Pérdidas en alimento y medicamento refrigerado, daños en el patrimonio por la pérdida de electrodomésticos, y sufrir temperaturas superiores a los 45 grados centígrados, son las penurias que enfrentan ciudadanos de diferentes municipios del estado de Chihuahua, aquejados por la falta de energía eléctrica.
Así lo reportan de regiones de diferentes puntos, como Ojinaga, en la frontera norte, donde el termómetro ya alcanzó los 47 grados y puede llegar a los 50 como en años anteriores, donde las personas se quejan de las altas y bajas de voltaje que suceden con cada apagón, que los ha dejado sin refrigeradores indispensables para la conservación de alimentos, aparatos de aire acondicionado para tolerar la inclemencia climatológica y para el cuidado de las personas, expuestas a temperaturas agresivas.
En el caso de Guadalupe y Calvo, en el extremo sur, hay intermitencias en el suministro del servicio, que se recibe apenas por unas horas, tiempo que aprovechan los pobladores para cargar celulares y dispositivos electrónicos, para estar comunicados, pues han llegado a permanecer hasta tres días sin recarga de batería, vital para el funcionamiento del municipio, cuya cabecera se ubica a ocho horas de la ciudad capital del estado y comunidades muy apartadas, a las que toma una jornada de doce horas llegar a ellas vía terrestre.
En lugares como Valle de Zaragoza, donde los cultivos dependen de los pozos hidráulicos cuyas bombas funcionan con electricidad, el desabasto no es sólo de electricidad, sino también de agua, por la imposibilidad de extraerla sin energía eléctrica.
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