No se siguió el debido proceso en el embargo de los negocios de Carnitas Sigala, El Charoláis y El Vivero, ya que en ningún momento llegó alguna notificación al respecto, no se está respetando la carta posesión notariada en esta ciudad, pero sí se ordenó el desalojo por parte de un juez en Ciudad Juárez, lamentablemente se puede tratar de un caso de fraude por parte de los propietarios anteriores, afirma Ernesto Sigala.
A 10 días de ejecutarse el proceso de embargo de los negocios de la familia Sigala, ubicados en la prolongación de la avenida Río San Pedro, han declinado por retirar las cosas de las afueras de los comercios antes descritos, los instrumentos de cocina fueron trasladados a otro local para seguir trabajando en el oficio que les enseñó su padre desde hace más de 40 años.
Ernesto Sigala afirma que no se han dado por vencidos, pues el retirar sus pertenencias del exterior de “Carnitas Sigala” sólo significa que las familias que dependen de estos negocios no pueden quedarse sin comer por falta de trabajo y que al contrario tomarán más fuerzas para seguir luchando por un amparo, que les permita luchar por un juicio justo, pues jamás se les notificó de un embargo.
Declaró que la primera propietaria, la señora Alvarado, les vendió de palabra y ellos le pagaron de buena fe más de un millón de pesos, años después apareció un general Efraín, quien alegó ser el nuevo dueño mostrando una carta poder, ante esta situación la familia accedió a acudir a un notario quien les confirmó la legalidad de hacer una carta posesión notariada y hasta el momento del proceso de embargo era lo que les respaldaba.
El entrevistado dijo que la familia está desconcertada y que algunos miembros incluso han ido a dar al hospital, creemos que el hecho de que un juez de Ciudad Juárez esté ordenando el embargo es algo injusto, pues la propiedad pertenece a la jurisdicción de Ciudad Delicias.
Por lo pronto varias familias dependen de la venta de comida de este negocio que ahora dará servicio en la misma avenida Río San Pedro, pero a la altura de la glorieta Gómez Morín, a un costado del lavado.