José Noriel P. G., a quien apodan “el Chueco”, es un joven de 29 años que nació un 12 de mayo de 1992 en una comunidad de Urique, donde vivió la mayoría de su infancia, hasta que comenzó su ingreso en el crimen organizado, siendo uno de los principales operadores para el Cártel de Sinaloa en la zona occidente del estado, según datos recopilados por la Fiscalía General del Estado.
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Con el paso de los años, José Noriel escaló a “encargado de plaza” en Urique para el Cártel de Sinaloa, bajo el mando de la familia de Los Salazar, que aparentemente le entregó la confianza de operar esa zona del estado y posteriormente se desplazó en conjunto con sus hermanos y personal de confianza.
En los expedientes que resguardan las autoridades en su contra, es que José Noriel es el líder máximo de este grupo criminal en el municipio de Urique, y como segundo al mando le sigue su hermano mayor Leonardo P. G., a quien apodan “el Cinco” y su personal de confianza y pistoleros los dirige un sujeto a quien apodan “el Makako”.
Su hermano, de la misma edad, quien está identificado como Gilberto P. V., “el Shakira”, también está identificado como encargado de plaza en la comunidad de Cerocahui, pues desde hace más de cinco años que la FGE lo ha contemplado como un operador de este grupo criminal.
Archivos del Ayuntamiento de Urique, así como del Congreso del Estado, apuntan a que su papá Carlos P. M. era el director de Seguridad Pública hasta 2021 (se desconoce si continúe) con lo que presuntamente brindaba protección al criminal, además de información, vigilancia y todo el apoyo a “el Chueco”.
Además de la red de pistoleros, José Noriel P. G. presuntamente impulsó el nombramiento de la alcaldesa Mayra Díaz Gutiérrez, toda vez que dos de sus hermanos eran integrantes de la organización y los habría nombrado encargados de plaza en algunos puntos como “Mesa de Arturo” y en la comunidad de “Cieneguita de Trejo”.
La Fiscalía General del Estado cuenta con información sobre que varios miembros de la familia de José Noriel se encuentran cooperando para el grupo criminal, incluso otro primo de nombre Baudencio P. cubre la zona que corresponde a Tubares, que se encuentra en los límites de Chihuahua y Sinaloa.
En el centro de Urique se encuentra otro hombre a quien identifican como Jesús Abel G., aparentemente también familiar del presunto líder criminal, quien mantiene su operación en el tema del tráfico de droga y recolección de la distribución que se hace en la zona occidente de la entidad.
A José Noriel se le investiga por tres principales casos que han generado gran impacto en la sociedad, como fue el homicidio de Patrick Braxton Andrews en noviembre de 2018, luego de que un mes antes fuera reportado como desaparecido cuando se encontraba “turisteando” en el municipio de Urique.
Luego de la búsqueda y tras varias intervenciones que se hicieron en el lugar, la Fiscalía General del Estado localizó el cuerpo del joven, quien había sido asesinado a tiros, luego de que el grupo de “el Chueco” lo encontrara caminando y haciendo muchas preguntas, por lo cual lo confundieron con un agente de la DEA.
Otro de los casos en donde lo han integrado en las carpetas de investigación fue la desaparición y muerte de Cruz Soto Caraveo en 2019, cuando un grupo armado lo privó de la vida mientras viajaba a la Sierra Tarahumara en búsqueda de apoyos del gobierno federal, pero fue secuestrado y asesinado por un grupo armado.
De acuerdo con la información que recuperó la Fiscalía, Cruz Soto tenía un conflicto con el Chueco cuando ya no le quiso prestar las tierras para sembrar cultivo de droga y al parecer se inició un conflicto que terminó con la muerte del mismo.
El último caso también se dio en octubre de 2019, cuando Javier Muñoz Pérez, Juan Antonio Martínez Martínez Parra y Rubén Flores Cisneros viajaron de Zacatecas a Chihuahua para comercializar diversos artículos en la Sierra Tarahumara, pero en cambio desaparecieron durante su trayecto en Urique.
Hasta el momento no se tiene información sobre el paradero de los desaparecidos y uno de los posibles responsables podría ser el grupo del Chueco, quienes mantenían conflictos con personas extrañas que visitaban la comunidad.