En la nueva edición de Sin Límite, entérate por qué mientras duermes tu cuerpo no descansa y cuáles son las actividades que nuestro cerebro desarrolla durante el tiempo de sueño; conoce cuáles son los hobbys de la estrella de tu serie consentida, “Stranger things”, la popular Millie Booby; explora a los inventores famosos y cómo y cuándo se les “prendió el foco” para cambiar la historia de la humanidad.
LAS FAVORITAS DE MILLIE BOBBY BROWN
Seas o no fan de la serie “Stranger things”, seguramente conoces a Millie Booby Brown. Cómo “Eleven” ganó reconocimiento internacional, así como muchos premios y nominaciones. Pero más allá del éxito de la emisión de Netflix, ella ha tomado otros caminos en su corta pero interesante vida, como su faceta de modelo, sin dejar de lado la actuación, pero extendiéndose al cine.
En el renglón personal, la joven anduvo con el cantante Jacob Sartorius, quien fue su novio durante pocos meses (cortaron porque se rumoró que él le fue infiel), y gracias a su carisma, fue nombrada una de las personas más influyentes del mundo y embajadora de UNICEF
De hecho, fue la persona más joven de todos esos influyentes y también se convirtió en la más joven de los embajadores de UNICEF, a lo que ella confesó que convertirse en embajadora de UNICEF era uno de sus sueños y lo había hecho realidad.
Le dicen de cariño: Mills
Nació en: Marbella, España
Cumpleaños 19 de febrero
Padres: Kelly y Robert Brown
Hermanos: Paola, Andrés y Fernando
Signo zodiacal: Acuario
Cantantes que le gustan: Adele y Amy Winehouse
Comida: ¡zanahorias crudas!
Admira a: la actriz Winona Ryder
Hobby: practicar boxeo
Número de suerte: 6
Deporte: futbol
Color: Púrpura
¿A QUIÉN SE LE PRENDIÓ EL FOCO?
El foco es uno de los inventos que revolucionó la historia, pero la autoría de su invención sigue siendo tema de debate
El 21 de octubre de 1879, en Estados Unidos, Thomas Alva Edison mostró por primera vez la lámpara eléctrica con un foco que estuvo encendida durante 48 horas.
El 24 de diciembre de ese mismo año, Edison presentó en su laboratorio de Nueva Jersey un circuito formado por 40 bombillas incandescentes, que él mismo encendía y apagaba para asombro de las más de 3 mil personas que se congregaron.
Y apenas un mes y días más tarde, el 27 de enero de 1880, Edison consiguió la patente del foco. La oficina que se encargaba de registrar los inventos le otorgó el número 223 mil 898.
La polémica viene cuando otros inventores como Joseph Swan, Humphry Davy o Henry Woodward demostraron que ellos también habían inventado el foco antes que Edison.
Humprhy Davy conectó en 1809 un filamento de carbono a los dos polos de una pila, produciendo luz. Años después, en 1820, el químico y astrónomo británico, Warren de la Rue, cambió el filamento de carbono por el de platino, conectado a dos polos eléctricos dentro de un cuerpo de cristal. A pesar de funcionar mejor que la de Davy, el alto costo de ese material le impidió el éxito.
La carrera por inventar el foco continuó y en 1835 James Bowman Lindsay construyó una lámpara que le permitía leer un libro a oscuras.
Tras estos avances llegó Joseph Wilson Swan, físico y químico británico, que ya en 1850, trabajó con filamentos de un elemento químico llamado wolframio y papel carbonizado en el interior de un bulbo de cristal. Este trabajo le hizo conseguir en 1860 la patente para Gran Bretaña del foco.
Luego de ver cómo su invento no le era reconocido por casi nadie en el mundo, unió fuerzas con Edison en 1881 y fundaron la Edison & Swan United Electric Light Company Limited. A esta compañía se le atribuye la mejora del foco, dotándolo de nuevos elementos que permitían su durabilidad en el tiempo y el comienzo de la fabricación masiva.
El gran olvidado de toda esta historia es Nikola Tesla. El ingeniero de nacionalidad serbia es para mucha gente el verdadero inventor del foco, ya que gracias a él se descubrió la corriente alterna, que hacía que los focos fueran más duraderos. En 1884 comenzó a trabajar con Edison, con el que chocó desde el primer momento. Por este motivo siempre estuvo a la sombra del inventor estadounidense.
DATO
223 mil 898, es el número que Thomas Alva Edison consiguió por la patente de su foco, en enero de 1880
MIENTRAS DUERMES, TU CUERPO NO DESCANSA
Algunas cosas extrañas que nos ocurren sin darnos cuenta por estar entregados al sueño: movimientos que no conocíamos y hasta caminar dormidos
Cuando nos vamos a dormir nuestra mente se ocupa de los sueños, pero el cuerpo sigue funcionando. Durante la noche, el cerebro recibe un gran impulso energético y se activa, cae nuestra presión arterial, la respiración se hace lenta, crecemos... y muchos otros procesos.
De ahí la importancia de dormir bien. Aunque, con el ritmo de vida actual, cada vez más ocupados (¡tantas cosas por hacer!: estudiar, atender el teléfono, jugar en la consola), dormir puede parecernos algo innecesario, pero sólo porque no estés despierto, no significa que no estén pasando cosas en tu cuerpo.
Durante esas 8 horas de sueño, pasamos por diferentes etapas en la primera los músculos se relajan y comienza el movimiento ocular lento.
La segunda, las ondas cerebrales son lentas -con algunas variaciones rápidas- y tanto nuestro ritmo cardíaco como la presión arterial se vuelven irregulares.
La tercera etapa es cuando las ondas cerebrales se transforman en ondas restaurativas, lentas y de gran amplitud. Durante este tiempo los cuerpos comienzan a repararse. La energía se restaura.
Finalmente, en esta etapa nuestro cerebro también bloquea los recuerdos y archiva la información que absorbió el día anterior.
Despierta el apetito
A medida que nos dormimos, el aparato digestivo hace que unas hormonas llamadas leptina y ghrelina se equilibren. La primera quita el hambre y la otra, la provoca. Si no dormimos lo suficiente, ese equilibrio podría alterarse. Por eso quienes padecen de insomnio ven afectado su apetito.
Ojos inquietos
Los movimientos oculares son una de las cosas más conocidas y relacionadas con la hora de dormir. Es cuando los párpados se encargan de la limpieza: las legañas que se acumulan en las esquinas de los ojos son células de desecho y residuos, como las bacterias o el polvo que atrapamos cuando pestañeamos.
Una “estiradita”
Al dormir, el cuerpo libera la hormona somatotropina, que se encarga de que músculos y huesos crezcan y se reparen, aprovechando que nuestros músculos están más relajados.
A la defensiva
El sistema inmunológico amplía las defensas mientras dormimos, combate infecciones e incluso produce una proteína que podría eliminar células cancerígenas.
Cero estrés
La agradable relajación que sentimos al dormir se debe a que los niveles de cortisol (hormona relacionada con el estrés) disminuyen.
DATO
¿Desvelarse?
El sueño completo y un buen descanso hacen que tengamos muchísimos beneficios. Ahora pensarás dos veces quedarte hasta tarde viendo los capítulos de “Merlina” que tienes pendientes.
LUCES QUE CONTAMINAN
Descubre a quién daña y qué puedes hacer al respecto sobre este problema que, a pesar de su exagerado modo de llamar la atención, “pasa de noche”
La contaminación lumínica es un problema ecológico que, contrario a la contaminación por plásticos o los efectos de los gases que alteran el clima, casi nunca se discute en público. Es aquella iluminación permanente de la noche por fuentes de luz artificial y los efectos asociados sobre nosotros y el medio ambiente.
Los postes de la luz, los letreros de publicidad y la iluminación nocturna de los edificios públicos y privados también contribuyen al fenómeno, al igual que la iluminación de casas particulares, estadios, jardines y balcones.
En las ciudades, el “síntoma” más claro de la contaminación lumínica es que no se pueden ver las estrellas en el cielo. Pero no es el único: convertir la noche en día tiene repercusiones muy serias.
¿Cómo llegamos a eso?
Durante millones de años, la vida en la tierra estuvo determinada por el ritmo del día y de la noche. En consecuencia, la vida de los mundos animal y vegetal, y obviamente, la de la Humanidad se adaptó a las fases naturales de luz y oscuridad que cambian a lo largo del año.
Sin embargo, desde hace un periodo relativamente breve, nosotros (la misma Humanidad) hemos roto el ciclo con las fuentes de luz artificial, con consecuencias que apenas se notan a primera vista, pero que a veces pueden ser graves.
¿Cómo afecta?
Los humanos pertenecemos a las criaturas que viven de día y, en un estado de cosas “normal”, necesitamos la noche para descansar. La iluminación constante altera el ritmo natural del día y la noche y provoca, entre otras cosas, alteraciones en la producción de hormonas relacionadas con el sueño y numerosos procesos fisiológicos que ocurren durante la noche.
A su vez, todo lo anterior aumenta el riesgo de sufrir obesidad, trastornos metabólicos y cáncer, entre otras enfermedades. Efectos similares se pueden observar en muchos animales y plantas.
Además, si dejamos de ver las estrellas en el cielo, nuestra relación con el entorno cambia. La ceguera ante los planetas, las estrellas fugaces y la Vía Láctea nos hace estar más solos y aislados de nuestro entorno natural.
Por otra parte, la iluminación de la noche es un derroche de energía y dinero, y revela nuestra poca conciencia ambiental.
Animales perjudicados
Las aves migratorias que siguen a las estrellas en su camino a sus refugios de invierno se distraen con las fuentes de luz nocturna y pueden perder la orientación. Además, la luz artificial también tiene un efecto negativo en el ritmo de vida de las aves en general.
Los pájaros cantores comienzan a cantar más temprano en el día. El comportamiento de reproducción y apareamiento cambia y su sueño se ve afectado.
Asimismo, aproximadamente la mitad de los insectos son nocturnos. Para realizar su importante tarea ecológica como polinizadores y poder alimentarse y reproducirse, dependen de la oscuridad natural.
En lugar de estar protegidos por la luz de las estrellas, se sienten atraídos por las lámparas y otras fuentes de luz nocturna y mueren de agotamiento o son presa fácil de los depredadores. La contaminación lumínica es uno de los varios factores que contribuyen a aumentar la mortalidad de insectos y al declive general de la biodiversidad.
Plantas también
Incluso las plantas reaccionan a la luz artificial con cambios en su ciclo de vida y, por ejemplo, comienzan a formar hojas y florecen antes bajo la luz artificial.
Está comprobado que los árboles de la ciudad iluminados por las farolas retrasan la caída de las hojas en otoño, una respuesta natural al descenso de las temperaturas que los protege de los daños causados por las heladas.
Por otro lado, en los jardines iluminados por la noche, las plantas producen menos flores y, en consecuencia, menos semillas. Una circunstancia que a su vez puede afectar a su reproducción y a los insectos polinizadores.
Estos son solo algunos ejemplos que muestran cuán masivos y diversos son los efectos de la iluminación artificial en todo el ecosistema. Muchas consecuencias de la contaminación lumínica aún no se han investigado adecuadamente y las interacciones, por ejemplo, entre la vida animal y vegetal son tan complejas que los efectos apenas se pueden evaluar.
Pon tu granito de arena
Elige iluminación con interruptor, detector de movimiento o temporizador y sólo actívala cuando realmente necesites luz.
Instala iluminación exterior lo más baja posible, para atraer menos insectos y pájaros.
Apuesta por una luz suave y cálida. En todo caso, es mejor usar varias lámparas débiles que una brillante
Evita la iluminación artificial tanto como sea posible en las afueras de las poblaciones y en las reservas naturales.
DATO
¡Atento!
En las ciudades, el “síntoma” más claro de la contaminación lumínica es que no se pueden ver las estrellas en el cielo. Pero no es el único: convertir la noche en día tiene repercusiones muy serias.