Dos jóvenes, uno hondureño y el otro de nacionalidad panameño, se encuentran en uno de los cruces de esta ciudad pidiendo una moneda para poder comer, juntar para llamar a su familia en aquellos países o para comprar víveres para el largo camino que están por recorrer.
Aarón y Esteban, a quienes encontramos haciendo una pausa a un costado del puente a desnivel para probar un poco de comida que les fue regalada por ciudadanos, con cuchara en mano y un bote donde había menudo, agradecidos con Dios por haber recibido esa comida.
“La gente de Delicias es una maravilla, tienen un corazón de oro ¿sabe?, nos ha tratado bien la gente, nos regalan colchas, abrigos, ya tu sabes, nos brindan la mano para nosotros seguir adelante”.
La cosa allá está difícil, mencionan ellos, “sí hay trabajo pero no es bien pagado, aquí (México) está mejor la paga”, los malandros como los llaman ellos es otra batalla con la que tienen que vivir, aunado al toque de queda que se vive en Honduras.
Esteban comentó que lograron pasar afortunadamente por Palenque Chiapas sin ser atrapados por la delincuencia organizada quienes los secuestran para pedir rescate a sus familiares, pensando que están en Estados Unidos de América, es así también que los utilizan como vendedores de droga y lo más fuerte la venta de órganos a la que son expuestos.
Por eso hay que aprovechar la oportunidad, todo eso se vive cuando viajan en el tren “somos muchos los que viajamos en el tren, se llena, hay quien no lo logra o como nosotros que sí”.
Las noches son largas, esperando los rayos del sol para calentarse un poco, ellos buscan dónde resguardarse del frío, cuando tienen la oportunidad de que alguien les brinde trabajo no la desaprovechan, ganándose unos pesos, cuando no hay trabajo se ponen a pedir en los semáforos para sostenerse y no hacer algo indebido.
Se habla de que estas personas que van de paso cuando hace frío cavan un hoyo en la tierra para refugiarse de las inclemencias, pero en este caso aquí no sucede eso, sólo para el sur del país en Tlaxcala, donde no hay casas de ayuda al migrante tienen que hacer este tipo de refugios con matas de elotes y te envuelves.
Aquí no han sufrido ningún percance o altercado con personas ni con las autoridades, los llena de gran tranquilidad estando aquí en Delicias, “no hemos llegado a otro lugar como este en todo el recorrido”.
La meta de estos dos inmigrantes es llegar al norte del país y cruzar la frontera a USA, trabajar y ayudar a sus familias a quien tienen más de 20 días sin hablar con ellos. Otro de los sueños es poder conseguir papeles para tener su estancia aquí en Chihuahua y poder trabajar.
