Ciudad Juárez, Chihuahua.- Una nueva versión se dio a conocer la mañana de este jueves en torno al caso del niño torturado; donde la familia de Miguel Lozano Campos, quien es acusado de ser el maltratador, aseguran que no fue él y quien esté detrás de las lesiones, sea el abuelo del niño, quien es papá de la joven María Elena Rosales Contreras.

En una entrevista para un medio local, la mamá de Miguel, quien se identificó como Romana Campos asegura que su hijo no tiene nada que ver con la tortura que se le aplicó al niño y que las versiones de la señora Patricia Rosales son falsas.

La madre del ahora acusado, indicó que de acuerdo al conocimiento de ella, el menor Jonathan vivía con sus abuelos maternos y que hace una semana, le fue entregado a su mamá, siendo que el niño ya presentaba las lesiones cuando lo devolvieron.

Asegura que apenas su hijo tenía dos meses de relación con la joven María.

Destacó que María le comentó que en casa de su mamá vivían sus hermanos, su papá y varias personas; y que desde chiquitos el papá los golpeaba, por lo que para ellos, quien torturó al niño, fue el mismo abuelo.

Además, desmintió la versión de la señora Patricia, asegurando que su hijo Miguel y la joven María jamás vivieron en la casa con ella tal como lo señaló en días anteriores.

La señora Romana, comentó que el lunes, la mamá de Jonathan acudió con ella para pedirle apoyo, de ahí fueron a la Fiscalía General del Estado a que declarara y que ahí mismo le dijeron que no tenía orden de aprehensión, por lo que la dejaron ir.

A su vez, la hermana de Miguel quien se identificó como Gabriela Lozano, pidió a las autoridades que investiguen a la familia del bebé, especialmente a la abuela y al abuelo, ya que aseguran que todos los que viven ahí consumen drogas y el niño pudo haber sido torturado al estar bajo su resguardo.

Mencionó que en las redes sociales los han exhibido e incluso recibido amenazas con el fin de intimidarlos; además de sufrir abusos policíacos, donde la autoridad ha llegado al domicilio entrando sin presentar ordenes de aprehensión.

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