Para el Gobierno de la República, Luis Manuel H. H. y Héctor Mario H. H. son líderes de una célula criminal que opera para el Cártel de Juárez en Janos, incluso refieren que Mario “el Mayo” es el principal operador de la estructura criminal en esa zona del estado, y serían quienes generaron la masacre de nueve personas contra miembros de la comunidad LeBarón.
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El 1 de diciembre, durante el desarrollo del primer Informe de Actividades del presidente Andrés Manuel y la marcha por la paz en México, la Fiscalía General de la República anunció la detención de varios delincuentes responsables de la masacre, a través del informe 499/19.
De igual forma, para los familiares, amigos y vecinos del poblado de Janos, insisten que estos dos hermanos no colaboran en células criminales, incluso toda su vida han sido jornaleros y en los últimos meses se han dedicado a cuidar de su padre, quien no puede estar a solas por una serie de padecimientos que mantiene en su salud.
Para el estado de Chihuahua y los datos de inteligencia que se han generado a lo largo de los años, los nombres de los hermanos no figuran en estructuras criminales, incluso datos de antecedentes, historial y toda la investigación que se ha iniciado en su contra no arrojan ni siquiera una sola detención o falta administrativa.
A raíz de la masacre de tres madres y seis menores de edad, el pasado 4 de noviembre, en la comunidad de La Mora, que se ubica entre los límites de Sonora y Chihuahua, la Fiscalía General de la República (antes PGR) atrajo el caso, en colaboración de los estados de Sonora, Chihuahua, elementos de la Guardia Nacional y el Centro Nacional de Inteligencia.
Tras casi un mes de este suceso que consternó a México y gran parte del mundo, han corrido una serie de versiones en torno al caso, donde incluso a horas de los hechos, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana anunció la detención de tres personas, las cuales se confirmó que no habían participado en los hechos.
A lo largo de este primer mes, las familias afectadas lanzaron una serie de acusaciones contra las autoridades de todos los niveles, a tal grado de dejar en duda la veracidad de los hechos, las versiones, detenciones y todo lo ocurrido, pues trascendió que existe un video donde se muestra que los “sicarios” pidieron quemar el vehículo de Rhonita y sus hijos.
El 1 de diciembre, por la madrugada, acudieron elementos del Ejército Mexicano, la Armada de México, de la Policía Federal Ministerial de la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional y del Centro Nacional de Inteligencia, para detener a los hermanos Hernández, a quienes responsabilizan de ser los culpables de haber atentado contra la comunidad mormona.
Posteriormente, el 2 de diciembre, familiares, amigos y pobladores de la comunidad de Janos acudieron a la carretera que conduce de Nuevo Casas Grandes a Janos, la cual bloquearon con vehículos y con más de 50 personas que acudieron a apoyar a Manuel y Mario, por ser una detención de inocentes.
A decir de los asistentes, estos dos hombres siempre han dedicado su vida al campo, incluso en los últimos meses Mario se ha dedicado a cuidar a su padre, quien se encuentra postrado en la cama por una serie de complicaciones en su salud que le impiden desplazarse de forma independiente.
En las pancartas que llevaron cuando detuvieron el convoy de más de cinco unidades que presuntamente llevaban a los detenidos, pidieron al presidente Andrés Manuel y al secretario Durazo resolver el caso de LeBarón, pero no con la inocencia de Manuel y Mario, ya que sólo se los llevaban para “cerrar el caso”.
“EL CHUY” O “EL GORDO”, OPERADOR PRINCIPAL DE LA LÍNEA EN JANOS
El supuesto líder criminal de La Línea en Janos, “el Mayo”, como trascendió en el ámbito nacional por parte del Gobierno Federal, no figura en las estructuras del crimen organizado, ni siquiera como distribuidor o cobrador de este grupo criminal, según informes proporcionados por la Fiscalía General del Estado.
Por parte de los amigos de Mario y Manuel H., aseguran que ni siquiera tienen antecedentes criminales, no les han encontrado droga, o grandes cuentas de dinero, su único error fue ser acusados por otra persona que se encuentra arraigada por un sujeto que está siendo investigado en la Ciudad de México y quien reveló estos nombres.
Ambos sujetos sólo tienen una camioneta del año 98, una vivienda y sus empleos están documentados en las investigaciones que realiza la Fiscalía; esas personas están relacionadas con el campo y principalmente a labores como jornaleros, por lo que no existen indicios que apunten a que ambos son líderes criminales como se anunció en el informe de la Fiscalía General de la República.
Incluso se dice que en el domicilio donde las dos personas fueron ubicadas en días pasados no había drogas, armas o personas privadas de la libertad, como comúnmente aseguran en las intervenciones que realizan las autoridades, sólo encontraron a las dos personas y el anuncio salió a medios de comunicación a mediodía del 1 de diciembre.
Los antecedentes de investigación e inteligencia que sostiene la FGE de Chihuahua apuntan que el principal operador de la estructura criminal es un hombre a quien apodan “el Chuy” o “el Gordo”, y no el denominado “Mayo”, a quien acusan de tener el control documentado a favor del Cártel de Juárez.
De acuerdo con los datos que tiene la Fiscalía, la zona de operación del “Gordo” comprende la zona de Janos y Ascensión, dos poblados vecinos que comparten parte de la zona noroeste del estado, y comprende operaciones con líderes criminales como “el Mudo” o “el 32”, quien actualmente encabeza el municipio Nuevo Casas Grandes y “el Grillo”, quien lo acompaña en Buenaventura, todos para el mismos grupo criminal.
Desde la Fiscalía confirmaron que en las filas de estos grupos del crimen organizado no se encuentran datos de alguna persona de apellidos como los que tienen los hoy detenidos, y mucho menos como presuntos líderes de estas organizaciones, ya que a través de detenciones, aseguramientos, investigaciones y todo lo relacionado en combate al crimen organizado, se ha generado una base de datos en el estado, donde se puede ubicar nombres, familiares, pandilla y todo lo relacionado con estos delincuentes.
RESULTADOS PERICIALES Y EVIDENCIA DE LA MASACRE NO TIENEN RELACIÓN CON CRIMINALES EN CHIHUAHUA
Poco más de dos mil cartuchos percutidos fueron recogidos de la escena del crimen donde las tres madres y seis menores de edad perdieron la vida el pasado 4 de noviembre, donde Servicios Periciales del Estado de Chihuahua, investigadores y trabajadores de la Fiscalía General del Estado recogieron muestras para iniciar la investigación de los hechos.
Del total de la muestra balística que se obtuvo de esa escena del crimen, las investigaciones arrojaron que hubo 25 armas que detonaron los 2 mil balazos la mañana de ese lunes en la comunidad La Mora, lo que se traduce que por lo menos 25 personas estuvieron disparando desde diferentes distancias para acabar con las personas inocentes.
A pesar de que estas pruebas y cartuchos percutidos fueron investigados para obtener información si esas armas se habían utilizado en otros eventos relacionados con el crimen organizado, los resultados dieron negativo a las pruebas que realizaron las autoridades en Chihuahua.
De las 25 armas de fuego, los más de 2 mil cartuchos percutidos se estableció a través de los resultados que esas armas jamás se han utilizado en el estado de Chihuahua, al menos para cometer delitos, como comúnmente sucede en eventos donde se involucran células criminales que cometen varios delitos con las mismas armas.
Aunque con estas pruebas no se descarta que los delincuentes sean originarios del estado de Chihuahua, abre más la posibilidad de que los criminales pudieran ser del estado de Sonora, pero hasta el momento no se ha formalizado una investigación para determinar su paradero o el número de personas que estaban ese día.
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