Originarios de la Ciudad de México son los presuntos homicidas del menonita Abraham Harms, quien fue privado de la libertad el pasado 24 de junio y asesinado horas después, según la información que ha concentrado la Fiscalía General del Estado en torno a este caso radicado en Cuauhtémoc.
Según los datos de inteligencia, una banda especializada en secuestros y/o privaciones de la libertad lleva más de un año operando en la zona occidente del municipio de Cuauhtémoc, donde dos personas originarias de Chihuahua fungen como enlace de esta organización nacional para ubicar a las víctimas y posteriormente llevárselas a una casa de seguridad.
Estas dos personas fueron capturadas por agentes de la Fiscalía General del Estado, luego de se montara un operativo especial en una vivienda ubicada en la calle San Andrés y la calle 94, de la colonia San Cristóbal, donde pretendían ingresar al sitio en el que había sido torturado y asesinado el menonita Harms.
Ambos sujetos fueron se encuentran en resguardo de las autoridades estatales, en investigación de esta banda que no pertenece a ninguno de los bandos criminales que operan en Cuauhtémoc, ya que según los datos de inteligencia, son delincuentes que viajaron de la Ciudad de México con destino a Chihuahua para cometer estos hechos.
La Unidad Especializada de Secuestro de esta corporación son los agentes que se mantienen dando seguimiento a los delincuentes, quienes luego de cometer los hechos decidieron escapar del estado y regresaron a su lugar de origen, donde ya les siguen las huellas los agentes de seguridad.
Trascendió que esta banda originaria de la Ciudad de México el año pasado ya había cometido un secuestro, y que incluso consternó a la comunidad menonita debido a la cantidad de dinero y las condiciones en que se debía entregar el mismo, pues la entrega se concretó en un punto en la Ciudad de México.
Aunque no se ha revelado la identidad de las personas que se encuentran en resguardo por parte de los elementos de seguridad, se espera que estos “enlaces” aporten información necesaria para dar con esa banda criminal que comúnmente viaja al estado para hacer estas tareas y posteriormente escapar.
El cuerpo de Abraham Harms Peter fue localizado en una “casa de seguridad”, donde se mantenía en resguardo, tenía dos disparos y presentaba decenas de rastros de tortura, e incluso la cabeza se encontraba fracturada, por los diferentes golpes y el impacto con el que le arrebataron la vida.
Las investigaciones que se mantienen vigentes en esta privación de la libertad son sobre el crimen organizado y/o posible secuestro mal planeado, lo cual se mantiene a manos de los agentes investigadores que siguen recabando evidencia, testigos e información para el esclarecimiento de los hechos.
Por su parte los agentes que siguen el caso de manera cercana están tras la pista de los delincuentes que orquestaron este asesinato, con el objetivo de que paguen por dos homicidios y una serie de delitos por los que actualmente son perseguidos por parte de la justicia del estado de Chihuahua.
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