Pocas personas saben que un misionero católico de origen italiano fue la primera persona que visualizó la construcción de un dique en el río San Pedro, justo en el sitio donde actualmente se levanta la presa Francisco I. Madero, estructura cuya inauguración cumplió 70 años este sábado 25 de mayo.
Fue el padre Salvatore Gambino, religioso avecindado en Rosales, quien tuvo la inquietud de dar un aprovechamiento a las aguas del afluente, por lo que se abocó a desarrollar un proyecto que presentaría a las autoridades.
Carlos Gallegos Pérez, autor del documental “Brisa en el Desierto”, refiere que en el salón de Cabildo de la ciudad de Chihuahua existe una fotografía del año de 1911 de la visita que hizo al estado el entonces presidente de la República, Francisco I. Madero, a quien el padre Gambino le presentó en aquella ocasión un proyecto para aprovechar las aguas “cerreras” del río San Pedro, atravesando un dique en el sitio donde finalmente se construiría el embalse.
Sobre este personaje del que poco se conoce, Gallegos Pérez destaca que además de realizar una labor apostólica y pastoral, todo indica que fue el pionero en idear un aprovechamiento hídrico en la zona.
El escritor y cronista menciona que el padre Gambino fue también el primer cultivador de la vid en esta región para la elaboración de vino, actividad que desde entonces cobró arraigo.
Pasarían varios lustros para que se materializara la visión del misionero italiano. A comienzos de la década de 1930 iniciaría la construcción del canal principal Conchos y con esto el nacimiento del Distrito de Riego 005. Pero al no ser suficiente el agua para las tierras del “coleo” en Meoqui, Julimes y Aldama, se autorizó la construcción de la presa Francisco I. Madero.
Gallegos recuerda que la edificación del embalse inició en diciembre de 1940 pensando en la iniciativa que Salvatore Gambino presentó, razón por la cual se le habría puesto a la presa el nombre del “Apóstol de la Democracia”.
Sin embargo, la inventiva popular viendo los monumentos de las dos mujeres que adornan la parte alta de la cortina y en recuerdo a un rancho que existió en este sitio, rebautizó al embalse como “Las Vírgenes”, recuerda Carlos Gallegos.
La presa es ahora un ícono no sólo del municipio de Rosales, donde está enclavado, sino de Delicias, Saucillo y de toda la región, considerada en su tiempo como una de las más bellas de todo el mundo y que todavía genera riqueza al aprovechar las aguas del río San Pedro, como lo visualizó hace más de 100 años el padre Salvatore Gambino.
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