/ miércoles 30 de octubre de 2024

Floricultura en Meoqui, un tradición que persiste pese a dificultades

Joel Álvarez nos cuenta los avatares de su oficio

Con altibajos por las dificultades que conlleva su actividad, en las comunidades rurales del municipio de Meoqui son cada vez menos los productores dedicados al cultivo de flores para el Día de Muertos, fecha en la que deben vender toda su mercancía para cubrir sus costos de producción y generar utilidades.

En los campos vecinos a las comunidades de Las Puentes y Los García aún quedan agricultores que cultivan crisantemos “bola de nieve”, crisantemos chicos, cempasúchil, cresta de gallo, garra de león, entre otras variedades de flores que tienen bastante demanda durante los primeros días de noviembre.

Joel Álvarez, uno de los ocho floricultores que subsisten en la cordillera de Meoqui, compartió que su familia inició en el negocio hace diecisiete años, tiempo en el que han tenido altibajos porque el cultivo de la flor es una actividad difícil.

Foto: Saúl Ponce / El Heraldo de Chihuahua

“Es un cultivo que no es igual que el maíz, no es igual que el frijol ni que otros cultivos, porque los otros cultivos duras tres, cuatro meses en cosecharlos, sacas dos cultivos al año. Entonces, lo que es la flor, no. Yo les digo que es un cultivo de todo el año, de todo el año: se llega esta fecha, el mes de noviembre, entonces nosotros tenemos que sacar nuestro producto… en dos, tres días se tiene que ir. Si no se va, entonces para nosotros ya es pérdida”, explicó.

Tras el corte de las flores, quedan enterradas en el suelo las cepas de las plantas, las cuales deben mantenerse vivas en el invierno para que retoñen en marzo. Una vez que retoñan, es necesario extraer los vástagos que tengan raíz para iniciar un nuevo ciclo en el cultivo de la flor, detalló Joel Álvarez.

Además, los campos deben deshierbarse y aplicarse pesticidas y fertilizantes a las plantas para que logren sobrevivir, lo cual es costoso para los productores. Es por esto que la floricultura es una actividad que se realiza en familia, señaló el entrevistado.

Foto: Saúl Ponce / El Heraldo de Chihuahua

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En un predio de aproximadamente una hectárea, Joel Álvarez cultiva distintas variedades de flores que embellecen el campo con sus colores intensos. Destacó en particular la flor conocida como “bola de nieve”, la cual se caracteriza por su tamaño grande y pétalos blancos, pero que por su delicadeza debe cultivarse dentro de un vivero para protegerla de los rayos solares.

También, este año sembró diferentes variedades de girasol para conocer cuál es la que mejor se adapta a las condiciones de esta región. Otra especie que cultiva y que estuvo a punto de perderse es el crisantemo dorado, la cual lograron rescatar hace cuatro años.

Joel Álvarez comentó que hasta hace algunos años había alrededor de veinte floricultores en Meoqui, pero actualmente quedan solo ocho. Señaló que los principales problemas que enfrentan son la falta de agua, la falta de apoyos y subsidios para adquirir insumos. Sobre todo, las plagas y las inclemencias del tiempo afectan bastante a sus cultivos.

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Además, está la competencia que representa la llegada de flores de otros estados del país, pero a pesar de ello a los floricultores de Meoqui les va bien por estas fechas, pues “para todos sale el sol”.

Con altibajos por las dificultades que conlleva su actividad, en las comunidades rurales del municipio de Meoqui son cada vez menos los productores dedicados al cultivo de flores para el Día de Muertos, fecha en la que deben vender toda su mercancía para cubrir sus costos de producción y generar utilidades.

En los campos vecinos a las comunidades de Las Puentes y Los García aún quedan agricultores que cultivan crisantemos “bola de nieve”, crisantemos chicos, cempasúchil, cresta de gallo, garra de león, entre otras variedades de flores que tienen bastante demanda durante los primeros días de noviembre.

Joel Álvarez, uno de los ocho floricultores que subsisten en la cordillera de Meoqui, compartió que su familia inició en el negocio hace diecisiete años, tiempo en el que han tenido altibajos porque el cultivo de la flor es una actividad difícil.

Foto: Saúl Ponce / El Heraldo de Chihuahua

“Es un cultivo que no es igual que el maíz, no es igual que el frijol ni que otros cultivos, porque los otros cultivos duras tres, cuatro meses en cosecharlos, sacas dos cultivos al año. Entonces, lo que es la flor, no. Yo les digo que es un cultivo de todo el año, de todo el año: se llega esta fecha, el mes de noviembre, entonces nosotros tenemos que sacar nuestro producto… en dos, tres días se tiene que ir. Si no se va, entonces para nosotros ya es pérdida”, explicó.

Tras el corte de las flores, quedan enterradas en el suelo las cepas de las plantas, las cuales deben mantenerse vivas en el invierno para que retoñen en marzo. Una vez que retoñan, es necesario extraer los vástagos que tengan raíz para iniciar un nuevo ciclo en el cultivo de la flor, detalló Joel Álvarez.

Además, los campos deben deshierbarse y aplicarse pesticidas y fertilizantes a las plantas para que logren sobrevivir, lo cual es costoso para los productores. Es por esto que la floricultura es una actividad que se realiza en familia, señaló el entrevistado.

Foto: Saúl Ponce / El Heraldo de Chihuahua

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En un predio de aproximadamente una hectárea, Joel Álvarez cultiva distintas variedades de flores que embellecen el campo con sus colores intensos. Destacó en particular la flor conocida como “bola de nieve”, la cual se caracteriza por su tamaño grande y pétalos blancos, pero que por su delicadeza debe cultivarse dentro de un vivero para protegerla de los rayos solares.

También, este año sembró diferentes variedades de girasol para conocer cuál es la que mejor se adapta a las condiciones de esta región. Otra especie que cultiva y que estuvo a punto de perderse es el crisantemo dorado, la cual lograron rescatar hace cuatro años.

Joel Álvarez comentó que hasta hace algunos años había alrededor de veinte floricultores en Meoqui, pero actualmente quedan solo ocho. Señaló que los principales problemas que enfrentan son la falta de agua, la falta de apoyos y subsidios para adquirir insumos. Sobre todo, las plagas y las inclemencias del tiempo afectan bastante a sus cultivos.

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Además, está la competencia que representa la llegada de flores de otros estados del país, pero a pesar de ello a los floricultores de Meoqui les va bien por estas fechas, pues “para todos sale el sol”.

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