Brincando cercas, entre hierba color dorado, el tóxico humo de las ladrilleras, las luchitas de tierra y la creatividad de los niños, teniendo como único juguete un balón desinflado disfrutan los juegos y la convivencia 8 niños, cuyas edades van desde los 12 meses hasta los 10 años, mientras que sus hermanos mayores de 12 y 13 asisten a clases a la escuela secundaria, soportando el frío que desciende muy por debajo de la sensación térmica de la zona conurbada, evadiendo una vida de carencias y necesidades con la magia de la imaginación infantil.
Ramona Caballero Quintero, de 28 años, es quien tiene bajo su cuidado 8 niños, de los cuales 4 son sus hijos y los demás son niños de sus parientes o vecinos que se los dejan encargados para salir a trabajar. Las carencias de la humildísima familia que cohabita en un mismo terreno del asentamiento en la colonia Ladrillera Sur, con diferentes apartados con otras 3, han encontrado la manera de dar una infancia llena de risas y juegos, aunque sus zapatos estén agujerados, o la ropa se vaya pasando de niño en niño hasta acabar raída o deshilada.
Entre los hijos de Ramoncita, quien tiene un carácter afable y alegre, el más grande es Miguel Ángel, de 12 años, y que se encuentra estudiando el primer año de secundaria; le sigue Jesús de 10, Eider de 4, Jazmín de 12 meses de nacida, para quien necesita urgentemente ropa, leche y pañales, de acuerdo con su edad.
“Mi esposo es músico, toca la guitarra, pero como no hay trabajo, está trabajando en la obra, ‘orita sí hay trabajo de eso”, acotó, mientras sostenía a la bebé Jazmín en los brazos, cuidaba a los más grandes con la vista y su oído estaba atento a los chiquillos de entre 4 y 5 años.
Ramoncita proviene de Cerocahui, municipio de Urique, en la Sierra, es indígena rarámuri de la Baja Tarahumara, pero comentó que extraña las festividades a la usanza de su tierra, donde baila pascolas y hay un festejo comunitario de muchas personas de la región.
“Extraño mucho, tengo 3 años aquí, antes iba cada 6 meses, pero ahora ya no puedo salir aquí, apenas puedo salir a la junta de las escuelas de los niños. Ya no salgo de aquí, porque todos los niños me los echan encima, como soy la que no sale, aquí vienen y me los dejan”, se quejó entre risas.
Como si hubiera planeado que el nacimiento de sus hijos coincidiera con las fiestas navideñas, Jazmín cumple 2 años la víspera de Día de Reyes, el 5 de enero; y Jesús Javier, la víspera de Navidad, el 24 de diciembre, con una acumulación de festejos por los aniversarios de vida, y las celebraciones.
Sobre la manera de festejar, diferente a la costumbre que tenía en la Sierra Tarahumara, Ramoncita comentó, “hacemos cualquier comida, lo que nos alcance, estaría muy rico hacer un pozole, una cena, porque nos juntamos todos con las hermanas de mi suegra, todos se vienen aquí a hacerse bolita el 24”.
¿Desea ayudar?
Las donaciones a favor de Ramoncita Caballero Quintero y sus niños se reciben en las instalaciones de esta casa editora, ubicada en la avenida Universidad 2507, de la colonia San Felipe, o en el celular (614)181-4319, con la reportera Paloma Sánchez.
Necesidades:
• Ropa abrigadora y calzado para niños de 1 a 12 años de edad
• Muñecas, balones y carritos
• Alimentos no perecederos
• Cobijas
• Leña
• Leche para fórmula de biberón y pañales etapa grande