"Si te retiras, expiras" es el dicho favorito del abogado Leopoldo Pérez Malagamba, al cumplir 57 años ininterrumpidos dedicándose al oficio de notario público desde que arribó a esta ciudad en la década de 1950, donde ya se considera un deliciense por adopción.
Entrevistado en su oficina tras recibir un reconocimiento por su medio siglo de trayectoria, Pérez Malagamba recuerda que inició como abogado de profesión aquí en Delicias en el año de 1952 y en 1960 obtuvo la patente de notario público, trabajo en el cual se desempeña todavía a sus 90 años de edad, sin haber tenido licencias por enfermedad ni por ausencia.
"Creo que ahorita y no creo, yo sé que ahorita soy el decano de los notarios porque no hay ninguno que tenga la trayectoria de 57 años" afirma el nonagenario, quien mantiene una mente lúcida y una condición de salud óptima. Refiere que cada año en el Colegio Nacional de Notariado entregan una serie de broches de distintos colores a sus agremiados según el número de años que tengan laborando; en su caso le correspondió el pin de color rojo y que es el único entregado hasta ahora.
"Y todavía, gracias a Dios, tengo plenas ganas de seguir trabajando, porque yo he seguido la idea de los americanos, un dicho que dice If you retire, you expire, si te retiras, expiras… yo no puedo estar sin hacer nada definitivamente" sentencia.
La profesión de notario no está al margen de los cambios traídos por las nuevas tecnologías; Pérez Malagamba evoca que cuando inició en la notaría, las escrituras se elaboraban a mano y tardaban hasta cuatro días en terminarse. "Y ahorita en la actualidad puede hacer uno tres o cuatro escrituras en una hora o más… la técnica nos ha facilitado muchísimo y aparte de eso ya hay un tipo de protocolo que estamos usando en el estado de Chihuahua desde pocos años atrás, que es el protocolo abierto".
La preparación constante –señala- es uno de los nuevos retos que le espera a los jóvenes en la actualidad para dedicarse a esta labor, ya que para obtener una plaza de notario participan 10 o 20 concursantes, de los que sólo uno tiene posibilidades de obtenerla por la capacidad que demuestra.
Originario de Puebla, Leopoldo Pérez concluyó su carrera de abogado en Saltillo, Coahuila, y llegó a Delicias a principios de la década de 1950; en ese tiempo no tuvo oposición para alcanzar el puesto de notario público, pues entonces la ciudad era pequeña y no tenía más de 10 mil o 15 mil habitantes. "En ninguna parte he vivido tantos años como aquí, en esta parte se me reconoce como tal, como que soy de Chihuahua y hasta mis hijos, mis nietos, mis bisnietos, ya todos son de aquí" expresa orgulloso.
Otra faceta del entrevistado es su amor por la música, como lo demuestran los libreros repletos de discos compactos y casetes que tiene en su oficina, donde suele disfrutar de sus melodías favoritas.
"En Saltillo yo fui iniciador de un programa de música clásica. Toda mi carrera era yo locutor, no sé si ustedes han sido tales… yo desde la preparatoria fui locutor y tuve un programa que se llamaba Para los amantes de la música, que aquí se transmitió en Delicias a fines de los 60s. Ese programa lo transmití yo aquí como locutor dos años y como ustedes pueden ver, yo no puedo estar sin la música y sin los libros" afirma, a la vez que voltea a ver las paredes de su oficina donde tiene la colección de discos y casetes.
Dice preferir dichos formatos para escuchar música los porque admite que aún no se ha incorporado a la tecnología que permite traer las canciones en el teléfono celular; tampoco está familiarizado con las computadoras, pero ello no le impide seguir con su profesión. "Pero como les dije: yo tengo mi plan trazado, tengo toda la intención de seguir adelante en la notaría" reitera.