La teniente licenciada en Enfermería Irma Soria González, enfermera general en el medio militar con más de 14 años de servicio dentro de las fuerzas castrenses con un alto sentido altruista y amor por México, procurando la salud del personal militar, y realizando exámenes previos de vuelo a los pilotos aviadores de la Base Área Militar Número 13, de la Fuerza Aérea Militar en la ciudad de Chihuahua.
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“Lo que más disfruto es la atención directa con el paciente, como enfermera es algo que he ido aprendiendo, es parte de mi vocación. Soy militar porque desde pequeña me han inculcado el amor por mi país. Ser militar es estar directamente al servicio de mi nación, en cualquier momento y situación; y enfermera por mi personalidad altruista, me gusta mucho ayudar”, compartió Irma.
Refirió que el medio castrense la ha hecho tener disciplina en cualquier ámbito de su persona, y que vive en entrenamiento continuo para el que está preparada, para cualquier situación. Su mayor satisfacción es ver la recuperación de los pacientes, en proceso de atenderlos, ver su evolución durante el tratamiento y darlos de alta, que es lo más importante para la enfermera militar, y por cuyos servicios se siente bien recompensada al escuchar el agradecimiento de sus pacientes.
“Es una carrera que te deja mucho, te prepara muy bien, te forma como persona, como profesional. Te hace conocer muchos lugares y personas, y profesionalmente, lo recomiendo a la gente joven que está en una edad en que no sabe cómo decidir su carrera, el medio militar aporta mucho profesional y personalmente”, expresó.
El día de Irma inicia a las 6:00 horas, para pasar lista a las 7:15; después inicia a realizar las evaluaciones de prevuelo, que es la actividad fundamental de Enfermería dentro del pelotón. Posteriormente, realiza actividades administrativas, y el resto del día se dedica a atender actividades relacionadas con la salud de los derechohabientes y personal de la Base Aérea.
“Los exámenes prevuelo son evaluaciones que se les hacen a los pilotos y tripulación antes de ejecutar un vuelo. Para poder trasladarse a la aeronave hay que hacerles valoraciones, evaluaciones clínicas médicas, para que puedan hacer un vuelo. La evaluación es cefalocaudal, que inicia con toma de presión, frecuencia cardiaca, campos pulmonares, mucosas hidratadas, tímpanos íntegros, que se plasma en la evaluación prevuelo. También platicamos con ellos, para saber cómo se sienten, cómo han estado en sus jornadas laborales, y ahí definimos si pueden o no volar”, compartió.
En tema de equidad de género, refirió que la mayoría de sus pacientes son hombres; sin embargo, la atención no varía mucho. Con la experiencia de haber trabajado en hospitales de segundo y tercer nivel, y actualmente en un pelotón, acotó que su enfoque está en la atención del paciente y mantener estable, tranquilo a quien atienda en el área hospitalaria, y generar confianza con él, para poder tratar la enfermedad que presente.
“Tenemos que tener mucha calidez y calidad con el trato. Aquí a veces es un poco complicado, porque existen grados y jerarquías; pero como enfermera militar, eso también va dentro de la vocación: poder abrirse un poquito con los compañeros militares para que nos puedan explicar sus síntomas y apoyar a la médico. He visto muchos cambios, cuando entré se llamaba Escuela Militar de Enfermeras, y a partir del 2017, ya se llama Escuela Militar de Enfermería y acepta hombres, antes la formación era femenina. He visto muchos cambios favorables en la enfermería”.
Por servir en la Fuerza Aérea Mexicana, mencionó que debe cambiarse de residencia, situación que podría ser complicada, pero al contar con todo el apoyo de su familia, lo ha tomado como una oportunidad formativa y de conocer lugares y personas nuevas.
Para finalizar, compartió las situaciones en que ha prestado su servicio en situaciones de enfrentamientos, y que elementos castrenses a quienes debe atender, resultan con alguna lesión, y en el peor de los casos, en pérdidas de vidas.
“Es muy difícil al principio, las defunciones –tanto en lo profesional, como apoyar a los familiares-, es muy difícil, pero se tiene que tener paciencia y calma para estar con ellos. Me ha tocado atender compañeros de arma, que han estado en enfrentamientos difíciles, lo primero que pienso es recuperar al paciente, me olvido de quién es, y la prioridad es reanimar y hacer todo lo posible para que ese cuerpo esté funcionando al 100%. Me borro completamente el aspecto personal, como enfermera militar debo estar en esa variante”, finalizó.