Casi una veintena de retornos clandestinos que los mismos conductores han trazado a fuerza del uso sobre el camellón de la prolongación de avenida Teófilo Borunda representan un serio peligro de accidentes.
A lo largo de más de cuatro kilómetros, desde el cruce con avenida Pedro Zuloaga -a la altura de El Reliz- hasta la Universidad del Valle de México, se pueden contar 19 veredas que los lugareños usan para ahorrar tiempo sin tener que llegar a los retornos pavimentados y señalizados por la Dirección de Tránsito.
En ese tramo se han registrado accidentes, como el ocurrido en noviembre pasado cerca de la UVM, cuando una conductora que viajaba con dos menores se estrelló con un poste de alumbrado, volcando el vehículo hasta quedar con las llantas hacia arriba; o un mes antes, cuando un automóvil dio varias volteretas frente a la Universidad Politécnica de Chihuahua, resultando en un gran susto para la conductora y cuantiosos daños en el automotor.
Esto a pesar de que en el mismo tramo existen 13 retornos oficiales debidamente marcados a diferentes distancias, sin embargo la gente prefiere tomar alguno de aquellos atajos con el fin de obviar algunos minutos en el trayecto a su destino.
Por ello sería necesario cerrar esos retornos clandestinos, para evitar que los conductores las sigan utilizando estas salidas hechizas y exponiéndose a percances como los mencionados.