio entre sus hombres armados, con alcohol, drogas y algunas jovencitas de Cuauhtémoc.

En estos hechos, la Procuraduría General de la República (PGR), delegación Chihuahua informó la detención de cuatro personas que fueron identificados como Alfredo C. alias “el Chememe”, Rigoberto S. (a) “el Rigo”, Víctor V. (a) “el Chilango” y Jonathan R., de los cuales Alfredo y Rigoberto eran elementos municipales que ofrecían protección al líder criminal.

Dentro del operativo, los elementos de seguridad ubicaron en el rancho nueve armas largas, entre éstas un rifle de alto poder calibre .50, así como un aditamento lanzagranadas, dos armas cortas y seis vehículos -tres de éstos con reporte de robo, dos con engomados de organizaciones “pafas” y dos blindados-, además de una importante cantidad de cargadores, cartuchos útiles y equipo táctico.


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