/ sábado 29 de junio de 2019

El 74.2% de bachilleres ha consumido alcohol

6.7 de estudiantes de nivel medio superior ha probado la cocaína, según Encuesta

El consumo de sustancias alguna vez en la vida en secundaria y bachillerato en el estado de Chihuahua arroja que el 74.2% en el nivel medio superior (bachillerato) ha consumido alcohol, mientras que un 39.1% de los adolescentes en secundaria hacen lo mismo, según reveló la Encuesta de Consumo de Alcohol, Drogas y Tabaco en la entidad.

En tanto que el consumo de tabaco se agudiza en el nivel medio superior, donde un 45% fuma y en secundaria es del 19.7%. Mientras que la marihuana en secundaria la han consumido 5.2% y en bachilleres 21.2%.

A pesar de que el uso o abuso de la cocaína tiene como riesgo un ataque cardiaco, accidente cerebrovascular y convulsiones, desde la secundaria es una droga usada. En el nivel de bachillerato 6.7% de los jóvenes la han consumido al menos una vez en la vida, de acuerdo con la Encuesta de Consumo de Alcohol, Drogas y Tabaco en Chihuahua.

El Observatorio Mexicano de Drogas informa que la prevalencia de adolescentes entre 12 y 17 años de edad que han consumido drogas alguna vez en su vida es de 5.9%, por debajo de la media nacional, que se ubica en 6.4%. Pero en el grupo etario de 18 a 34 años se encuentra por arriba con el 17.25%, cuando la prevalencia nacional es de 15%. Es preocupante que la prevalencia de consumo de cualquier droga en el último año marque una tendencia a la alta en Chihuahua al situarse en 4.1% por encima de la nacional que es de 3.1% para el grupo de 12 a 17 años, mientras que en el de 18 a 34 continúa alta con 5.8%, siendo la nacional de 5%.

La adolescencia representa una etapa de cambios y aprendizaje que puede despertar la curiosidad de los jóvenes y el deseo de experimentar qué se siente estando bajo los efectos de las drogas.

Las metanfetaminas para bachilleres es de 3.7% y en secundaria de 1.8%. Las anfetaminas es de 3.8% y 2.5% para bachilleres y secundaria, respectivamente. La cocaína la consumen 2.8 de los estudiantes de secundaria y 6.7 de bachilleres. Y los inhalables 4.5 en secundaria y 6 en bachilleres.

El observatorio arroja que el 10.2% de la población de 12 a 65 años ha consumido en el último año marihuana en Chihuahua, por encima de la prevalencia nacional, que es de 8.2%.

En 2018 en los centros especializados en adicciones se atendió a 2 mil 047 personas, de las cuales 24% fue por adicción al alcohol.

Los datos de la Comisión Estatal contra las Adicciones revelan que a la fecha no se han reportado casos de nuevas sustancias psicoactivas, sino que el alcohol y al tabaco siguen siendo las drogas de inicio, por desgracia en edades más tempranas debido a la facilidad para conseguirlas.

En la actualidad, existen muchos tipos de drogas, legales e ilegales, que son más o menos accesibles para los adolescentes y cuyo consumo puede perjudicar gravemente su salud. Aunque el alcohol afecta a muchas partes del organismo (aparato digestivo, cerebro, aparato reproductor, etcétera), sin duda la que puede resultar más afectada es el hígado, pudiendo llegar a desarrollarse patologías graves como la cirrosis hepática.

Las drogas acarrean una serie de consecuencias perjudiciales para la salud física y psíquica de los consumidores; sin embargo, al encontrarse en una etapa de desarrollo y de formación del hombre adulto, estas consecuencias son más graves en los adolescentes:

Daños en el aparato respiratorio, sobre todo asociados al consumo de cannabis (bronquitis, enfisemas pulmonares, entre otros).

Daños cardiovasculares, como son hipotensión y alteración de la frecuencia cardiaca (cannabis); taquicardia e hipertensión, riesgo de angina de pecho e infarto de miocardio, hemorragias cerebrales (cocaína); arritmia, cardiopatía isquémica (drogas sintéticas).

Daños cerebrales con alteraciones neuropsiquiátricas, neurotoxicidad (muerte de neuronas), riesgo de infarto cerebral.

Otros daños pueden ser problemas dentales, pérdida de olfato, sinusitis, perforación del tabique nasal, insomnio, convulsiones, insuficiencia renal, rabdomiólisis (necrosis del tejido muscular que provoca la liberación de contenidos de las fibras musculares y que provoca fuertes mialgias), coagulopatía, insuficiencia hepática.

A nivel psicológico pudieran estar trastornos de la memoria, la concentración y el aprendizaje (lo que deriva en fracaso escolar), trastornos psicomotores y en la realización de tareas complejas, reacciones de ansiedad y de pánico, aumento de la depresión, desarrollo de esquizofrenia (en personas con predisposición), brotes psicóticos.

Si se detecta un consumo de drogas, lo más recomendable es acudir a un profesional que ofrezca orientación y asesoramiento para poder manejar la situación de la forma más adecuada.

Los factores de riesgo comunes del abuso de drogas en los adolescentes incluyen:

Antecedentes familiares de abuso de sustancias

Una afección mental o de comportamiento, como depresión, ansiedad o trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH)

Comportamiento impulsivo o riesgoso

Antecedente de eventos traumáticos, como haber tenido un accidente automovilístico o haber sido víctima de abuso

Baja autoestima o sentimientos de rechazo social

Está atento a posibles señales de advertencia:

Cambios repentinos o drásticos en las amistades, hábitos alimenticios, patrones de sueño, apariencia física, coordinación o rendimiento escolar

Comportamiento irresponsable, mal juicio y falta de interés general

Romper las reglas o retirarse de la familia

La presencia de envases de medicamentos (sin haber una enfermedad) o parafernalia de drogas en la habitación de tu hijo adolescente.

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En tanto que el consumo de tabaco se agudiza en el nivel medio superior, donde un 45% fuma y en secundaria es del 19.7%. Mientras que la marihuana en secundaria la han consumido 5.2% y en bachilleres 21.2%.

A pesar de que el uso o abuso de la cocaína tiene como riesgo un ataque cardiaco, accidente cerebrovascular y convulsiones, desde la secundaria es una droga usada. En el nivel de bachillerato 6.7% de los jóvenes la han consumido al menos una vez en la vida, de acuerdo con la Encuesta de Consumo de Alcohol, Drogas y Tabaco en Chihuahua.

El Observatorio Mexicano de Drogas informa que la prevalencia de adolescentes entre 12 y 17 años de edad que han consumido drogas alguna vez en su vida es de 5.9%, por debajo de la media nacional, que se ubica en 6.4%. Pero en el grupo etario de 18 a 34 años se encuentra por arriba con el 17.25%, cuando la prevalencia nacional es de 15%. Es preocupante que la prevalencia de consumo de cualquier droga en el último año marque una tendencia a la alta en Chihuahua al situarse en 4.1% por encima de la nacional que es de 3.1% para el grupo de 12 a 17 años, mientras que en el de 18 a 34 continúa alta con 5.8%, siendo la nacional de 5%.

La adolescencia representa una etapa de cambios y aprendizaje que puede despertar la curiosidad de los jóvenes y el deseo de experimentar qué se siente estando bajo los efectos de las drogas.

Las metanfetaminas para bachilleres es de 3.7% y en secundaria de 1.8%. Las anfetaminas es de 3.8% y 2.5% para bachilleres y secundaria, respectivamente. La cocaína la consumen 2.8 de los estudiantes de secundaria y 6.7 de bachilleres. Y los inhalables 4.5 en secundaria y 6 en bachilleres.

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En 2018 en los centros especializados en adicciones se atendió a 2 mil 047 personas, de las cuales 24% fue por adicción al alcohol.

Los datos de la Comisión Estatal contra las Adicciones revelan que a la fecha no se han reportado casos de nuevas sustancias psicoactivas, sino que el alcohol y al tabaco siguen siendo las drogas de inicio, por desgracia en edades más tempranas debido a la facilidad para conseguirlas.

En la actualidad, existen muchos tipos de drogas, legales e ilegales, que son más o menos accesibles para los adolescentes y cuyo consumo puede perjudicar gravemente su salud. Aunque el alcohol afecta a muchas partes del organismo (aparato digestivo, cerebro, aparato reproductor, etcétera), sin duda la que puede resultar más afectada es el hígado, pudiendo llegar a desarrollarse patologías graves como la cirrosis hepática.

Las drogas acarrean una serie de consecuencias perjudiciales para la salud física y psíquica de los consumidores; sin embargo, al encontrarse en una etapa de desarrollo y de formación del hombre adulto, estas consecuencias son más graves en los adolescentes:

Daños en el aparato respiratorio, sobre todo asociados al consumo de cannabis (bronquitis, enfisemas pulmonares, entre otros).

Daños cardiovasculares, como son hipotensión y alteración de la frecuencia cardiaca (cannabis); taquicardia e hipertensión, riesgo de angina de pecho e infarto de miocardio, hemorragias cerebrales (cocaína); arritmia, cardiopatía isquémica (drogas sintéticas).

Daños cerebrales con alteraciones neuropsiquiátricas, neurotoxicidad (muerte de neuronas), riesgo de infarto cerebral.

Otros daños pueden ser problemas dentales, pérdida de olfato, sinusitis, perforación del tabique nasal, insomnio, convulsiones, insuficiencia renal, rabdomiólisis (necrosis del tejido muscular que provoca la liberación de contenidos de las fibras musculares y que provoca fuertes mialgias), coagulopatía, insuficiencia hepática.

A nivel psicológico pudieran estar trastornos de la memoria, la concentración y el aprendizaje (lo que deriva en fracaso escolar), trastornos psicomotores y en la realización de tareas complejas, reacciones de ansiedad y de pánico, aumento de la depresión, desarrollo de esquizofrenia (en personas con predisposición), brotes psicóticos.

Si se detecta un consumo de drogas, lo más recomendable es acudir a un profesional que ofrezca orientación y asesoramiento para poder manejar la situación de la forma más adecuada.

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Antecedentes familiares de abuso de sustancias

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