Desde caravanas hasta pijamadas, pasando por una tarde de películas con los abuelos, así es como los reyes del hogar celebrarán este 30 de abril otro Día del Niño atípico por segundo año consecutivo, a causa de la pandemia que ha obligado durante más de un año a mantener el aislamiento y la sana distancia.
A Santiago, por ejemplo, su mamá le tiene preparado un desayuno sorpresa, le mandó a hacer cupcakes del monstruo Comegalletas y por la tarde, siguiendo todos los protocolos de salud, lo llevará a comer a su lugar favorito.
Tanto para su madre como para Santiago, de ocho años y en segundo grado, este año de clases virtuales ha sido pesado, ya que ella trabaja y hay que llegar a hacer tareas, además él extraña a sus amiguitos y ya quiere regresar a la escuela, “pero entiende que es por salud y por seguridad.
Para Joaquina, de cinco años, en su escuela han organizado una caravana para que vaya por un regalo y dulces, sin tener que bajar del auto, mientras que sus papás le prepararán hamburguesas, su platillo favorito, tendrá sesión de maquillaje con su mamá, jugarán juegos de mesa y terminará sus festejos con una pijamada.
En el plano escolar, tiene clases de nueve a una y media, con media hora de receso y su madre dice estar sorprendida de que la chiquilla ya sabe leer, sumar y restar y apenas va a graduarse de kínder.
“Nunca dejen de ser niños, que perdure su creatividad y honestidad, pero sobre todo sus sueños y no dejen de escuchar su corazón”, deseó Elizabeth a todos los niños.
También cinco años tiene Vico, quien recibirá un regalito de sus padres y se pasará el día jugando y divirtiéndose en el patio de su casa.
Vico recibe clases virtuales los martes y jueves a las siete de la tarde, hace sus trabajos y las tareas con la ayuda de sus padres, pero ya quiere regresar porque le gusta mucho el recreo, extraña a sus amiguitos, a sus maestras, pero sobre todo jugar y comer.
“Que tengan bonito día y que a pesar de esta pandemia hay que sentirnos bendecidos, porque aquí estamos, en pie de lucha y los niños son nuestro mayor motor”, dijo Hilda, la madre de Vico.
A Leo, de ocho años y Emmi, de cinco, les esperaba una tarde de películas con sus abuelos y por la mañana van a andar en bicicleta, mientras que en la escuela les van a hacer una caravana la próxima semana.
“Mi hija no conoce a su maestra en persona, pero la quiere mucho, ahí mínimo que la vea de lejos, les tienen un regalito, nos dijeron que tenían sorpresillas”, contó Ana, madre de los chicos.
“Todos extrañamos la escuela, a nuestros amigos, pero ya pronto va a pasar, sigan portándose bien, sus papás y maestros están haciendo todo lo que pueden para que estén bien y no extrañen tanto, hay que aguantar un poquito más”, deseó Ana a los niños.