Su esposa Karina, y sus tres hijos, Andrea, Miguel e Iker, viven rodeados de su recuerdo: en cada rincón de su hogar hay una fotografía familiar o del esposo y padre ejemplar que fue el profesor Miguel Jiménez Realivázquez, quien es recordado y honrado por su familia cada día de sus vidas; pero hoy especialmente, en la celebración del Día del Maestro, reciben el reconocimiento que lo nombra como Profesor Ilustre 2022, así designado indiscutiblemente por las y los agremiados de la Sección 42ª del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE).
Comenzó su carrera como profesor a la corta edad de 18 años, en el tiempo en que la formación normalista hacía las veces de preparatoria; el joven Miguel Jiménez comenzó a dar clases en un municipio alejado de su familia, en el sur del estado, lo cual comenta su esposa fue muy difícil para él, pues desde siempre fue un hombre muy familiar.
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“Lo conocí cuando ya trabajaba en la Comisión del Escalafón en el sindicato y fue una coincidencia muy bonita porque resultó que toda nuestra vida vivimos a unas calles de distancia y nunca nos habíamos visto”, comenta Karina Trejo al narrar cómo comenzó su historia al lado del profe Miguel. Un noviazgo de cuatro años, un matrimonio de 18 años, millones de recuerdos y tres hijos, es lo que hicieron al andar juntos por el camino de la vida.
Descrito como ecuánime, centrado, metódico, espiritual y hombre de valores férreos, Karina y Miguel encontraron un equilibrio y una comunicación inigualables, y que ella describe ser una pareja que se complementaba fuertemente el uno con el otro: “Compartíamos la vida y los ideales”.
Un padre siempre presente en la vida de sus hijos, a quienes desde pequeños inculcaron el amor por los deportes, lo cual dio como resultado una hija bailarina, ganadora de diversas competencias a nivel nacional y dos hijos futbolistas, ambos pertenecientes al equipo Bravos de Chihuahua; el mayor, hoy de 14 años, ha jugado en la liga BBVA, logro que obtuvo gracias al apoyo de su padre: “se fueron a vivir unos meses a Juárez, Miguel y Miguelito, para que él pudiera entrenar y jugar en la liga BBVA, fueron meses muy complicados, pero Miguel lo hizo con mucho gusto por ayudar a cumplir el sueño de nuestro hijo”, comenta Karina Trejo.
Fanático del futbol americano (su equipo, los Steelers de Pittsburgh), su mayor placer era estar con su familia y celebrar toda ocasión: cumpleaños, graduaciones, competencias deportivas de los hijos, y el solo hecho de estar juntos era ya una celebración: “Fuimos siempre muy unidos, llegamos a ganar concursos de la familia más responsable en las escuelas de los niños”, recuerda su esposa.
Como maestro era igualmente cercano y paternal con sus alumnos, y muy querido por los padres de familia y sus compañeros docentes y directivos en las escuelas donde estuvo: “Era de los maestros que jugaban básquet con los alumnos en el recreo… él era feliz con sus alumnos”.
De formación normalista del estado, estudió también la Normal Superior, con especialidad en Sociales y dio clases en la Secundaria Estatal 3013, época en donde comienza su carrera en la vida sindical de la Sección 42, participando en diversos comités y carteras, como: Escalafón, Organización, Finanzas, Promociones Económicas y Desarrollo Profesional.
“Él era un hombre de mucho temple, muy trabajador y entregado a sus alumnos y al gremio; fue un maestro muy presente, sus alumnos siempre lo buscaron, aún después de años de que él les diera clases; sus compañeros maestros también lo querían mucho y siempre lo buscaron para pedir asesoría y orientación”.
Recordando el doloroso día de su partida, Karina Trejo narra: “El hospital se llenó de gente el día en que murió… mi teléfono no dejaba de sonar, todo mundo quería saber que estuviera bien y yo lo entiendo, pues se quedaron sin una gran figura de liderazgo dentro del gremio… pero yo me quedé sin un esposo y mis hijos sin un padre… nos quedamos en la orfandad, ahora hay un vacío que nada más ocupará en nuestras vidas, se fue un padre, un esposo, un maestro que no volveremos a encontrar en esta vida”, lamenta.
Sin embargo, recuerda las palabras de su marido y dice: “La vida tiene que seguir, la vida es feliz y los Jiménez Trejo siempre fuertes y decididos”, y agrega que sus hijos fueron criados por un padre excepcional que les dio una madurez muy peculiar, con quienes ha podido arroparse en su pérdida y su luto, en quienes encuentra la mayor motivación para seguir adelante, pues como comenta: “Nuestro proyecto más grande fueron nuestros hijos”, concluyó.
Es por eso que la familia del profesor Miguel Jiménez Realivázquez recibe su nombramiento como Profesor Ilustre 2022, con mucho cariño y dicen, es un reconocimiento bien merecido, que él se ganó cada día de su vida profesional, pues entregó gran parte de su tiempo a enseñar y formar a sus alumnos, así como a luchar por los ideales del gremio magisterial.