Pese a los constantes enfrentamientos armados, quema de viviendas, privaciones de la libertad, campamentos clandestinos y producciones de enervantes, existe una carencia de elementos de seguridad en la zona occidente del estado, específicamente en el municipio de Madera, donde 92 elementos deben atender a más de 30 mil habitantes que están distribuidos en una extensión que supera los 8 mil 700 kilómetros cuadrados.
Esta región de la Sierra Tarahumara en Chihuahua, donde existen decenas de comunidades que se encuentran incomunicadas por la falta carreteras pavimentadas, o donde la señal de telecomunicaciones es escasa, también tiene una amplia presencia de grupos criminales que constantemente disputan el control de la zona, ya que es un corredor comercial que atraviesa el estado y puede llegar hasta los Estados Unidos, según documenta la Fiscalía General del Estado.
En sólo tres meses en la región de Madera han registrado la muerte de alrededor de 20 personas, han incendiado 22 viviendas y 12 vehículos y se han contabilizado más de 10 enfrentamientos armados donde en una ocasión las autoridades recogieron más de 500 casquillos percutidos, como parte del intercambio de balas que sostuvieron grupos rivales.
Los agentes adscritos a esa zona del estado tienen un sueldo superior a los 18 mil pesos, al estar en una zona conflictiva tienen un bono por su labor, realizan operativos de prevención y trabajan tres días continuos en el lugar, posteriormente pueden regresar a sus domicilios otros dos o tres días y así son sus jornadas laborales.
Las largas distancias, la poca presencia de agentes investigadores y las condiciones de inseguridad de esa región hacen que la atención a los números de emergencia sea deficiente, toda vez que no acuden a los encuentros armados o detectan las “caravanas” de pistoleros ya que les duplican en número a los elementos adscritos a esa zona.
Según el informe interno de la Fiscalía General del Estado, en Madera existen siete policías investigadores y 85 agentes preventivos, los cuales se encuentran distribuidos en grupos de 5 a 12 agentes en algunos puntos como La Mesa del Huracán, la cabecera municipal, Las Pomas y Las Varas, entre otros puntos más.
Hasta el 2017 el Cártel de Juárez tenía el control del territorio de Madera, pues en ese periodo le fue arrebatada la “plaza” por “el Jaguar” y sus lobos, quienes desde entonces se encuentran dominando el territorio, por lo que La Línea insiste en recobrar el territorio, lo que ha dejado más de 50 muertos en tres años de disputa.
Francisco Javier A. M. “el Jaguar” tiene el control de Madera y algunos puntos aledaños, además obligó a La Línea a replegarse a Casas Grandes y Buenaventura, pero cuando las cosas se complican con elementos de seguridad o con un ataque sorpresa, el Cártel de Jaguar se desplaza en Sonora, donde tiene protección y apoyo de “Los Paredes”.
Los Paredes o el Cártel de Los Pesados de Apson, es un grupo afín de la Gente Nueva Salazar, y entre el 2017 “el Jaguar” los buscó para conseguir armamento y personal, para desplazar a Arturo Quintana “el 80”, quien después permaneció en Namiquipa, donde finalmente fue detenido por elementos federales.
Las condiciones de inseguridad de Madera han ocasionado que los pobladores de diversas comunidades denuncien las condiciones de vida que mantienen luego de la disputa que existe entre grupos criminales que buscan el control absoluto de este municipio y sus rutas de distribución.
Desmembrados, calcinados, baleados y “encobijados” son parte del día a día de los ciudadanos de comunidades de Las Varas, El Largo Maderal, Mesa del Huracán, donde constantemente se enfrentan los delincuentes e incluso optan por quemar viviendas para el temor de los ciudadanos.
Los grupos de Francisco “N” conocido o apodado como “el Jaguar” y el grupo de La Línea, encabezado por José Roberto “el Mudo” son los grupos que mantienen la disputa del territorio, que ha dejado más de una decena de muertos, daños, y el temor en el poblado por donde llegan a enfrentarse los criminales.
Es de mencionar que los agentes que se encuentran adscritos a esa región del estado tienen la instrucción de esperar a que las eventualidades terminen porque son zonas de alto riesgo y posteriormente acuden para asegurar la zona, evidencia y los rastros que dejan los pistoleros a su paso.
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