Una chica sencilla de pueblo, pero que tenía ojos de grandeza, así describen sus familiares a Isabel Flores Gómez, la primera química farmacobióloga parasitóloga que trabajó y montó el primer laboratorio de análisis clínicos en Delicias, y quien falleció la madrugada del lunes a los 99 años de edad.
En una de las salas de capillas de Fátima fueron velados los restos de quien fue la primera mujer profesionista de esta ciudad, a la que llegó en 1943 procedente de la capital del país tras obtener su título de Química por la Universidad Nacional Autónoma de México.
Susana Hernández, una de sus cuatro hijas que le sobreviven, refirió que Chabelita era originaria de San Pedro de las Colonias, Coahuila, pero desde niña fue llevada por sus padres a la Ciudad de México, donde cursó sus estudios antes de venir a radicar en Delicias.
Aquí vivía su hermano, el médico Eliseo Flores, con quien abrió un consultorio y un laboratorio de análisis clínicos donde posteriormente estuvo Rápidos Delicias, el primero en la ciudad y en el cual se empleaban instrumentos rudimentarios.
Chabelita pronto se adoptó a su nueva tierra, donde en 1950 contraería nupcias con el comerciante Marcelo Hernández, locatario fundador del Mercado Juárez, a quien conoció en un baile celebrado en el extinto salón Orquídea y con el que procreó a sus cuatro hijas.
Aquí en Delicias desarrollaría una larga y fructífera labor como profesionista, ya que además de abrir su propio laboratorio, se integraría a la Unión Médica y al Seguro Social en 1958.
En la docencia también tuvo una participación destacada: Fue una de las maestras fundadoras de la Secundaria Leyes de Reforma, de la Preparatoria Activo 20-30 y de la Escuela Regional de Enfermería. Alumnos egresados de esta última institución la recuerdan todavía con cariño, pues a varios los ayudó con libros y costeándoles sus estudios.
La política fue otra de las áreas donde incursionó Chabelita, ya que en el trienio 1968- 1971 fue regidora del Ayuntamiento que encabezó entonces el doctor Raúl Félix Chávez.
Dotada del espíritu de servicio, Chabelita destacó igualmente por su labor altruista como socia del Club de Leones Delicias Innovación y del grupo de las Carmelitas, dedicado a ayudar a personas con necesidad.
"Ella no tenía ganas de irse, le gustaba mucho servir, participar en eventos", comentó su hija Susana, quien la recuerda como una mujer siempre alegre, entusiasta y cariñosa.
Por su parte, Miguel Herrera Golarte, uno de sus sobrinos, mencionó que Chabelita fue propuesta en varias ocasiones para la Medalla al Mérito Ciudadano, pero por razones desconocidas y pese a su probada trayectoria de servicio a la comunidad, no se la concedieron.
Herrera refirió que a su tía le agradaban las funciones de teatro y de ballet, además de viajar por el mundo, ya que recorrió Japón, Europa y Sudamérica, sin perder por ello su carácter humilde.
"Era una chica sencilla de pueblo, pero tenía ojos de grandeza", recordó nostálgico Herrera Golarte.